Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A mi hijo, Víctor Hugo por su cumpleaños
Y por sus éxitos profesionales y personales.
Abrazos y los deseos de tu madre y míos,
porque avances en el trabajo y en la ¡edad!
Ante la falta de resultados que respondan a las necesidades reales y no solamente a los discursos pronunciados desde el “bunker naval”, se ofrece una explicación baladí, sin sustento y como pretexto que refleja el abandono de sus ángeles de la guardia.
“Acerca que por qué voy a la Base Naval (es porque) ahí tenemos el centro de coordinación y mando y voy a trabajar y para qué voy a ir a exponerme a una colonia si están molestos, molestos, molestos los conservadores corruptos y pueden prepararme una emboscada para ofenderme y que se convierte en una gran noticia nacional”.
Una emboscada es, en términos lingüísticos “…es una táctica militar consistente en un ataque violento y sorpresivo sobre un elemento enemigo que se encuentra en movimiento u ocupando una posición de manera temporal”.
Años atrás, el huésped de Palacio Nacional decretó la desaparición del Estado Mayor Presidencial –una especie de Servicio Secreto como el de Estados Unidos- y lo sustituyó con la “ayudantía” de la cual han salido sus elementos para convertirse en funcionarios federales de primer nivel. Sin embargo, es simple faramalla. Elementos de la Defensa forman el verdadero escudo para proteger al Presidente de la Repúblico, porque es falso que el “pueblo sea su ángel de la guarda”.
Si en verdad los santos alados estuvieran representados por el pueblo ¿se negarían a ir a las colonias populares porque les tenderían una emboscada y los desplumarían para comer alitas con chile piquín?
Un personaje acostumbrado a las ovaciones, a escuchar es un honor estar con… observa con preocupación que los conservadores estén molestos y sean capaces de tenderle una emboscada en la que las “tropas” serían los damnificados.
Cuando una persona muestra miedo exuda adrenalina que olfatean las bestias y atacan al débil temeroso.
¿Eso es el presidente de la República?
Al parecer sí.
Dice que, entre otras cosas, no acude a dialogar o escuchar a los afectados, porque “hay que cuidar la investidura presidencial”, algo que no hizo ni hace cuando acude a Badiraguato.
Hay un refrán que le queda como anillo al dedo: “El valiente vive, hasta que el cobarde quiere”. Si alguien es bravucón con un micrófono enfrente, las cámaras de televisión tomando cada gesto del rostro, movimiento de las manos y hasta el parpadear, es el que ahora vive en Palacio Nacional.
Acusa, difama, denigra, humilla porque tiene el “poder del micro”. De otra manera, sería difícil mirarlo enfrentar, cara a cara y sin público, a quien ha ofendido y faltado el respeto.
Temer acudir a zonas marginadas pone en entredicho su letanía: por el bien de todos, primero los pobres.
Se queda en la Base Naval porque ahí no ingresan ni los marinos. Es imposible suponer que un comando armado con cacerolas, ose atravesar las puertas del bunker.
Decir que “estoy trabajando” es como recordarle el 10 de mayo a quienes no han recibido los prometidos beneficios aunque sostenga que ya se entregaron todos los apoyos.
Sin duda, sabe que las fieras están afuera, en las zonas dañadas, en los espacios desaparecidos por los efectos del huracán Otis.
Entonces reflexiona: no voy porque me preparan una emboscada, ‘Y su ejército de ángeles de la guarda ¿desertó?
¡Vaya valiente!
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