*Inmersos en un Entramado al Estilo Chávez, de Venezuela
*El Diseño Adecuado Para Lograr Instituciones Sólidas
*Enorme Confusión Autoproclamarse Gobierno de Izquierda
*Pero Acciones Populistas de Corte Latinoamericano
Por Alejandro Zapata Perogordo
La visión de país es el tema de fondo; el proceso de transición democrática iniciado hace décadas fue delineando formas y reglas que, regularmente, se iban ajustando con criterios de consenso y cambios paulatinos, que poco a poco iban afianzando -con altibajos- un modelo basado en equilibrios y con políticas públicas bien definidas, aunque largo e inacabado.
Los excesos, la violencia, corrupción y debilidad institucional fueron factores que incidieron en un hartazgo social que exige justicia, paz, orden, respeto y desarrollo, abriendo la puerta a una administración que garantizara una transformación del estatus quo; que rompiera con las prácticas nocivas del sistema e hiciera cambios profundos.
Así, nos encontramos inmersos en un entramado revolucionario populista, emulando al estilo Chávez, de Venezuela, versiones como su quinta República o el programa televisivo Alo Presidente, con la cuarta transformación y las mañaneras, que finalmente son un símil.
El asunto radica en el modelo que se debe implementar en el país y los criterios formales aplicables para lograr los avances necesarios, tanto por las reglas del juego, como en el diseño adecuado para lograr, en democracia, instituciones sólidas que cumplan con eficacia su función; convivencia social en armonía; recuperación del Estado de Derecho; fortalecimiento del federalismo; economía con responsabilidad social y desarrollo de la cultura democrática e identidad nacional.
Esas discusiones nutridas de matices, atendiendo a los tiempos, las ideas, los compromisos e inclusive en ocasiones hasta complicidades, lo que dilataba algunos cambios o a veces los excesos fraguaban tendencias opositoras a una transformación, sin embargo, a pesar de todo, se dieron sustanciales avances construyendo cimientos para un México incluyente, plural y en vías de desarrollo.
Cuando menos existía una idea clara de hacia dónde ir, lo que en la actualidad no tenemos. En realidad, existe una enorme confusión cuando se autoproclaman gobierno de izquierda y sus acciones se encuentran encaminadas a un populismo de corte latinoamericano, que regularmente culminan en dictaduras.
Lejos de fortalecer instituciones las han debilitado y puestas a modo; la pluralidad, confrontación de ideas, debate, dialogo y búsqueda de consensos, son prácticas desterradas y molestas, prefieren la imposición; en cuanto al Estado de Derecho, su apego a la legalidad se encuentra circunscrito a la consigna; los programas sociales directos a mantener una base clientelar; el modelo económico programado para retornar al estatismo; el sistema de partidos erosionado; la sociedad fragmentada; la corrupción y los excesos, siguen con métodos diferentes; la inseguridad y violencia, a la alza, pero es culpa del pasado y; la cultura y desarrollo democrático, bien guardada en el cajón de los olvidos.
En efecto, me asumo como un inconforme, insatisfecho y preocupado por el rumbo encaminado por esta administración, el espejo de algunos países latinoamericanos que han transitado por condiciones similares son experiencias non gratas, el fenómeno del populismo emergente en el país, es un duro embate que puede costar un alto tributo al país.
