Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En memoria de mi hermano Salvador,
quien hoy cumpliría 77 años.
Afirmar que la infiltración de un agente de la DEA en el cártel de los Chapitos fue “una intromisión abusiva, prepotente que no debe de aceptarse bajo ningún motivo” y exigir se “informe de lo que harán y en donde” al tiempo de reiterar que “no puede haber agentes extranjeros en nuestro país, no”, es vivir en la ignorancia y señalar a la Marina de haber estado -¿o está?- subordinada a las agencias estadounidenses durante el sexenio de Calderón, es una falta de respeto para la institución y confirma lo publicado por The Washington Post el fin de semana sobre la tensión existente entre la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina.
Desmenucemos los temas:
1.- No conoce la definición y acción de infiltrado. Por ello, se le doy a conocer en este espacio: Introducir a una persona secretamente en una organización o un lugar con la intención de conocer sus actividades y denunciarlas o comunicarlas a aquellos para quienes trabaja. “El objetivo era infiltrar un grupo de agentes en la base enemiga”.
Si está infiltrado un agente en el cártel ¿cómo quiere que se avise? Dejaría de estar trabajando encubierto y todo mundo lo identificaría para correr la misma suerte de Enrique Kike Camarena, quien al ser descubierto por Rafael Caro Quintero fue torturado y asesinado junto con su piloto Alfredo Zavala Avelar.
2.- Decir que un agente infiltrado fue “una intromisión abusiva, prepotente… lleva a concluir que no entiende que, nadie podía saber el trabajo que realizaba y menos el Ejército o el mismísimo huésped temporal de Palacio Nacional.
3.- Acusar a la Marina de haber estado subordinada a las agencias de EU, ratifica la tensión existente con el Ejército. Ignora, por supuesto, que las capturas de Rafael caro Quintero y Ovidio Guzmán corrieron a cargo de la Marina y que, en Estados Unidos, ciertamente, le tienen más confianza que a los militares.
4.- Y para que quería ser avisado de la infiltración. ¿Para dar el pitazo a los Chapitos?
Durante su monólogo, esta ocasión en tono de barítono quejumbroso, volvió a negar que en México se produzca fentanilo. Dobla al Ejército y lo desmiente. Porque la élite militar “descubrió” 16 laboratorios en donde se procesaban los precursores para producir las pastillas de fentanilo. Su negativa raya en el cinismo.
Desde que el pasado viernes se conoció que el Departamento de Justicia de Estados Unidos contaba con órdenes de aprehensión en contra de Los Chapitos, el señor López se puso nervioso. Y más durante su mensaje de ayer en el que, como buen plumífero de lengua negra, repitió que es maderista y por ello “sufragio efectivo, no reelección”, su tono de voz era más aguda de lo acostumbrado.
Quienes lo conocen bien y lo han escuchado infinidad de veces sin cansarse, afirman que dos tics delatan sus acciones. Cuando sisea, miente. Cuando grita, está irritado.
Para no olvidar a su Lex Luthor, dijo que los elementos de la DEA “estaban contentísimos” con Genaro García Luna, a quien incluso premiaron en Estados Unidos. Así como que, en su juicio por narcotráfico, “nada más definieron una esfera, el Cártel de García Luna”, pero no hablaron de su relación con las agencias internacionales ni los gobiernos de ambos países.
¿Acaso es juez para exigir declaraciones que auto incriminen? Desconoce la quinta enmienda.
En fin, de que está nervioso, lo está. Porque sabe y bien que en los documentos sustraídos del Pentágono hay informaciones valiosas y porque no puede ignorar que haya órdenes de aprehensión contra los que, dice la vox populi, son sus protegidos.
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