“Dulce Venganza”

 

 

Aunque Mata el Alma y la Envenena

 

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“Dulce Venganza” (“I Spit on Your Grave”) película dirigida por Steven R. Monroe, protagonizada por Sarah Butler (Jennifer Hills), Chad Lindberg (Matthew), Daniel Franzese (Stanley), Rodney Eastman (Andy), Jeff Branson (Johnny Miller) y Andrew Howard (Sheriff Storch); su estreno fue el 1 de marzo de 2010.

Jennifer Hills busca un lugar tranquilo y apacible para escribir su segundo libro; se aloja en una cabaña en un pueblo alejado y pequeño, en donde luego de pasar unos días, es violada por cinco sujetos, quienes la creen muerta, pero ella regresa con una sola misión en mente: tomar venganza.

La cinta es un remake de la película homónima dirigida por Meir Zarchi (1978), y se ubica dentro del subgénero exploitation surgido en la década de los setenta y conocida como rape and revenge, que se caracteriza por mostrar con brutalidad la violencia sexual y la ferocidad de la venganza de la víctima.

UNA HISTORIA 

DE TERROR

La joven novelista Jennifer Hills viaja desde Nueva York a Luisiana para trabajar en su próximo libro, ha alquilado una pequeña cabaña en medio del bosque; apenas han pasado dos días, cuando una noche, cuatro hombres se meten a la cabaña y se mofan de ella; logra escapar y se topa con el sheriff Storch, quien la acompaña de vuelta a la cabaña; momento en que regresan los transgresores y entre los cinco la violan salvajemente.

Una violación es un ataque directo a una de las esferas más íntimas de la persona: la sexualidad; es una de las peores “experiencias” que se puede sufrir en la vida y hace que todo cambie.

La violación genera terror y miedo por sufrir un grave daño físico o incluso la muerte; además, produce sensaciones de desesperanza, impotencia e indefensión en cuanto a la capacidad de escapar o evitar la agresión.

La situación emocional que vive una víctima de violación es de tanta vulnerabilidad que la capacidad psicológica que normalmente se tiene para afrontar situaciones difíciles queda bloqueada.

La primera sensación es de irrealidad, de no comprender lo que ha sucedido, quedar en un estado de shock total; después de una agresión sexual se vive mucha confusión y desorientación; aparecen sentimientos de rabia y tristeza, acompañados de un intenso miedo a lo sucedido.

El trauma psicológico es más grave cuando la violación ha sido tumultuaria y con violencia física y moral.

EL INSTINTO 

DE SOBREVIVIR

Jennifer queda mareada y camina hacia un puente y, justo cuando el sheriff Storch está a punto de dispararle, ella cae al río; la buscan durante varios días sin lograr encontrarla, por lo que la dan por muerta. Storch ordena que destruyan cualquier evidencia del crimen.

No todas las víctimas de violación tienen la suerte de sobrevivir a su victimario, varias de ellas son asesinas vilmente por el agresor que busca evitar ser denunciado.

Las víctimas que sobreviven tendrán traumas difíciles de superar y en ocasiones les dará terror ver de nueva cuenta al violador.

La protagonista de la cinta ha sobrevivido, no sólo a la agresión sexual sino a la golpiza que ha recibido, lo cual muestra su resiliencia, que es la capacidad psicológica que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como lo es la propia violación.

LA SED DE 

VENGANZA

Jennifer comienza a acechar a sus violadores; uno a uno los va cazando de forma violenta, a Matthew lo estrangula, a Stanley lo hace caer en una trampa para osos, lo ata a un árbol, le embarra la cara con tripas de pescado y deja que los cuervos le coman los ojos, a Andy lo ahoga y le quema la cara con solvente, mientras a Johnny le saca los dientes con unos alicates para luego castrarlo con unas tijeras de jardín; por último, al sheriff Storch lo viola con su escopeta.

Las películas de rape and revenge tienen un esquema básico que consiste en:

 1) Presentar a un personaje femenino que es salvajemente atacado, violado, torturado, asesinado o todo junto. 

2) Hacer que sobreviva milagrosamente y se recupere de sus heridas. 

3) Para iniciar una precisa campaña de venganza eliminando uno a uno a sus agresores.

Este filme cumple con esos principios básicos, y aunque fue un fiasco en la taquilla, su venta en DVD lo catapultó para dar pauta a dos secuelas; el crítico de cine Roger Ebert le dio a la película cero estrellas (la misma calificación que le dio a la versión original), y la describió como “un despreciable remake de una despreciable película de 1978”, y añadió que se trataba de un “falso sentido de equivalencia moral”, pues tanto el que viola como el que mata han cometido un crimen.

La censura que sufrió la versión original de 1978 fue brutal, países como Irlanda, Noruega, Islandia y la entonces Alemania Occidental la prohibieron por considerar que “glorifica la violencia contra la mujer”; Canadá también prohibió la película, y hasta 1998 permitió que algunas provincias decidieran acerca de levantar la censura.

En el Reino Unido la película fue calificada de “video nasty”; apareció en la lista elaborada por la fiscalía general hasta 2001.

La censura giraba respecto a dos temas: las larguísimas escenas de violencia sexual tan innecesariamente brutal, así como las escenas dantescas de la venganza.

El 21 de mayo de este año, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México desistió de la acción penal en contra de una mujer, a quien apenas días pasados una juez la había sentenciado por el homicidio de su agresor de violación, con la atenuante de uso excesivo de la legítima defensa; al respecto se informó: 

“Se llegó a la determinación de que la conducta de la sentenciada durante los hechos que se le imputaron, está exenta de responsabilidad penal, toda vez que esta fiscalía considera que actuó en legítima defensa, circunstancia que constituye una causal de sobreseimiento tal como lo dispone el artículo 327 fracción IV del Código Nacional de Procedimientos Penales”.

Esta determinación es icónica e insólita; los integrantes de la asamblea vecinal Nos Queremos Vivas Neza denunciaron que desde el momento en que se integró la carpeta de investigación, se violentaron los derechos de la joven, al no indagar con perspectiva de género, a pesar de que ella denunció que había sido violada.

Los hechos consistían en que el 8 de mayo de 2021, la joven se desempañaba como vendedora ambulante afuera de una tienda abarrotera, cuando llegó un muchacho, quien le hizo la plática y le pidió ayuda, porque no tenía dónde pasar la noche; la chica recién llegada de Oaxaca aceptó, y en el cuarto que rentaba, fue violada por esta persona, ella se defendió y asfixió a su agresor.

Es obvio, que no se tiene que ser feminista para despreciar la violación y empatizar con una víctima que busca venganza, pero siempre habrá una inquietud de saber si hay un límite para ello, o ¿será que la tipología que caracteriza al rape and revenge se normalice?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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