Por Jesús Michel Narváez
Después de 40 años de militancia en el PRI, partido que le otorgó poder político y liderazgo sindical, Joel Ayala decidió renunciar el 16 de octubre pasado. Su anuncio lo hizo 24 horas más tarde que Carlos Romero Deschamps hiciera lo propio pero a la secretaría general del poderoso sindicato petrolero.
Algunos observadores estimaron que la dimisión del dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) a su partido era el preámbulo para dejar la de la organización sindical.
El propio Ayala desmintió las versiones.
Sin embargo, ayer corrió como reguero de pólvora la especie de que, en efecto, el hombre que ha dirigido el sindicato de la burocracia nacional desde hace 21 años, dejará el cargo.
Busqué a Joel Ayala y a algunos de sus cercanos colaboradores para confirmar la versión y no obtuve respuesta.
Pero en los corrillos políticos, burocráticos y políticos se daba por hecho el relevo del sonorense.
Sin duda la cuarta transformación quiere todo.
Juega a la perinola y busca que la cara que le toca diga: toma todo.
Político de palabra, que logró sortear la desbanda de importantes sindicatos cuando Elba Esther Gordillo empujó la creación de otra central burocrática. Sorteó con éxito el embate de la maestra y todo parecía estar en calma.
Sin embargo, los indicios llevan a suponer que el final de su liderazgo está cerca de lo imaginado.
Hay disidencias en la FSTSE, por supuesto, que darían todo por quedarse con la dirigencia sindical y desde ahí operar para sacrificar a un buen número de burócratas que encontraron en el liderazgo de Ayala el escudo protector para mantener sus plazas.
¿Quién podría tener el control?
No se ventilan nombres, pero de que los hay, los hay.
El organismo llamado Frente Nacional de Trabajadores de Salud en la República Mexicana (FNTSRM), que encabeza Antonio Sánchez Arriaga, tiene como objetivo quitarle todo el poder al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud cuyo dirigente es Marco Antonio Ayala García, sobrino de Joel.
Es la lucha por el poder. Es quitar al que está para ponerse el “transformador”.
¿Quién sigue en la lista de Napoleón Gómez Urrutia, el operador sindical de la 4t?
Muchos dirigentes estarán pensando en jubilarse antes de que les congelen sus cuentas como lo hicieron con Romero Deschamps.
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