Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
De nada sirvieron las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para frenar los presuntos actos anticipados de campaña y las violaciones a la legislación electoral, aprobadas el pasado miércoles.
Por lo menos, Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, parece no haberlas leído.
De lo contrario, se habría contenido en afirmar “Este movimiento no lo va a detener nadie, se equivocan los mismos de siempre que estaban acostumbrados a los privilegios si piensan que le va a ganar a quien representa este movimiento; a quien vaya a representar el movimiento seguramente va a ganar en 2024, habrá colorcito guinda para mucho tiempo más en este país“.
Acudió a Guadalajara, no a trabajar como funcionario público, reunirse con el gobernador -a lo mejor sí, pero no se supo-, a buscar diálogos para tratar de resolver la violencia en Jalisco, los secuestros, los asesinatos, la impunidad con la que actúan los criminales.
Simplemente se presentó en la Expo Guadalajara para hablar del avance social que se ha logrado durante este sexenio, a poner sobre la mesa todo aquello que se ha hecho en la cuarta transformación.
No habló, por supuesto, del cúmulo de incumplimientos por parte del presidente de la República, del fracaso de sus políticas en materias de salud, economía, seguridad, falta de empleo, inflación, infame crecimiento del PIB, de las condiciones impuestas por Estados Unidos y, claro está, que la educación también se envío al cajón del olvido.
“Yo ante ustedes ratificó el compromiso: vamos a seguir ayudando al presidente de la República, vamos a seguir junto con todos ustedes construyendo la transformación de la patria, y cuando lleguen otros tiempos pues ahí vamos a estar, con ustedes, junto a ustedes, construyendo el futuro de este gran movimiento, el futuro de este gran estado de Jalisco y desde luego el futuro de México“., lanzó como respuesta los “tímidos” gritos de ¡presidente, presidente! que, sin duda, la hacen soñar aunque se encuentre el último lugar en las recientes encuestas. Detrás de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y ¡Ricardo Monreal!
Sus acompañantes permanentes, llamaron la atención. Uno por haber sido despedido como súper delegado y otro porque, como su sucesor, no tenía vela en el entierro al que acudió el tabasqueño.
¿Qué tenían que hacer Carlos Lomelí y Carlos Manuel Merino en el evento?
Cada día se descompone más el ejercicio de la política. Y no es que López Hernández sea un bisoño en las lides. Simplemente se apegan al banderazo de “trabajen”… para y por ustedes.
A ciencia cierta, las corcholatas están imparables con sus autopromociones personales e ignoran sanciones, recomendaciones, medidas cautelares.
Ellos y ella son los que quieren los reflectores violentando las leyes, rompiendo el equilibrio y poniendo en riesgo y la equidad de la futura contienda.
Se entiende que cada cual de los cuatros -aunque uno no sea corcholata- tenga el compromiso de alabar al iluminado e imitarlo suponiendo que todos los escuchas carecen de neuronas para discernir los mensajes de elogio, superando con sus palabras la sumisión y la pérdida de dignidad.
Son los tiempos de la trasformación.
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