Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Como los merolicos que le gritan al observador: atrás de la raya que estoy trabajando, sin que nadie se percate qué chamba hacen así comportó el huésped temporal de Palacio Nacional la tarde del martes.
O lo atacó el alzhéimer o simplemente se equivocó de horario. No hay otra explicación.
Utilizar 27 minutos con 32 segundos para responder una pregunta y que estaba dirigida al presidente Biden, mostró que el señor López no tiene medida.
Quizá supuso que estaba frente a los paleros que cobran en la coordinación de comunicación social de la Presidencia y a los que les puede dar atole con el dedo y alargarse en sus respuestas, porque no sabe hablar de corridito, con sus pausas, el movimiento de las manos que hace recordar a José Antonio Hipólito Espino Mora mejor conocido por el apodo de “Clavillazo” y en ocasiones la mirada perdida.
Había reporteros profesionales. Estadounidenses, canadienses y mexicanos en el evento que se convocó bajo el nombre de “conferencia de prensa” y tratando, sobre todo los nacionales, de establecer cuestionamientos a Biden más que a Trudeau y menos a López.
Con independencia de lo deshilado de su respuesta, robarse el tiempo a un Jefe de Estado –de a de veras- y un Primer Ministro, fue una falta de respeto.
Es probable que estuviera irritado por los acuerdos no públicos a los que llegó con el residente de Washington y el habitante de Ottawa.
O pretendió dar una muestra de su “fortaleza” política y física a quienes no le han preguntado por su salud ni lo han exhibido por su mal gobierno.
No se entiende la actitud presidencial.
Tratar a los socios comerciales que han permitido que la economía mexicana no se hunda en el pantano tabasqueño, es de preocupar.
Probablemente lo irritó que no se permitiera el ingreso de Andy, su hijo, a una reunión de seguridad y a la que tampoco dejaron ingresar al general secretario de la Defensa Nacional.
O supo que Ovidio Guzmán encontró la “protección de la justicia federal” y eso complica la tramitología para decirle al peticionario de la extracción que no será posible la acción.
Será el sereno. El frío o la falta de calefacción. La verdad es que el tabasqueño se vio mal.
Y desde el principio.
Cuando los tres líderes de América del Norte –es un decir, porque dos sí lo son- aparecieron en el Patio Central de Palacio Nacional antes de iniciar la reunión, a la mente de miles de personas vino la imagen del grupo favorito de Claudia, la “metróloga”.
Sí, de ¡Palacio Nacional para el mundo!
La diferencia es que no hicieron bailar a la multitud.
Aunque hubo otros que opinaron que estaban vestidos para llevar serenata. La primera voz, habla inglés. La segunda, francés, la tercera… está apagada.
Algunos reporteros de agencias extranjeras, como el de EFE, escribió que la reunión de los “tres amigos” reanudaba la acción después de que se suspendió en 2021.
Juntar la foto mañanera con la fallida conferencia de prensa, fue de pena ajena, diría mi compañero Miguel Ángel López Farías. Yo digo que de pena propia, aunque lo niegue el merolico de Palacio Nacional.
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