El fenómeno climático de La Niña se caracteriza por un enfriamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico, por lo tanto afecta de forma directa a México, pues nuestro país cuenta con más de 7 mil 800 kilómetros de litoral en estas aguas.
“En el norte de México, La Niña genera condiciones que favorecen la sequía: mucha de la humedad y la precipitación que llega a través de, por ejemplo, frentes fríos, deja de venir porque la circulación atmosférica empuja esos fenómenos más hacia el noroeste de los Estados Unidos, donde se vuelve mucho más lluvioso. Por otro lado, el sur de nuestro país se vuelve un poco más húmedo”, ha señalado el doctor Alejandro Jaramillo Moreno, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
Aunque se tiene la creencia popular de que La Niña tiene los efectos contrarios al fenómeno de El Niño y ayuda a revertir el calentamiento global, el especialista de la UNAM aclara que no es así. Si bien las aguas del Pacífico son menos cálidas durante este periodo, el calor se traslada a la Cuenca del Atlántico, aumentando la intensidad de la temporada de huracanes en el Caribe mexicano y el Golfo de México.
La formación del Ciclón Tropical Uno que afecta en estos días al Golfo de México, causando lluvias torrenciales en estados como Chiapas, Tabasco y Campeche es una muestra de ello. En este caso, la temporada de huracanes inició primero en el Atlántico y no en el Pacífico.
La Niña influye en los patrones meteorológicos a nivel mundial, provocando diversos efectos como un incremento de las precipitaciones en algunas regiones y sequías en otras. En el caso de México, se presentan mayores niveles de precipitaciones en los estados del sureste, mientras que algunas regiones del norte ven intensificarse las condiciones de sequía.
Otro ejemplo de que este fenómeno no ayuda a revertir el aumento de la temperatura global es que las sequías se vuelven extremas en el norte de México.
“En las zonas donde La Niña favorece las sequías, las lluvias llegan con poca cantidad de agua y esta afectación se va alargando hasta el año que sigue. Entonces, este fenómeno perjudica a las poblaciones y ecosistemas que subsisten con base a la demanda de agua”, señaló en un estudio Jaramillo Moreno.
Los efectos negativos para México por las condiciones de La Niña es el impacto en la producción agrícola, pues si no hay agua el resultado es una menor disponibilidad de alimentos. Esta situación se traduce en el aumento de precios en la comida y el costo del agua a través de pipas.
En el caso de las entidades con mayores niveles de lluvia, las consecuencias son las inundaciones, las cuales también tienen un alto impacto económico.
Durante este fenómeno climatológico, las aguas frías del Pacífico contribuyen a cambios en la atmósfera, afectando la presión, los vientos y las precipitaciones. Mientras que en el noroeste mexicano pueden experimentar condiciones más secas de lo habitual.
A pesar de los grandes avances en materia de meteorología alcanzados en los últimos años, todavía no se puede precisar con muchos meses de anticipación cuando se formará y cómo evolucionará La Niña, sin embargo, los registros históricos señalan que puede durar entre 9 y 12 meses, aunque en algunos casos puede prolongarse hasta dos o tres años.
La intensidad del fenómeno puede variar, clasificándose como débil, moderada o fuerte según las anomalías de temperatura del mar y otros parámetros asociados.
En 2024, la presencia de La Niña ha retrasado la formación de ciclones tropicales en el Océano Pacífico, mientras que en el Atlántico se espera que este 19 de junio el potencial Ciclón Uno se convierta en la Tormenta Tropical Alberto.
(Agencias)