La Batalla de las Campañas ilegales

 

ALFREDO MEJÍA MONTOYA

 

El inquilino de palacio cada vez se nota más irascible, frenético y beligerante, ha perdido la calma e ignora dónde buscarla, su desasosiego se nota más en la tribuna de las matinales, y para muchos analistas dicen que ha extraviado también la cordura, la prudencia y la sensatez, y dicen que está última ya se le terminó, porque no estaba preparado ni tenia los conocimientos requeridos para el trabajo que intentó realizar: el de gobernar; Asimismo, en los ahora lúgubres pasillos de palacio, se encontró el amuleto de la discordia, del divisionismo y del autoritarismo.

 

Desde esa esfera político-social, pretende eliminar al árbitro de las contiendas electorales, para así manejar las elecciones del 2024, a sus deseos y entendimiento (¿?)

 

La actitud de López proviene de un gran debilitamiento emocional, ha perdido el ímpetu que generó en sus inicios, aunque también no sabía por dónde comenzar, y han transcurrido ya casi cinco años y sigue igual. Su capital político se ha desvanecido entre sus manos, ya no tiene esa consistencia del principio, ahora se escurre de entre sus dedos al precipicio de la llamada politiquería.

 

Sus propuestas de corcholatas para fungir como posibles candidatos a la votación en elecciones 2024, aún están verdes, divididos y en la ignomía del posible electorado, no brillan con luz propia, y López, por más que les trata de inyectar tiempo, esfuerzo y recursos que se ignora de donde lo obtiene, será del presupuesto o de sobres amarillos, no los hace avanzar. La falta de transparencia invita a imaginar que dichos recursos no tengan clara su procedencia. 

 

El divisionismo que se observa entre las corcholatas, que cada día escala a niveles insospechados, y entre la confrontación entre ellas, se le suma la rebelión de los verdes y la de los petistas, donde queda demostrada la incapacidad y la pésima operación política de Mario Delgado que, en lugar de unirlos con la base electoral, los divide.

 

Mientras, el orador de las matinales, considerando que hace su labor violentando la ley, desde hace un mes se dedicó a golpear y atacar de todas las formas habidas como la política, social y financiera a Xóchitl Gálvez, emulando a Enrique Peña Nieto en contra de Ricardo Anaya, con la misma técnica que está usando López Obrador en contra de Xóchitl Gálvez, ni en eso puede crear. Otra estrategia que le redunde beneficios o por lo menos su objetivo, que es descarrilar a Xóchitl, sin embargo, Xóchitl no es Anaya, ella está dando la batalla a cada momento, golpea y a cada ataque de López Obrador cuya diferencia es que utiliza dinero público para denostar a un posible candidato de la Oposición, responde.

 

El otro frente que abrió la semana pasada, es el de empezar a golpear a Movimiento Ciudadano MC, a fin de que no se adhiera a la Alianza Va X México AVXM, golpeando a Samuel García y Luis Donaldo Colosio, tratando de dividir a la ciudadanía para que se unan a los que posiblemente les pueda ganar, esto es a la ALIANZA, López sabe que si ellos se unen no habrá forma de vencerlos el año que entra. 

 

Implementando el plan C, aquel que por la vía de los hechos busca imponer lo que no procedió por la ruta de la civilidad institucional, por la vía de convencer en el diálogo público razonado. El plan C también tiene en su guion, infiltrar y disminuir al árbitro desacreditándolo. También es parte de su libreto desacatar lo que disponga la autoridad electoral, lamentablemente hay varios ejemplos al respecto.

 

Y los partidos verde y del trabajo están en posibilidad de exigir espacios en el gobierno federal si el partido oficialista llegara a ganar, tal y como sucedió en las votaciones estatales en Coahuila, donde solo al cumplir sus peticiones votaron de lado de Morena, eso nos da una idea de que no está tan seguro de su base dura para la votación de la sucesión, por ello ataca tanto a la AVXM y a partir de la semana pasada lo hace también en contra de MC, y sus corcholatas ni por enterados, ya que su jefe de campaña es el que las mueve en el pandero de la política nacional.

 

El activismo político de López Obrador se impuso a la ley y la autoridad electoral que acordó reglas para regular un periodo político ilegal. Si no fuera suficiente, lo hace seis semanas después de que el “proceso político inédito” inició, después de más de la mitad del tiempo que los propios “sujetos regulados” se dieron a sí mismos para dar a conocer a quienes postularán a la presidencia de la República, el estado de derecho no le interesa a López y se impone con un descargo de abuso de autoridad.

 

Siendo objetivos, lo que realmente hizo el titular del ejecutivo fue reescribir lo que ya estaba dispuesto. Si así fuera en la especie, el TEPJF deberá resolver antes de la primera semana de septiembre para que todo esto no quede en los anales históricos como hechos de imposible reparación. Si lamentablemente eso ocurriera, quedará que, dentro de los afanes de poder, se resuelva sobre hechos a posteriori.

No cabe duda, que cada paso que da López Obrador estamos en presencia y dirección del perfeccionamiento de actitudes eminentemente autoritarias.

 

Si algunos ciudadanos no hacen nada, la otra ciudadanía se preguntará ¿Por qué? Casi dos siglos construyendo un estado de derecho, la ley contra la arbitrariedad —nadie al margen de la ley, nadie por encima de ella, no la frase trillada del inquilino de que “la ley es la ley”— ley de la transparencia, una Constitución Política acorde a las novedosas formas de coexistencia en la sociedad civil y en materia política, con sus movimientos en la alternancia partidista, para que ahora tengamos que enfrentarnos a un escenario con claras particularidades del pasado. Lo anterior puede parecer surrealista, hasta ingenuo, pero sabemos que es un valor indeclinable para no transitar de un autoritarismo a otro.

 

Se le terminó la tranquilidad al inquilino de palacio, eso significa, que la oposición lo está haciendo posible y es capaz de arrebatarle la silla al prospecto autoritario, el pueblo lo merece, ya sufrió demasiado con más de lo mismo y sin servicio de salud, medicamentos y un exagerado temor por la inseguridad que acecha a cada uno de nosotros todos los días, de unos libros de texto adoctrinadores de tendencias autoritarias y de lucha social sin respetar el estado de derecho, nadie desea lo mismo otra vez, para no repetir esa frase de que “ahora estamos peor que antes que estábamos peor”. Ciudadano, tú tienes la última palabra, con tu sufragio efectivo y secreto. México, por ti.

 

a2m8m@yahoo.com.mx   freedomm

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