Por Jesús Michel Narváez
Para nadie es un secreto que la colonia Buenos Aires, ubicada en la Alcaldía de Cuauhtémoc, es una zona de suma peligrosidad. Desde hace décadas ha sido y es el centro de venta de refacciones usadas, que van desde una caja de velocidades de un Mercedes hasta un rin de Vocho.
Llantas seminuevas que se roban en plena calle y después las venden al mismo propietario; espejos, volantes, tapones al por mayor, facias y todo lo imaginable que forme parte de un vehículo aunque cuente con los sistemas de seguridad más sofisticados. Para quienes tienen el negocio, nada es imposible.
Hace menos de 24 horas se registró una masacre en la que fallecieron 6 personas y de acuerdo con el secretario de Seguridad Ciudadana de la Capital del País, se trató de un evento por “viejas rencillas”. Sin embargo, declaró que en este caso se analiza si los agresores tienen relación alguna con el grupo delictivo denominado La Unión de Tepito.
Que se sepa, en la Buenos Aires no actúan los del Barrio Bravo. Porque también quienes están en esta colonia son sumamente bravos.
Y las rencillas, si fue el móvil, tendría que darse entre los jefes de las manzanas que comprenden la zona.
Ayer mismo, en Azcapotzalco los malandros despojaron a una pareja de 80 mil pesos que había retirado de un banco. Los asaltantes se fueron como Pedro por su casa.
Hace dos días se registró una gran movilización policíaca en la colonia Tlacopac, en Álvaro Obregón. Asaltaron una residencia en las calles de Aralia. En las últimas dos semanas, los delincuentes se han “establecido” en la zona y aunque la policía acude y hace mucho ruido con sus sirenas, a nadie han aprehendido.
Los que asaltan en esta colonia del sur de la Ciudad vigilan permanentemente los domicilios y esperan el momento en que hay menos gente dentro de ellos y tocan anunciando que se trata de la entrega de una paquetería y que se tiene que firmar de recibido. Cuando las trabajadoras domésticas abren se introducen con violencia y se llevan lo que pueden…¡todo!
El pasado martes, la Jefa de Gobierno rindió su primer informe y durante su asistencia al Congreso de la Ciudad de México reconoció que falta mucho por hacer en materia de seguridad pero, cuando menos en el discurso, se comprometió a combatir la delincuencia y aseguró que cuando se vaya, dentro de cinco años, dejará una mejor ciudad.
Mientras eso sucede, si es que sucede, la Ciudad de México se ha convertido en zona de delincuentes que actúan con impunidad sorprendente.
No hay Alcaldía que se salve. Algunas tienen menos violencia pero otras la rebasan.
¿Por qué?, es la pregunta que nos formulamos todos los que habitamos en el Viejo Valle de Anáhuac.
No era así antes. Y no, no es solamente este gobierno. El problema sí se agravó ahora o por lo menos nos dicen que se nota más porque no se maquillan las cifras. Llevamos una década de violencia y creciendo.
Delincuentes: ¡Ya párenle… pórtense bien, porque sus mamacitas se preocupan!
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