No es la primaria…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Las matemáticas con una ciencia exacta. Si coloca el 0 a la izquierda, vale. A la derecha dependiendo el número de redondas letras se conocerá la suma del todo. Las décimas o centésimas no hacen un entero, aunque en los comercios decidan ajustar al alza el producto adquirido.

Escribir de esto hace que uno se remonte a la primaria. Con Cholita, la directora de la escuela en la que cursé los primeros años de estudio, se aplicaba la regla inequívoca: con la calificación de 5.5, se probaba. Con 5.6 se pasaba de año. De panzazo, pero se avanzaba al siguiente grado.

Don Adán Augusto López Hernández quizá recordó sus años de primaria y quiere aplicar la lógica de ajustar a la baja las centésimas. Para él, Morena y aliados cuentan con la mayoría calificada en el Senado de la República para hacer pedazos, perdón, reformar la Constitución.

¡Falso!, se escucha la afirmación de los matemáticos.

SI se aplicara la regla, 33 décimas no hacen un entero y por tanto tampoco un congresista.

Sin embargo, conociendo cómo se las gasta la cabeza del gobierno federal y la abyección de los legisladores, en Morena ¡todo es posible! porque el pueblo les concedió el mandato.

¡Falso!, replican los politólogos y analistas además de las oposiciones. Con 36 millones de votos se muestra que 61 millones de ciudadanos no votaron por ¡Morena! Y adláteres.

El diputado Rubén Moreira refería a este espacio que el coordinador de los senadores guida es “mi amigo y lo respeto”, pero las cuentas no se hacen así.

Uno reflexiona: si se tiene 33 décimas de diferencia entre una pierna y otra ¿son iguales?

La lógica diría que físicamente son casi idénticas. Mismo color de piel, igual cinco dedos en cada y 10 uñas en cada pie y, sin embargo, alguna coyuntura carece de 33 décimas y orilla a la persona a renguear. Ni modo de rebajar o aumentar las de la otra pierna.

Sí son, pero no son iguales.

Pretender avasallar a la Constitución con números equivocados, muestra la clase de congresista que es el señor López Hernández. Quedó en tercer lugar en la encuesta para que el huésped temporal de Palacio Nacional eligiera a quien habría de sustituirlo. Incluso, para que a los derrotados les ardiera algo más que la garganta, por aquello de la contaminación, le entregó el bastón de mando a quien estaba en campaña adelantada.

Las afirmaciones del tabasqueño -tenía que ser del exedén- provocaron confusión y todo mundo se aplicó a sacar la exacta cantidad que representan las dos terceras partes de un entero. Es correcta la cifra dada a conocer. El problema radica que 33 décimas no producen un senador.

Sabemos, por lo menos es la regla, es la ley, es la Constitución, que las dos terceras partes se considera a partir de los individuos presentes no del total de congresistas que conforma ya la Cámara de Diputados, ya el Senado de la República.

De tal suerte que se le sugiere al señor López Hernández que haga magia y gire órdenes a quien corresponda para impedir que los 43 senadores de oposición logren reunirse el día de la votación.

Es fácil: un accidente de tránsito, la detención arbitraria por un jenízaro, el congestionamiento en el segundo piso, una terrible ingestión por comer camarones descompuestos o, de plano, que algún cafre atropelle al legislador sin causarle heridas que tarden más de 15 días en sanar.

Por lo pronto y hay que repetirlo: Morena y aliados no cuentan con la mayoría calificada en el Senado de la República. Le faltan 67 décimas al monstruo que quiere mida lo que representa la mayoría de edad.

Eso sí es difícil.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

 

 

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