Por Miguel Tirado Rasso
El debate legislativo, aún no iniciado formalmente sobre el análisis para la aprobación de la iniciativa presidencial de la contrarreforma constitucional en materia eléctrica, por lo pronto, se ha trasladado a otros terrenos, más allá de las ventajas o desventajas, bondades o perjuicios, beneficios o inconvenientes que esta regulación pueda significar para la economía y desarrollo del país, para convertirse, por el momento, en una auténtica manzana de la discordia para el PRI, cuyos legisladores, diputados y senadores, estarán decidiendo, con su voto, la vida o no de esta iniciativa presidencial y el futuro de su instituto político. Sin exagerar.
Al otrora partidazo, convertido en una disminuida tercera fuerza política tras su desplome electoral, las circunstancias políticas lo han colocado en una posición estratégica y muy atractiva para Morena, tras de que el partido en el poder perdiera la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y, consecuentemente, la posibilidad de realizar reformas constitucionales, sin necesidad de negociar votos con la oposición.
Y es que, en las pasadas elecciones para diputados federales, Morena y sus aliados, los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, se quedaron cortos en el número de curules obtenidas. Sumando los diputados de los tres partidos alcanzan un total de 277 curules, 57 menos de las necesarias para tener la mayoría calificada. Como ya hemos dicho en otro comentario, el único partido que podría darle a la 4T el número mágico de 234 votos para sus reformas constitucionales, es el tricolor que en la actual Legislatura cuenta con 71 diputados. De ahí los mensajes del gobierno para convencer a los dirigentes de este instituto político a sumarse a la iniciativa de Palacio Nacional.
Por lo pronto, y mientras se aprueba la Miscelánea Fiscal, la Ley Federal de Derechos y la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2022, el tema de la reforma eléctrica se discute en los terrenos del PRI, en donde existen dudas sobre el posicionamiento de sus actuales dirigentes, que han optado por dar evasivas, evitando comprometerse con una definición, lo que ha generado malestar en el seno del tricolor.
Como, quizás, no había sucedido con anterioridad en la historia del revolucionario institucional, dada la disciplina institucional que caracterizaba el comportamiento de su militancia, en días pasados algunos ex presidentes de este partido, 5 para ser precisos, antes ya se había definido Claudia Ruiz Massieu, decidieron romper el silencio y emitir una opinión de rechazo a la citada reforma eléctrica. Algo inusitado que, seguramente, a quiénes más sorprendió y mucho molestó, ha de haber sido a la actual dirigencia del partido, que está siendo presionada desde diversos frentes.
Pero el presidente del PRI, Alejandro Moreno, no da su brazo a torcer y en respuesta a los pronunciamientos de los ex dirigentes Claudia Ruiz Massieu, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Ochoa, declaró que se tomarán en cuenta las opiniones de estos líderes, aunque su postura no será la decisiva en la decisión que se tome sobre el tema, porque ésta será producto del consenso y la reflexión profunda. Algo que ya se hizo ampliamente, le podrían reclamar sus correligionarios, en lo que, además, todos ellos participaron activamente cuando se planteó la reforma eléctrica del gobierno anterior.
La ambigüedad en la postura del dirigente tricolor causó mayor inquietud dentro y fuera de este partido, porque este instituto, supuestamente, está comprometido en una alianza, Va por México, con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, quienes ya se pronunciaron en contra de la iniciativa presidencial y siguen esperando y esperanzados a que el Revolucionario Institucional no les vaya a fallar.
Para el presidente del PRI, Alejandro Moreno, y para el líder de su bancada en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, dos ex gobernadores de la época del presidente Enrique Peña Nieto, de Campeche (2015-2019) y Coahuila (2011-2017), respectivamente, resultará un tanto complicado justificar su voto a favor de una contrarreforma eléctrica totalmente contraria a la que ellos, en su calidad de gobernadores priistas, avalaron y apoyaron en los tiempos del gobierno anterior.
Además de que estarían violando principios de los Documentos Básicos de su partido, cuyas directrices van hacia una economía abierta y moderna “en la que crezca la inversión y el comercio con el resto del mundo”, a favor de la energía asequible y no contaminante y rechaza modelos proteccionistas. Claro está que estos distinguidos jefes priistas siempre podrán alegar, parafraseando a Groucho Marx, que estos son los principios de su partido, pero como no les gustan, ellos tienen otros.
Octubre 28 de 2021