Con un sigilo y una maniobrabilidad excepcionales, el avión de combate ruso de quinta generación Su-57 se sitúa a la vanguardia de las aeronaves modernas. Su impresionante potencia de fuego, facilitada por misiles avanzados, y probado uso en operaciones de combate reales lo distingue de sus análogos, publica el portal militar ‘Military Watch’.
El caza de quinta generación Su-57 «se destaca por una filosofía de diseño muy diferente a la de otros cazas de su generación, incluida su significativa superioridad en potencia de fuego», subraya el artículo, aclarando que el armamento de ese avión ruso resuelve una de las principales desventajas tecnológicas de todas las aeronaves de ese tipo, que reside en su limitada capacidad armamentística.
El diseño furtivo de los cazas de las últimas generaciones requiere el transporte de municiones interno para reducir su sección transversal de radar y preservar su sigilo. En ese caso, las bahías de armas están instaladas dentro de la aeronave.
Por consiguiente, añade la publicación, los aviones de esa misma generación, el F-22 estadounidense y el J-20 chino, se equipan con seis misiles aire-aire de largo alcance, el AIM-120C/D y el PL-15 respectivamente, y dos de corto alcance para un total de ocho, mientras que el novedoso F-35 está aún más limitado, con cuatro misiles en total o la mitad de carga de sus análogos.
«(…) Lo que hace destacar al Su-57 es que no solo puede llevar misiles aire-aire de mucho mayor alcance que otros cazas furtivos, sino que también ha llevado misiles de crucero de largo alcance de gran diámetro para su uso en operaciones de combate reales», asegura el autor del artículo.
Una de las principales ventajas de este caza se debe al arma con que puede equiparse, el R-37M desarrollado por la oficina de diseño Vympel. Conforme a la información pública, es un misil aire-aire de ultralargo alcance diseñado para enfrentarse a cazas, aviones de asalto, bombarderos, aviones de transporte militar, helicópteros, drones y misiles de crucero enemigos en cualquier momento del día, en todos los ángulos, así como en condiciones de supresión radioelectrónica.
El alcance máximo de lanzamiento del R-37M, de acuerdo con los datos disponibles, es de entre 300 y 400 km con el propulsor de misil desmontable. La altitud de los objetivos oscila entre 30 metros y 25 kilómetros. Además, dispone de una velocidad máxima de vuelo de seis velocidades del sonido, lo que significa que es efectivamente hipersónico.
«Su alcance de combate aire-aire permite a los Su-57 amenazar a medios de apoyo enemigos clave, como aviones de alerta temprana y control aerotransportado, así como bombarderos, desde distancias extremas, y, combinada con sus capacidades furtivas, crea una incertidumbre considerable en cuanto a las áreas en las que operar dichos aviones puede o no ser seguro», explica el artículo.
