Alcalde de Chihuahua nos Enseña Cómo Tocar la Puerta de Palacio

Frontera Norte Ciudad Juárez

*Desplome de las Pequeñas y Grandes Ciudades

*Rota la Interrelación Entre los Gobiernos y la Federación

*Inexistente hoy la Intermediación Legislativa

*Fueron Cortadas las Inversiones en Varios Rubros

*Desde la Cúpula del País se Promueve el Castigo al Campo

Por Rafael Navarro Barrón

Quizá el Presidente visita, pero no ve lo que ocurre en los 2 mil 457 municipios del país. Y si ve, no le interesa comprender la problemática social que se está agravando en muchas entidades de la República Mexicana que observan cada día un desplome en la calidad de vida de las pequeñas y grandes ciudades en los que gobiernan, incluso, algunos morenistas.

La batida de alcaldes que tocó la puerta de palacio, entre los que se encontraba la alcaldesa de la ciudad de Chihuahua, María Eugenia Campos, conocida a secas como “Maru Campos”, puede tener dos simples lecturas: la política y la administrativa.

La rociada con gas pimienta es el ingrediente adicional, la sazón, si se vale el comentario.

Ambas acciones (quitando la gaseada), en la era de Andrés Manuel López Obrador, son válidas y oportunas, pues hay una marcada tendencia nacional a bajarle puntos al Presidente de la república que, todavía, se pasea en las altas barras del posicionamiento nacional.

Pero en el entorno local, en el llamado “estado grande” del norte de la república, la situación es bastante grave. Ya no se tiene la interrelación entre el gobierno estatal y la federación; ya no existe la intermediación legislativa que traía pequeñas bolsas de inversión a los municipios de su predilección; ya no existen las peregrinaciones de alcaldes que gobiernan las ciudades grandes con destino a Los Pinos, para dialogar y pedirle al presidente en turno más recursos para el desarrollo regional.

Se han cortado las inversiones al Turismo, el Desarrollo Económico (los fondos para los empresarios) y el Desarrollo Agrícola. Los recursos de Prospera, ahora Bienestar, están vetados para los gobiernos estatales y municipales.

Y por si eso fuera poco, desde el gobierno de AMLO se ha promovido un castigo al campo mexicano, que ha enardecido a los campesinos del Estado de Chihuahua acostumbrados a recibir apoyos gubernamentales. El problema es doble porque es imposible protestar dado que los que encabezaban las revueltas son ahora morenistas y no pueden patear el pesebre.

Y si a eso le agregamos la polarización política en el país, entenderemos el agudo problema en el que se encuentra el estado de Chihuahua, al contar con un gobernador rijoso, pobre en el planteamiento de los problemas sociales que, al cabo de cuatro años, tiene sobre endeudado al gobierno debido a la escasez de recursos, pues primero se peleó con Enrique Peña Nieto y ahora lo hace con el presidente de la república en turno.

Es por eso que la presencia de la alcaldesa de Chihuahua en la ciudad de México, tocando la puerta del palacio nacional para ser atendida por el presidente López Obrador, tiene una interpretación más allá de la política.

Si Andrés Manuel López Obrador visitara como un simple ciudadano Ciudad Juárez observaría una metrópoli devastada, hecha garras, viviendo la misma mediocridad de quien nos gobierna. Observaría una localidad convertida en un centro de diversiones, con sus teatros llenos, visitada por compañías de teatro patito, promiviendo obras de teatro basura que no nutren el intelecto ni incrementan el nivel cultural de la ciudad, pero si el bolsillo del alcalde que tiene en total abandono la ciudad.

Y todo por la tendencia del alcalde independiente, Armando Cabada y su política de ganar-ganar. Él es dueño de una empresa que vende a las compañías de diversión los boletos para ingresar a los eventos públicos. Pero ya se excedió: nadie se presenta en Ciudad Juárez si no lo autoriza “Don boletón”, su compañía; es dueño del negocio que hace la publicidad y es quien firma los permisos municipales.

¿Y la ciudad?, cayéndose a pedazos. No ocurre lo mismo con la ciudad de Chihuahua, una ciudad próspera, en crecimiento, muy bien cuidada.

Es por eso que la acción de Maru Campos en Palacio Nacional y la gaseada que les dieron los guardianes de la casa del presidente, cobra sentido porque la capital del Estado podría convertirse en algo parecido a Ciudad Juárez.

Quizá el problema se interprete, y así es, como un acto político del PAN para molestar al presidente de la república. La alcaldesa de Chihuahua no batalla mucho para ese tipo de actividades porque es una mujer de la política que ha crecido entre el escándalo y la confrontación.

Precisamente, esa confrontación, la tiene en este momento con el gobernador del Estado, Javier Corral que es un lastre para el futuro político del PAN y para gestionar recursos para las 67 alcaldías del país.

mcimexico.usa@gmail.com

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