Entre los Pingüinos Laguneros, Garzas Pico Amarillo, Gaviotas y Pájaros Carpinteros

 

*¿Cómo que Dónde? En Acapulco, Específicamente en uno de los Encantos: Barra Vieja

*Ahí Siguen no Obstante que la Playa Perdió Terreno al Subir el Nivel del Agua de Tres Palos

*Y una Embarcación Recorre Aquellos Lugares del aun Hermoso Puerto del Pacífico

*Se Aprecian en Todo su Esplendor los Exuberantes Manglares de la Laguna

*Entre diversos Colores del Agua: Azul, Verde y Ocre, es el Recorrido

*Un Tratamiento Corporal de Barro Negro en uno de los Sitios de Visita es la Sorpresa

*Tras el Retorno una Delicioso Pescado a la Talla y Otro día una Visita a Pichilingue

*Recordando a Tin Tan y su Película “El Marinero Mareado” 

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

ACAPULCO, Gro.- ¿Sabes que en Acapulco tenemos pingüinos? No nos referimos a la única ave que no vuela y que vive en la Antártida. Se trata de un pájaro que surca los aires y que tiene un gran parecido con este ejemplar pero que las personas se refieren como “pingüino lagunero” y es que, en verdad, tiene un gran parecido en su porte, no así sus patas grises o plumaje color sepia.

Abundan en el lugar otro tipo de aves como las blancas garzas de pico amarillo, gaviotas, patos, pájaros carpinteros, fragatas y más. Para admirarlas deberás realizar un paseo en lancha que ofrecen los prestadores de servicios de Barra Vieja donde, por cierto, la playa perdió terreno por el crecimiento del nivel del agua que se junta con la laguna.

Una vez a bordo, comienza la aventura. Los jóvenes vacacionistas exigen que se ponga la música que emite una bocina ex profeso para ambientar el recorrido. Para mi gusto, prefiero escuchar el sonido de la naturaleza, de las aves, del viento, del agua.

A lo lejos, gritos y risas, la algarabía en pleno. Se distinguen las siluetas de niños que se encuentran a la orilla del río; algunos suben a un árbol, se columpian en una de las ramas de arriba abajo y, llegado el momento, se avientan al agua. Todos ríen. Son felices. No necesitan más para disfrutar de la vida. Hacen gala de brincos y clavados.

Comienza a navegar por la Laguna de Tres Palos. El calor es intenso; el agua refrescante rocía a quienes vamos a bordo. El capitán da un giro para adentrarse a la zona de los manglares. La exuberante vegetación forma una gran sombra que opaca los rayos del sol.

BARRO NEGRO 

El paisaje es inigualable, ideal para tomar fotografías pues salen al encuentro las aves, las cortinas de manglares (algo así como enredaderas). El capitán se dirige a una zona especial para consentir a sus viajeros. 

De un brinco baja de la lancha y nos invita a hacer lo mismo. Los pies se te mojan de inmediato en el agua y al llegar al suelo comienzas a hundirte en el lodo hasta quedar atrapado hasta las rodillas; la sensación es viscosa, pastosa. Con trabajo logras dar algunos pasos para buscar ese fango especial, el barro negro, el que está más sólido y que deberás untarlo en la piel, pues, te aseguran, quedarás muy bella por sus propiedades regenerativas. Accedes. Todo va bien, te embarras el cuerpo, los brazos, la cara, las piernas y, ¡hasta el cabello!

Para que surta efecto el tratamiento, tendrás que dejártelo hasta que se seque y quedar como una estatua de piedra. Es inevitable reír ante tal cuadro, aunque no se debe hacer “porque si ríes, la cara se te arruga”, asegura el lanchero y pide subir a la lancha para aprovechar el tiempo.

Antes de partir, aconseja llevar el barro que uno desee. “No hay problema. No pasa nada. Hay mucho”. Y comenzamos el regreso. Más aves en el cielo, en las ramas de los árboles, de las palmeras, de los troncos, de las piedras. Uno, con el barro embarrado. “Cuando lleguemos a Barra Vieja se podrán enjuagar”, dice el guía.

El color del agua es, en ocasiones, verde, otras, azul, más allá, ocre. El viento apresura el secado. Curiosamente no se siente la piel restirada; más bien, protegida.

Al llegar, nada como un delicioso pescado a la talla allí, en Barra Vieja, donde, afirman, se creó la receta original.

Es en las vacaciones de Semana Santa y en los días de asueto cuando las playas son visitadas por millones de turistas por lo que una buena opción es realizar actividades alternas como estos paseos en lancha.

PLAYA

PICHILINGUE                                                             

Y otra buena experiencia resulta trasladarse de la bahía de Puerto Marqués a Pichilingue, una playa que goza de cierto prestigio porque resulta que hay fraccionamientos exclusivos y casas de verano por lo que el turista sólo puede acceder en lancha o al rentar un apartamento del lugar.

Recién llegamos a Puerto Marqués, un joven nos ofreció el paseo en lancha por 700 pesos ida y vuelta. Nos llevó a un restaurante donde nos pidió que esperáramos porque le avisaría al capitán. No tardó en llegar una persona mayor guía que nos llevó hacia la embarcación; más adelante apareció un acapulqueño joven. A todas luces se nota su cuerpo bronceado, atlético, cuidado, con piernas, brazos y torso musculosos que presume al andar con un diminuto biquini y un gorro de marinero. Da la bienvenida y, con las mujeres, se muestra atento, solícito para ayudarlas a subir. Les dice dónde sentarse para que haya equilibrio.

Platica durante el trayecto. Recuerda que Sylvester Stallone estuvo de visita; que aquella mansión es del cantante Emmanuel y su esposa Marcela, hija de Miguel Alemán, quien se las dio como regalo de bodas; que a esa otra casa le robaron una estatua de una mujer desnuda; que ahí se ve una piedra en forma de “trasero” y otra en forma de tiburón; que fue en una playa de Acapulco cuando Agustín Lara se inspiró para componer la canción de María Bonita; que Luis Miguel se compró una casa en ese puerto.

Afirma que, si bien las playas son federales, los dueños de las casas tienen todo el derecho de disfrutarlas por lo que, cuando están, no llevan a los turistas. “Nosotros no podemos llegar al tú por tú, pero vengan en temporada baja y los llevo a esas aguas. Ahí les presto”, y señala un lugar.

Aquí se grabó parte de la película Tin Tan y el Marinero Mareado, la de “El Inocente”, con Pedro Infante y Silvia Pinal. Y que allí se filmó la serie de Luis Miguel, entre otras, dice el Guía.

Además asegura que hay casas que pertenecieron, por ejemplo, al ex presidente José López Portillo, a María Félix, a Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”; que la casa de la señora Susana Palazuelos se renta para eventos; que aquella es del señor Emilio Azcárraga… en fin, playas exclusivas que anteceden a Pichilingue.

La plática termina sólo porque llegamos y entonces nos habla de los restaurantes de la zona; del alquiler de moto acuática (600 pesos la media hora), del paseo en el famoso inflable mejor conocido como “banana” (100 pesos por persona); del alquiler de sillas y sombrillas (300 pesos).

Cabe señalar que la arena es fina; el oleaje tranquilo; la arena dorada; gente amable y platicadora. Resulta una buena experiencia.

 

 

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