*¿Quieres que continúen las pensiones para adultos mayores?

Galaxia Política

*Amenaza que conlleva el miedo de perder el poder presidencial

*Del miedo pasó al terror; su sueño: ser el segundo Porfirio Díaz

POR JESÚS MICHEL NARVÁEZ

Cuando el miedo es incontrolable, se convierte en terror y quien lo siente pierde el raciocinio y actúa sin dirección hasta que el corazón deje de latir y, entonces, la muerte es prácticamente irremediable.

Desde junio de 2021, el miedo comenzó a apoderarse del huésped temporal de Palacio Nacional. La derrota electoral lo llevó al sitio inesperado, en el que no puede reformar la Constitución a su gusto y contra los conservadores. Encontró un camino falso: el de modificar las leyes secundarias aún a sabiendas de que serían impugnadas y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aplicaría la legalidad. Confió en que durante los 18 meses que le quedaban al ministro Arturo Zaldívar como presidente de la Corte las acciones de inconstitucionalidad presentadas por legisladores y las controversias de los órganos autónomos, no serían aceptadas y, si lo fueran, la mayoría del Pleno no tendría los votos para declararlas inconstitucionales.

En la revisión de la Ley del Servicio Eléctrico pasó de panzazo. No se declaró inconstitucional pero tampoco constitucional por lo que los afectados recurrieron a los amparos y los ganaron.

Supuso que a través de lo conocido como “reformas legales”, es decir, a las leyes secundarias y contraviniendo la Constitución, todo seguiría igual y que el tiempo le alcanzaría para que el súbdito Zaldívar hiciera el trabajo sucio y frenara las intenciones de sus pares de anularlas.

Sin embargo, no fue así. Cuando llegó el momento del relevo en la presidencia de la Corte, impulsó con “todo el poder de si firma” a su incondicional Yasmín Esquivel Mossa. Había posibilidad de que fuera nombrada y, sin embargo, apareció el pasado de la ministra en el que se registró el plagio de sus tesis para titularse como abogada.

El plan presidencial abortó.

La elección de la ministra Norma Leticia Piña Hernández cambió el quehacer en el Tribunal Constitucional. Y el jefe del Ejecutivo federal comenzó a sudar rencores propios y odios ajenos. Se lanzó con todo en contra de los ministros que la eligieron y al mismo tiempo descalificó a quien sustituyó al obediente. Sus ataques engrandecieron la figura de Piña Hernández cuyo actuar, estrictamente apegado a la legalidad, se convirtió en un muro infranqueable para el tabasqueño y su Consejería Jurídica. El miedo comenzó a apoderarse del poseedor de la verdad absoluta.

Y mostró cómo penetraba. Sus decisiones fueron más desaciertos que aciertos.

El fracaso de su iniciativa para reformar la Constitución y destruir el sistema electoral, entre otros temas, no alcanzó el voto favorable de los legisladores federales y, como en el beisbol, ordenó: “atrás los fielders”.

Retomó el camino de las reformas legales. El resultado se conoce ampliamente. El primer paquete del Plan B, fue anulado.

Poco antes de la resolución judicial, el actor central de los monólogos matutinos, había anunciado que, de fracasar el B ya tenía el C. Y lo explicó: pedir a los ciudadanos: ni un voto para los conservadores. Se entendió el mensaje.

El miedo avanzó.

Y vino la confesión que, inexplicablemente, pasó de noche. El viernes, en su “espacio estelar”, lo dijo:

“¿Quieres que, por el bien de todos, primero los pobres? Ya sabes también por quien vas a votar; ¿Quieres que continúe las pensiones para adultos mayores? Ya sabes por quien vas a votar; ¿Quieres que sigan ganando 500, 600 mil pesos los ministros de la Corte? Ya sabes por quien vas a votar. Está clarísimo todo”.

No debería sorprendernos, Baste recordar lo que dijo el 4 de enero de este año:

“Ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos.

“No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”.

METEORITOS

Sus palabras, sus definiciones, su reconocimiento de ser maestro en la manipulación, sí convierte al presidente mexicano en un personaje de terror.

Lo de las pensiones para adultos es un golpe bajo. Sancionado por las leyes. Desde el púlpito presidencial no debe, aunque lo hace, amenazar, porque de eso se trató, a quienes reciben dinero público, producto de los impuestos que millones de personas pagan. No se trata de un acto de generosidad personal. Tiene, sí, sentido social y es un puntal para reconocer que los adultos mayores no se encuentran en condiciones de sobrevivir sin el apoyo de los hijos, trabajando de empacadores en las cadenas comerciales o pidiendo limosna.

Quienes reciben la pensión, si bien no es suficiente siquiera para la canasta básica y menos aún para la adquisición de fármacos, deben haber sentido frío al escuchar o leer las palabras presidenciales.

Es una amenaza clara y diáfana: quieres mantener la pensión, entonces vota por Morena y sus candidatos.

Al mismo tiempo es una amenaza engañadora, como todas las que profiere. Los programas sociales están protegidos por la Constitución. Lo logró cuando tenía mayoría calificada en la Cámara de Diputados y desconocía qué y cómo era el miedo de perder el poder.

BRILLA EL SOL

Al entrar en lo que políticamente se entiende como el declive presidencial -no solamente ahora sino de siempre-, por regla general quien durante cinco años fue el foco de atención, en donde se alumbra la figura, se reconocen sus acciones, se aplauden sus decisiones, siente que con el candidato nominado la gente cambia de dirección la mirada.

Aquellos que no están preparados para entender que su gestión oficial tiene un límite constitucional, claro, hablando de países democráticos, está destinado a pasar a la historia como un personaje que pretendió quedarse en el cargo y, para su desgracia, los ciudadanos no se lo permitieron.

Eso siente ahora el señor López. Sabe y bien que su triunfo se debió al hartazgo de la corrupción en el gobierno anterior y el suyo no ha sido mejor. En el imaginario colectivo así se registra.

Por ello, la amenaza a 17 millones de adultos mayores, no todos reciben la pensión, pero con derecho para obtenerla, es algo que pinta de cuerpo completo al mesías.

Es un aspirante a convertirse en el segundo dictador en México. Sí, convertirse en el segundo Porfirio Díaz. Si la vida le alcanza.

De sentir miedo pasó a vivir en el terror.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com. jesusmichelnarvaez266@gmail.com,

Facebook Jesus Michel, Twitter @msionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

Foto: web

 

 

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