Will Gompertz. ¿Qué estas mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Editorial Taurus, Barcelona, España. 475 páginas. 2013.
DAVID MARKLIMO
Debatir actualmente sobre qué es arte, se ha convertido en un problema; con la inclusión de los “nuevos medios” y la tecnología digital, el producto artístico ha llegado a ser revolucionario, pero también muy diverso de lo que la gente consideraba arte unos años atrás. Sin embargo, en este nuevo entorno del arte, se aprecia un nuevo panorama, donde ya no solamente las obras pictóricas o escultóricas son dignas de ser llamadas arte, sino también hay arte en internet, en videos, en fotografías, obras de teatro, películas. ¿Ha llegado la tecnología a definir el concepto de arte?
Es más, para abordar el debate habría que decir que el uso de esta en las manos de los artistas lo que la convierten en el medio de expresión ideal para manifestar conceptos, ideas o imágenes estéticas. Algunas de estas ideas aparecen en el libro de Will Gompertz, ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno. No es cualquier libro, por supuesto. Gompertz es periodista, director de arte de la BBC, y ocupó durante varios años un cargo relevante en la Tate Modern de Londres. En el libro se explica con frescura y un punto de humor, con lo que el resultado puede calificarse como un trabajo divulgativo muy bien hecho, dirigido a ese público al que me refería, no experto pero sí interesado en la materia. El libro es un volumen relativamente generoso (cerca de 500 páginas) que arranca con los impresionistas allá por finales del siglo XIX, y alcanza hasta fechas bastante recientes, siguiendo más o menos un criterio cronológico. Es decir, se presenta un esquema que hace posible entender cómo cada movimiento artístico conduce hacia los siguientes, a veces en línea recta, otras con paradas intermedias e intercambiadores en los que reciben influencias para desembocar en una nueva tendencia. Así, Gompertz muestra con claridad el objetivo del libro: ilustrar cómo toda la evolución del arte moderno es un gran movimiento, de enorme diversidad pero rara vez azaroso, cuyas mutaciones son a veces una reacción, a veces una evolución respecto de lo que otros hicieron. Bajo ese prisma podríamos decir que no hay nada nuevo bajo el sol.
Desde los nenúfares de Monet hasta los girasoles de Van Gogh, pasando por las latas de sopa de Warhol y los tiburones en formol de Hirst, este libro nos descubre la historia que hay detrás de las obras, las personas que hay detrás de los artistas y la verdadera magia que esconde el arte moderno. Gompertz procura dejar claro que todas estas obras, por caprichosas o extravagantes que parezcan, responden a un por qué y tienen una posición concreta dentro de ese enorme flujo de creatividad. Cuando hay intencionalidad, motivo, pues, entonces hay arte.
Un último apunte, Gompertz reseña un asunto especialmente espinoso: la muy visible distancia entre el erudito y el espectador corriente. Alude al lenguaje alambicado y elitista de los catálogos, y entra de esta forma en el mundo del arte como negocio, como actividad profesional en la que los comisarios, que en definitiva comen de todo esto, se ven obligados a exhibir cierto nivel intelectual para mantener su prestigio. Es indudable que el autor conoce de primera mano de lo que está hablando (las políticas de los museos, las subastas, el peso de los críticos) pero parece que hay falta mucho análisis y debate. ¿Qué estás mirando? resuelve todas las preguntas que siempre nos planteamos y nunca nos atrevimos a hacer el tema (¿es negocio el arte contemporáneo?, existe un mercado del arte?, ¿qué papel juegan los medios en la promoción?, ¿los agentes?). Es un sorprendente recorrido por los últimos ciento cincuenta años del arte salpicado de reveladoras anécdotas. Gompertz nos explica en qué consiste la genialidad de Pollock o Cézanne, cómo un urinario cambió el curso de la historia o por qué nuestro sobrino de cinco años realmente no lo haría igual. Original, irreverente y muy accesible, este libro rompe con mitos y prejuicios y hará que nuestra próxima visita a un museo sea menos intimidante y mucho más apasionante. Ojalá lo puedan adquirir.
