Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Manuel Espino, quien presidiera el PAN de 2005 al 2007, propuso el 11 de octubre de 2024, que el Gobierno de México lograra un acuerdo con grupos de la delincuencia organizada, para intentar pacificar al país.
El diputado federal del grupo legislativo de Morena dijo que propondría crear la Comisión Especial de Pacificación y Reconciliación Nacional, que, según él, buscaría generar una cultura de paz, debido a que consideraba insuficiente la actual estrategia de contención y enfrentamiento.
Prácticamente legalizar las acciones criminales y del narcotráfico. Una propuesta sin razón de ser. Una definición de qué es el Gobierno, la detalló Luis Echeverría con motivo del secuestro de su suegro, José Guadalupe Zuno: lo hizo durante la presentación de cuarto informe de gobierno: “pueblo y gobierno de México no pacta con criminales”.
Quizá más emotivo que formal y, sin embargo, los secuestradores Zuno, lo dejaron en libertad sin que, presuntamente, se hubiera pagado algún rescate. Una historia ampliamente difundida desde el 28 de agosto de 1974 y a la que me refiero solo como antecedente de lo que un gobierno no debe hacer.
Me llamó la atención la postura de Omar García Harfuch durante su asistencia a la plenaria de los legisladores de Morena, evento que se celebra de parte de todos los partidos, unos días antes de iniciar el periodo ordinario de sesiones.
Argumentó con solidez: “las organizaciones criminales son quienes corrompen autoridades, quienes cobran piso, quienes extorsionan. Cualquier tipo de diálogo con las organizaciones criminales es un espejismo, siempre, siempre, siempre sale mal”.
Por supuesto que Espino, que cambió el crucifijo y el rosario por un empleo de tercera, mantiene su postura. Quizá sabe algo y por ello intentó, en tres ocasiones, que se llegara a un acuerdo con los grupos criminales. Seguramente ignoraba la “buena relación” del expresidente con Joaquín “El Chapo” Guzmán y su propuesta habría sido originada a petición de parte.
Coincido plenamente con García Harfuch. También lo sabe y bien después del atentado que sufrió y que se atribuyó el CJNG.
Los criminales no son leales ni con su propia familia. Son socios entre pares y buscan los caminos para convertirse en los influyentes frente a políticos, millonarios, poderosos.
Sin duda alguna, la no-política anticriminal basada en “abrazos, no balazos” pasó a mejor vida y está sepultada. Hoy hay aprehensiones -dice el titular de Seguridad Pública y Participación Ciudadana que en cuatro meses se ha detenido a 10 mil 10 mil personas por delitos de alto impacto, se han asegurado cinco mil armas de fuego y 90 toneladas de droga que, dijo, se “traducen en miles de millones de pesos que no van a llegar a las estructuras criminales para que puedan seguir comprando armas, para que puedan seguir comprando autoridades, para que puedan seguir corrompiendo autoridades o reclutando jóvenes- que, sin embargo, no alcanzan a las cabezas de los grupos criminales y éstos mantienen sus acciones bajo el recuerdo del pasado mediato y en el cual encontraron protección.
Dialogar con criminales siempre sale mal, porque alguna de las partes rompe los acuerdos que pueden concretarse en incremento de cuotas de unas y otras, más posiciones en cargos públicos a cambio de más “comisión” o bien en intercambio de información para, en su caso, aprehender a criminales y en otro sentido, para saber cundo habrá cacería de capos.
Entiendo que García Harfuch casi, casi, se vanaglorie de sus resultados. Hay que cacarear las acciones que intentan demostrar que los ciudadanos tendrán una mejor vida y lo harán en paz. No es admisible que en cuatro meses no haya un solo jefe de corporación criminal alguna. Detener a los borregos, lo hace un labrador. Ir por el lobo, requiere inteligencia, puntería y paciencia, que ya no tienen los ciudadanos.
En fin: las palabras de García Harfuch parecerían enfocadas hacia la conquista de la credibilidad por las acciones realizadas y recuperar la confianza, si alguna vez la hubo, de los ciudadanos.
Eso sí, de que hay mediáticamente un cambio de este gobierno con referencia al anterior, lo hay.
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