Sí, fueron millones de personas las que no ¡asistieron!
Una marcha, la de la venganza, que podría ser “la última que encabezo” (sic), desangelada. En el Canal del Gobierno en YouTube, las imágenes mostraron, durante 5 horas y más con el mensaje, escasez de gente. En Reforma, desde el Ángel, se proyectaron tomas desde un dron y ni siquiera la Glorieta estaba llena. Enormes huecos en el recorrido. Solamente cuatro carriles de la emblemática avenida, eran utilizados. Las banquetas, libres, los camellos testigos solitarios.
Por supuesto, había miles de acarreados, a los que al filo de las 13 horas les entregaron la clásica torta y el refresco. Decenas, quizá cientos de autobuses foráneos de pasajeros, estacionados en el Circuido Interior, en las calles de las colonias Roma Norte, Condesa, Cuauhtémoc, Juárez y Tabacalera. También en 20 de Noviembre, Pino Suárez, 5 de Mayo, 16 de Septiembre y Tacuba. Gente con rostros que reflejan el cansancio. Padeciendo el ligero, pero insistente, frío de la mañana y más tarde resistiendo los rayos solares.
Nada que conmoviera al mundo. En la Plaza de la Constitución, el atractivo: show de mariachis y cantantes. Ni aun así se llenó. Vallas frente a Palacio Nacional. Enorme templete dando la espalda a la Catedral Metropolitana. Desde ahí y luego de 5 horas de caminata –el paso lento, en serio- el presidente de la República lanzó su mensaje. Lleno de lugares comunes, de información de sobra conocida, de autoelogios a su gobierno por haber cumplido con la atención para frenar la pandemia –que cobró más de 470 mil vida según daros del INEGI y más de un millón con “otros datos”-, de tallar la piel del ejército y señalar que desde que la Secretaría de la Defensa Nacional tomó el control de las aduanas, se reportó un aumento del 10% en los ingresos aduanales. Luego una retahíla de “obras” en todo el país y, por supuesto, el agasajo por el avance del Tren Maya y, para los conservadores, “tengan para que aprendan”, les dijo “que no coman ansias nuestros adversarios: Dos Bocas ya va a empezar a refinar gasolina”. No podría faltar en la lista de mentiras presumir que el AIFA es el «mejor aeropuerto del mundo».
Nada para conmover a los espectadores, que se quedaron con las ganas de mirar el Zócalo a “reventar”. El grupo Firme sigue firme con su récord.
