Por Jesús Michel Narváez
Lapidaria frase: “Pobre Veracruz: tan lejos de la justicia y tan cerca del autoritarismo”.
Lo pinta a todo color.
No es exageración de Ricardo Monreal utilizar la frasee.
Desde hace un par de meses el jefe político de Morena en el Senado de la República entró en conflicto con el gobernador Cuitláhuac García por aplicar la Ley de Ultraje a la Autoridad.
No es todo. El mandatario, que obedece ciegamente al presidente de la República de quien es uno de sus consentidos y le permite hacer lo que le viene en gana.
La detención de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, presuntamente por haber cometido un homicidio, tiene dos lecturas:
A.- Demostrarle a Monreal quién manda y,
B.- Dirigir el mensaje a Dante Delgado, coordinador nacional -jefe de jefes- de Movimiento Ciudadano, quien ha roto lazos con su antiguo aliado, Andrés Manuel López.
Las dos hipótesis encajan en el rompecabezas.
De un lado, distraer la atención del enfrentamiento mañoso con el INE por la posposición de la Revocación de Mandato y, por otro, ante el fracaso económico que registrará, por tercer año consecutivo, el gobierno de la 4t.
Veracruz vive de crisis en crisis. Al inicio del gobierno de Cui, el escándalo lo acompañó. Pretendió que el Congreso Local aprobara una iniciativa con fines electorales para la sucesión y darle patente de corzo a la secretaria de Energía, Rocío Nahle para ser la candidata de Morena al gobierno de la entidad. Más adelante, la presencia de los criminales se acentuó y mostró su poderío ejecutando a alcaldes, síndicos y empresarios. El secuestro es cotidiano y el cobro por derecho de piso está como la inflación: imparable.
Económicamente hay freno y no de mano. El campo está prácticamente abandonado y la ganadería no vive sus mejores tiempos. El comercio resintió la pandemia y no se ha recuperado el empleo.
Nada de lo que haga el gobernador: violar la Constitución Federal, la Estatal, omitir la aplicación de las leyes y en materia de procuración y administración de justicia, el tema es sumamente delicado.
La Fiscalía General del Estado actúa obedeciendo órdenes del inquilino del Palacio de gobierno y el Tribunal Superior de Justicia acata los deseos del mandatario.
Hace unos días, el senador Monreal le pidió cordialmente al veracruzano ordenar la liberación de tres jóvenes detenidos por haber “ultrajado a la autoridad”, situación que se desmorona al observar los videos de la detención.
Cui respondió que, si el senador prefiere defender delincuentes en lugar de legislar, allá él.
Comenzó una “guerra” de declaraciones hasta que el zacatecano fijó su posición en el caso de Del Río Virgen: “Hay que reclamar con honor y sin temor, que lamentable que la etapa del pitecántropos pekinensis (el primer eslabón de la cadena evolutiva) haya retornado a Veracruz”.
Por su parte, Dante Delgado, quien fuera gobernador de 1988 a 1992, en sustitución de Fernando Gutiérrez Barrios quien fue invitado por el presidente Salinas para ocupar la cartera de Gobernación, en conferencia de prensa, solicitó la desaparición de poderes en Veracruz, porque la delincuencia ni está en la calle sino en Palacio de Gobierno.
¿Tomará nota de los hechos el protector de don Cui o dejará pasar las cosas para doblegar a Delgado y exhibir a Monreal?
Se cruzan apuestas.
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