Clara, la Respuesta de Perú por la  Intromisión en sus Asuntos

*México Sólo en Cuatro Ocasiones en el Siglo XX Tuvo Serios Diferendos

*Todos Fueron con una Cuarteta de Dictadores de Aquel Momento

*En el Siglo XXI, Después de Tres Gobiernos, Surge Otro en el Actual Sexenio 

*El Rompimiento de Relaciones con Perú, por Culpa de un solo Hombre

*Pareciera que se Opera un Retorno de las Tiranías en Latinoamérica

*El Terrorismo de Estado, las Nefastas Dictaduras y los Gobiernos Autoritarios

NIDIA MARÍN

Tenía que poner el mal ejemplo, no sólo en materia de política interna, sino también en la internacional, al olvidar la frase de Juárez: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”

En lo general, México había respetado las decisiones políticas que han tomado otras naciones latinoamericanas y, en los últimos 70 años solamente en cuatro ocasiones había tenido diferencias serias con países: Guatemala, República Dominicana, Chile y Nicaragua. Hoy, la quinta proviene del sur, sí de América del Sur y propiciada desde el zócalo mexicano.

Por cierto, es la primera vez que desde el gobierno de otra nación no solamente declaran “Non grato” al presidente de México y le prohíben entrar al país (Perú) sino que tácitamente corren a los representantes de la embajada mexicana en aquella nación. ¿Por culpa de quién? Del mayor boquiflojo del país.  

Sí, triste, pero real, el rompimiento de relaciones con Perú ocurrió debido a la falta de respeto del habitante temporal de Palacio Nacional para con un gobierno constituido legalmente de acuerdo con las normas peruanas. 

De ahí que el admirado Benito Juárez del presidente mexicano debe estar revolcándose en su tumba, de la ira contra el metiche nacional.

Nada similar con lo ocurrido en otros tiempos, aunque hay que aclarar que México no había llevado buena relación con las dictaduras, incluida la actualidad, lamentablemente, con la cubana.

En esa isla, en febrero de 1959 Fidel Castro fue nombrado (que no electo) primer ministro y después también en febrero, pero de 1976 electo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Así permaneció hasta el 24 de febrero de 2008. 

Nunca dejó el poder porque, posteriormente, hasta 2016, cuando murió, fue diputado a la Asamblea Popular y dirigente del Partido Comunista Cubano y en la máxima posición entonces ingresó su hermano Raúl Castro quien encabezó un interinato desde 2006. Posteriormente, desde febrero de 2008 hasta abril de 2018. 

El nuevo presidente es Miguel Díaz-Canel desde el 10 de octubre de 2019. En 2023 ya se reeligió, por una sola vez y entonces se sabrá si la dictadura cubana llegó a su fin. Pero México desde el triunfo de los Castro ha permanecido con relaciones con los tres gobiernos.

LARGA CAUDA DE

GOBIERNOS ASESINOS

Por cierto, en el Caribe y en las Américas, del centro y del sur, la inestabilidad era absoluta y los gobiernos dictatoriales también. En aquellos tiempos, por ejemplo, en Haití, los Duvalier, Papa Doc y Baby Doc; en Honduras, Tiburcio Carias; en Perú, Juan Velasco Alvarado y Alberto Fujimori; en Panamá, Manuel Antonio Noriega y Omar Torrijos; en Brasil, Joao Baptista Figuereido y Humberto de Alencar Castelo Branco, así como la cuarteta de militares: Artur da Costa e Silva, Emilio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figuereido.

Además, en El Salvador, el general Maximiliano Hernández Martínez; en Argentina, Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse, incluido el mencionado Jorge Rafael Videla, con Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone. 

Los años del siglo XX eran tiempos muy agitados, sobre todo tres cuartas partes del mismo.

Pero, en cuanto a las relaciones diplomáticas de México no eran sencillas. Requerían gran habilidad diplomática. 

Por ejemplo, con República Dominicana, las tensas situaciones ocurrieron durante el mandato del dictador Rafael Leónidas Trujillo a mediados de las décadas de los cuarenta y finales de los cincuentas. 

México enfrió sus relaciones con República Dominicana, porque este nefasto personaje alimentaba la inestabilidad en el Caribe. 

El presidente Miguel Alemán, dicen, aguantó las tensiones derivadas del dictador, lo mismo que lo hicieron otras naciones caribeñas. Después seguirían con la misma política hacia aquella nación los presidentes Adolfo Ruíz Cortines y Adolfo López Mateos. 

Trujillo acusaba que en México se llevaban a cabo reuniones de altos personajes de la política caribeña, así como de cientos de exiliados (los menos numerosos eran los que llegaron a nuestro país) con el fin de derrocarlo. Cuentan los estudiosos que el especialista Espaillat señalaba que México era “el sismógrafo político del Caribe”.

La relación se tensaría aún más cuando el 19 de junio de 1949 ocurrió el desembarco de la expedición armada de exiliados dominicanos (ocho muchachos) en la bahía de Luperón, en Puerto Plata, República Dominicana, cuyo objetivo era derrocar al dictador, pero fueron vencidos y muertos. 

Pasaron algunos años de tensión y en plena guerra Fría (en 1951) México retiró a su embajador Núñez y Domínguez. Después mandaría otro. No era para menos, pero la consecuencia fue que el dictador envió asesinos a México, quienes atentaron contra Tancredo Eloy Martínez (exyerno de Trujillo) y José Almoina, entre otros. 

A finales de los años cincuenta inició la caída de las dictaduras caribeñas y latinoamericanas, de Fernando Rojas Pinilla, en Colombia y Juan Domingo Perón, en Argentina. 

Sin embargo, la tiranía continuó: de los Somoza (22 años), en Nicaragua (padre e hijos Anastasio Somoza García; Luís y Anastasio Somoza DeBayle); de Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela; Gustavo Rojas Pinilla, en Colombia y Fulgencio Batista, en Cuba. Ellos servían de aliento para Rafael Leónidas Trujillo, hasta que en 1961 en una emboscada ametrallaron el auto en el que viajaba, pasó varios días en agonía y murió.

EL DICTADOR “DE

ACERO INOXIDABLE”

Otros tiempos también fueron propicios para las tensiones. Ocurrió cuando otro dictador ingresó al poder en el vecino país Guatemala con la promesa de gobernar “con mano de acero inoxidable”. 

Fue un desastre. Miguel Ydigoras Fuentes “El loco Ydigoras” para los mexicanos, apenas llegó al poder y el 30 de diciembre de 1958 amenazó con “bombardear y ametrallar hasta hundir todo barco pirata de día y de noche, hasta acabar con esos bandidos, piratas y filibusteros”, evidentemente mexicanos. 

Y así lo hizo el día 31. La Fuerza Aérea Guatemalteca atacó dos barcos mexicanos con saldo de tres pescadores muertos y catorce heridos.

No se rompieron relaciones porque México, con Adolfo López Mateos de mandatario, encabezaba la OEA, pero la tensión persistió no solo cuando cayó el “loco”, sino en el siguiente gobierno, también militar, hasta que llegó un civil.

Este país vecino de la República Mexicana ha padecido muchas dictaduras. Después llegarían: Lucas García y Efraín Ríos Montt.

EL TERRORÍFICO

AUGUSTO PINOCHET

Otro conflicto diplomático, en este caso con Chile, sucedió en 1974, cuando el presidente mexicano, Luis Echeverría Álvarez, rompió abruptamente las relaciones diplomáticas con el Régimen Militar de Chile, en respuesta al golpe de Estado del 11 de septiembre que derrocó al Gobierno de su amigo, el presidente Salvador Allende.

Además, el dictador Augusto Pinochet permaneció por años en su cargo (de 1974 a 1990) y a nuestro país arribaron en esos 16 años, miles de refugiados chilenos.

Otro conflicto se suscitó con Nicaragua. En su gobierno estaba como mandatario el último de los dictadores de la familia Somoza, en este caso DeBayle (también llamado Anastasio como el primero). 

Tras el asesinato en 1978 del periodista, político y empresario, Pedro Joaquín Chamorro, se desató la guerra civil en el país el 20 de mayo de 1979, el presidente José López Portillo ordenó la ruptura de relaciones con aquel gobierno, mismo que cayó casi de inmediato. Y cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional avanzó sobre Managua, el dictador se fue. Hoy, uno de los máximos triunfadores de aquel tiempo, imita en saña maldad y permanencia en el poder a quienes tanto aborrecía. Sí está mirándose en el mismo espejo.

Sí, con el regreso de los gobiernos electos, México reanudó las relaciones diplomáticas normales, aunque, en la actualidad, aquellos que lucharon contra la dictadura hoy gobiernan en una posición similar de persecución y arresto de opositores. Es el caso de Nicaragua.

México, por cierto, no se salvó de tener energúmenos en la presidencia. Tuvo tres dictadores: Antonio López de Santana, Victoriano Huerta y Porfirio Díaz. Hoy, existe quien pretende perpetuarse en el poder.

En esta tercera década del siglo XXI, muchos pretenden que retornen los brujos. En nuestro país también.

Como ha señalado la agrupación de derechos humanos de la Organización de Estados Iberoamericanos:  

“En América Latina, los derechos humanos emergieron en el debate público a fines de los años setenta, asociados a las experiencias de Terrorismo de Estado en el marco de las dictaduras y gobiernos autoritarios de países como Brasil, Uruguay, Argentina, Perú y Chile. En este contexto, militares, paramilitares y agentes del Estado cometieron actos que transgredieron los derechos humanos de miles de personas, tales como detención arbitraria, prisión política, ejecuciones políticas, desapariciones, tortura y el exilio”. 

Mientras, en varios países de Latinoamérica siguen apareciendo los brujos y el actual presidente de México no rechaza a esas nuevas dictaduras (como la nicaragüense), pero en cambio agrede a países que realizan la política correctamente. Sí, a los peruanos los insulta y los agrede por no haber permitido que quien era su presidente, mediante trampas y argucias, tratara de permanecer en el poder.

Son las incongruencias actuales desde Palacio Nacional. 

¡Indignantes!

 

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