La Felicidad en Norcorea

 

Macarena Vidal y Sara Romero. El país más feliz del mundo. Corea del Norte bajo el puño de hierro de Kim Jong-un. Editorial Península. Barcelona, España. 384 páginas

 

DAVID MARKLIMO

Corea del Norte es un país de casi 26 millones de habitantes, con un régimen totalitario dinástico de corte formalmente estalinista, es posiblemente el país más aislado e inaccesible del planeta. El fallecimiento de Kim Jong-Il en 2011 y la sucesión del más joven de sus tres hijos, Kim Jong-un, dieron comienzo a la era política actual. El 25 de abril de 2012 Kim fue nombrado primer secretario general del Partido de los Trabajadores, primer presidente de la Comisión Nacional de la Defensa (en 2016 sustituida por la Comisión de los Asuntos de Estado), además de jefe del Estado Mayor de la Defensa, consolidando así la sucesión en el régimen.

Kim era un joven de apenas treinta años y educado en el extranjero. Recaía en él la responsabilidad de continuar el legado de la dinastía personalista de los Kim y la sombra de la duda sobre su capacidad de mando al frente de la ambiciosa cúpula del régimen de Corea del Norte.

Muy pronto, el tercer Kim, recibió los sobrenombres de Brillante Camarada y Joven General como parte de una campaña de culto a su personalidad que no hizo más que empezar. Paralelamente, para apuntalar al inexperto delfín, el régimen realizó una arriesgada exhibición de su capacidad militar (segundo test nuclear, lanzamientos de misiles sobre el mar, agresiones navales y artilleras a Corea del Sur) que, tras años de negociaciones de desarme y reconciliación baldías, llevaron la tensión regional a su punto álgido. Pese a las especulaciones iniciales, espoleadas por el hermetismo y la impredecibilidad del régimen, la acusada juventud de Kim y su condición de neófito no fueron óbices para una rápida asunción, acortando drásticamente la aparente etapa de transición.

Al principio de su mandato, Kim manifestó su voluntad de continuar con la filosofía política  “Juche “ (idiosincrasia nacional y autosuficiencia económica) y  “Songun” (prioridad al desarrollo militar). Ello implicaba mantener la doble vía de desarrollo económico, a partir del impulso del sector agrícola y la promoción de zonas económicas especiales, y el desarrollo del programa nuclear, aspecto éste que ha quedado plasmado en la actual Constitución norcoreana, a partir de una enmienda en 2012, y que agravó el aislamiento internacional del régimen. La política de desarrollo paralelo de la economía y del programa nuclear se conoce como “Byunjin ̈ y es una de las aportaciones ideológicas del líder Kim Jong-un. Con el estallido de la pandemia, el país redobló su aislamiento. 

Estos tres últimos párrafos, más o menos, es lo que se sabe de Norcorea. Y es un buen resumen al libro El país más feliz del mundo. Corea del Norte bajo el puño de hierro de Kim Jong-un. Hablar de Kim es entrar en la dimensión desconocida. Aunque se habla y se escribe mucho sobre él, es un personaje tan misterioso como su hermético y aislado país. Las periodistas españols Macarena Vidal y Sara Romero han sido testigos de esos cambios en sus visitas a Corea del Norte, gracias a su trabajo periodístico en Asia. En este libro nos relatan aspectos insólitos de la dura cotidianidad de su pueblo, del férreo control y de la vida que transcurre tras cruzar la última frontera de la Guerra Fría. Se habla de un libro de viajes, pero en realidad, es un testimonio valioso de la vida bajo el totalitarismo. Los propios norcoreanos toman la palabra para hablar de sus esperanzas, sus ilusiones, sus alegrías cotidianas, sus sentimientos hacia el país en el que viven y el líder que los dirige. ¿Qué los mueve a afrontar el día a día? ¿Se puede ser feliz viviendo en el régimen autoritario más aislado del mundo? Respuesta: “¿Autoritario? ¿Cómo que autoritario…?”

La vida cotidiana no puede eludir el régimen de sanciones, que es el más severo y amplio de cuantos existen en la actualidad en el marco de Naciones Unidas e incluye sanciones económico-comerciales con embargos de diversos metales y minerales, embargo de divisas, artículos de lujo, de armas, congelación de activos, repatriación de trabajadores norcoreanos en el extranjero. Varios países, entre ellos EEUU, Japón y los de la UE, mantienen un régimen de sanciones autónomo. Es así que la vida es difícil. De nueva cuenta la validez de la pregunta: ¿se peude ser feliz en esas condiciones? ¿Qué es entonces la felicidad?

Se nos relata cómo Kim Jong-un ha acelerado el desarrollo armamentístico y nuclear de su país, ha creado su propio grupo de leales purgando en muchos casos a los viejos mandos del régimen y ha transformado a Pyongyang en un escaparate de edificios altos y luces de neón por al que a penas circulan autos y que carece de anuncios publicitaros. La hoja de ruta trazada por los Kim continúa con un líder que tras dar por completado el arsenal militar que garantice la supervivencia del régimen, se vuelca ahora en el resurgir económico. Sin embargo, parece el régimen tiene dos grandes enemigos:  los ritmos del kpop que provienen del sur y las siempre peligrosas tropas norteamericanas. En el medio, China.

 

 

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