El primer ministro del país de Medio Oriente, Mohammed Shia al-Sudani, dijo este 10 de enero que quería «una salida negociada, rápida y ordenada» de las fuerzas estadounidenses, afirmando que Irak debía ejercer su plena soberanía territorial.
Días antes, el mandatario anunció que su Gobierno está formando un comité para preparar el fin de la misión de la coalición liderada por Estados Unidos en el país árabe.
Ahora, en una entrevista con la agencia Reuters, Suadani afirmó que buscan «llegar a un acuerdo sobre un plazo, que sea sinceramente rápido, para que no se queden demasiado tiempo».
El dirigente iraquí afirmó también que la retirada debe negociarse bajo «un proceso de entendimiento y diálogo», y apuntó que sólo el fin de la guerra de Israel en la Franja de Gaza frenará el riesgo de una escalada regional.
Los llamados de larga data de grupos musulmanes mayoritariamente chiítas –muchos de ellos cercanos a Irán– para abandonar la coalición liderada por Estados Unidos han cobrado fuerza tras una serie de ataques estadounidenses contra grupos militantes que también forman parte de las fuerzas de seguridad formales de Irak.
Tras los dichos de la semana pasada del primer ministro iraquí, el portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, Pat Ryder, dijo a la prensa el lunes 8 de enero que «no tenía conocimiento de ningún plan» de su país para retirarse de Irak.
EEUU demorará su retirada todo lo que pueda
Según el experto en Oriente Medio y profesor emérito de la Universidad George Washington Hossein Askari, si las fuerzas estadounidenses abandonan Irak, no será por voluntad propia, ya que quedarse es «la mejor estrategia» para separar a esa nación de Irán, un viejo anhelo de Estados Unidos, que se opone a la nación persa desde el triunfo de la Revolución islámica, en 1979.
Además, el profesor cree que «entre bastidores», los líderes de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Baréin, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar), aunque puedan tener diferencias políticas importantes con Washington, temen una mayor cooperación entre Teherán y Bagdad, en medio de su propia debilidad militar.
Por tanto, prefieren que Estados Unidos permanezca en Irak indefinidamente.
En cuanto a la justificación de Washington para su presencia, que es la lucha contra el Estado Islámico, Askari cree que el papel estadounidense en el combate contra la agrupación terrorista es, en el mejor de los casos, «marginal» y constituye más una «excusa» que una verdadera razón.
«Hay que recordar, por ejemplo, que el general iraní Qasem Soleimani era muy importante en la lucha [contra el terrorismo del Estado Islámico], y Estados Unidos lo asesinó», contrastó.(Sputnik)