ALFREDO MEJÍA MONTOYA
Era solo un hombre que, como muchos creyó en las mentiras, engaños y falsas esperanzas del inquilino de palacio.
Se encontraba en el zócalo de la Ciudad de México, después de haber regresado del Norte, en USA, país al que se fue buscando empleo por falta oportunidades aquí en su país natal. Era uno de esos hombres mágicos que mes a mes enviaba una remesa en dólares para su familia, esperaba que el nuevo gobierno sí cumpliera con eliminar la corrupción, que no habría más impunidad, que sería un país con un crecimiento económico sostenido hasta del 6%. Por supuesto que estaba orgulloso de ser mexicano, de haberse ido a trabajar para su familia, y regresar en 5 años, promesa que hizo y cumplió.
Al pensar en su país creyó que era el mismo por el que López Obrador luchó todo el tiempo, pensó que efectivamente sería el país de la esperanza, que no les iban a mentir, a engañar o a defraudar al pueblo mexicano nuevamente.
Ya en camino a su Pueblo abandonado por el gobierno desde que partió, se fue enterando de parte de lo ocurrido en México, desde hace cinco años.
Se entera de que efectivamente hay un derroche de dinero de los impuestos para diversos programas sociales en los que no se contempla a toda la población. E incide también en poblaciones de todo carácter económico, no solamente es para población en pobreza y pobreza extrema.
Cuando me fui, en materia de salud, había tranquilidad porque mi familia y yo estábamos inscritos en el Seguro Popular SP, me voy enterando que lo desaparecieron e intentaron crear el Instituto de Salud del Bienestar INSABI, y también lo desaparecieron, me empecé a preocupar.
Que el desabasto de medicinas fue y es criminal, que más de 20 millones de recetas no han sido surtidas, eso debería de traer consecuencias a quién se supone tiene esa tarea, es un derecho consagrado en el artículo 4 de nuestra Carta Magna, que los contratos con el proveedor de las medicinas, fue la razón por la cual el desabasto se magnificó.
En seguridad dijo, seguimos igual o peor, que ya se rebasaron los números que por falta de seguridad tuvieron Felipe Calderón y Peña Nieto en el mismo periodo de tiempo, hasta hoy, y todavía falta 16 meses de esta administración, van 150 mil crímenes dolosos. Llegaremos quizá a más de 200 mil muertos en esta administración, creo que sí. Al país que fui se habla de muchos muertos con López Obrador, que no hay estrategias y se llega a escuchar que está coludido con la Delincuencia Organizada DO.
Que con el Tren maya se están deforestando miles de árboles, y que se ha gastado un 100% más de lo originalmente presupuestado.
Que lo mismo sucedió con el aeródromo del AIFA y con la Refinería Olmeca. Que ya los inauguraron y no producen nada, que el aeródromo AIFA proporciona un servicio deficiente y falta de pasajeros; en la Refinería no se dejan de observar las inundaciones que emanan del subsuelo, al ser levantada en zona de manglares.
Que la corrupción está permeando severamente en todas las esferas de la actividad gubernamental y que está involucrada gente muy cercana al mismísimo López Obrador, entre amigos y parientes.
Que el abuso en SEGALMEX alcanzara más de 15 mil millones de pesos, suma mayor a la de la supuesta “estafa maestra”.
Instituciones creadas y levantadas bajo el régimen democrático, han sido destruidas por el régimen actual. Eran un contrapeso ante el abuso de las autoridades. Y aún piensa cambiar sustancialmente el Instituto Nacional Electoral INE y desaparecer el Instituto Nacional de Acceso a la Información INAI, contrapesos de gran calado en contra de la discrecionalidad de abuso de poder del Poder Ejecutivo.
Me percato que aquí en México los antídotos contra la inflación no funcionaron y los precios que había cuando me fui, ahora están cien por ciento arriba. Con razón nos decían que el dinero de las remesas ya no alcanzaba.
Algo que me impacto fue la polarización y la división del pueblo, de la ciudadanía al grado de ver familias rotas por su manera de pensar respecto de las arbitrariedades y ocurrencias de López Obrador. Me cuentan que es debido a que López estigmatiza, utiliza y engaña a los diversos grupos sociales, a los que no están de acuerdo con él, son los fifís, los conservadores, los aspiracionistas, etc., y dice que son sus enemigos, la oposición neoliberal.
Y así noté la tendencia obradorcita hacia el socialismo; el debilitamiento del estado de derecho; la ingobernabilidad; desear que toda actividad que realiza es de seguridad nacional, cuando no lo es; la falta de transparencia en el gasto del presupuesto, su eterna lucha contra el Poder Judicial de la Federación PJF principalmente contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación SCJN, al grado de pretender desaparecerla y crear una a modo de acuerdo con sus intereses y los de su grupo.
. . . Observador el trabajador técnico, que se fue de nuestro país hace 5 años por la falta de oportunidades aquí en México, y López Obrador no generó en cinco años expectativas de mayor empleo y polos de desarrollo para provocar un gran crecimiento económico.
En efecto, si no hay crecimiento no hay desarrollo y si en las matinales ahuyenta a los inversores, por la desconfianza e incertidumbre jurídica que Obrador mismo crea, evita la creación de polos de desarrollo.
En la imaginaria, se observa que en el exterior se conocen los problemas por los que México atravieza, sobre todo no hay Individuo que resuelva estas circunstancias, implementando un comité en plan de negocios para hacer tratos con los inversores extranjeros, hablar con los gobernadores y demás para que otorguen facilidades administrativas, facilidades tributarias, infraestructura que permita que los inversores pueden llegar a asentarse.
Negociar lo que ellos consideren conveniente a sus intereses y en la actividad que realizan, ya sea inversores simples o de una relocalización de plantas haciendo uso de los beneficios del Nearshoring, pero si lo que pretende López obrador es disminuir la inversión en México por sus sueños socialistoides, eso no va a suceder nunca, porque a la fecha no hay nada conformado para atraer a los productores de bienes y servicios al país, cediéndoles canonjías a largo plazo, y eso hará que las empresas creadas bajo ese sistema se queden en el país.
Lo significativo es de que un simple trabajador técnico que sale del país expulsado por las tendencias económicas negativas en México, regresa y encuentra un país destruido en lugar de un país lleno de vigor y esfuerzo, tanto del gobierno como de la ciudadanía.
Pero a López Obrador le interesan más las campañas políticas para su ego, eso le reditúa más admiración para él mismo.
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