Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
De acuerdo con la decisión de los jurados que emitieron su falló, finalmente, declarando culpable a Genaro García Luna de los cargos imputados por los que podría pasar el resto de su vida en prisión, se evidencia una vez más que los testimonios de “oídas” pesan y mucho en la aplicación de la justicia estadounidense. Los fiscales cumplieron su cometido y salieron victoriosos en una lucha de dimes y diretes y podrán clamar: se hizo justicia.
Con el veredicto, se acabó el circo.
Y ahora ¿qué viene en el púlpito guinda?
Sabremos esta mañana si el huésped de Palacio Nacional acepta de buena manera el falló. No lo hará. Pondrá sobre la mesa los “muchos asuntos que no se trataron” y comenzará el reclamo de los “bienes” que le corresponden a México. Una fortuna, según afirma, de 700 millones de dólares.
Un tema que difícilmente prosperará. Porque en última instancia el dinero ilícito no provino de los presupuestos del Gobierno federal sino de los criminales por lo cual hay que preguntar bajó que argumento jurídico se estima que son de nuestro país, del gobierno o de la caridad pública.
Ya no habrá más tela de donde cortar en el traje a la medida de García Luna.
Ahora viene el nuevo ataque, el que se dirigirá a Felipe Luthor, el enemigo que golpea al “superhéroe”, en cuyo uniforme se borra la letra A.
En tiempos políticos ardientes, sin duda un error político tiene consecuencias. Y lo cometió el michoacano al promover la crítica en contra de los gobiernos dictatoriales y al mismo tiempo lanzar la convocatoria para que las oposiciones en México definan ya al que será abanderado en las próximas elecciones.
Sabemos, todos, que su Serenísima está irritado. Molesto con el mundo que no lo entiende y que los envía cotidianamente a Palenque.
García Luna era un buen pretexto para desviar cotidianamente los problemas serios que padece no solo el país, como tal, sino quienes lo pueblan. Hablar contra los que no aceptan su trato desigual, lo lleva a encerarse en un círculo vicioso, en un laberinto que, ideado, diseñado, construido sin proyecto ejecutivo, como Dos Bocas, Tren Maya y AIFA, no tiene salida.
Tiene elementos suficientes para estar preocupado y pasar de la angustia al coraje y dejarse acompañar por el miedo.
Ama tanto el poder que es su alimento. Sin él, siente que la muerte acecha.
Y no se crea que le teme a la Parca. No, su miedo es pasar a la historia y ser juzgado por sus hechos, acciones y decisiones desacertadas.
Sabe y bien que cada día hay más inconformidad con sus políticas y que no podrá revertirla, porque cada 24 horas se suman más ciudadanos al núcleo del reclamo.
Y desde ahora ha sacado las armas para impedir que el domingo se reúnan millones de ciudadanos para defender el voto, la libertad de sufragar y frenar las locuras.
Con el baladí argumento de que quienes acudan a la marcha dominical serán los corruptos, podría llevarse la enorme sorpresa de que los de afuera del gobierno no tienen cola que les pisen. Los de adentro está exhibidos por el despilfarro, el robo.
La Auditoría Superior de la Federación, con todo y las presiones ejercidas para que no actúe, ha encontrado la pista del dinero y la ha seguido. Miles de millones de pesos desviados, no comprobado el gasto y observados para que quienes los utilizaron demuestren en dónde están.
Irritación en aumento. Es como su presión arterial: incontrolable.
Bueno, al final del día, el circo cerró las puertas, acabó la función.
Y como diría el Chapulín Colorado ¿y ahora a quien acusará?
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