NIDIA MARIN
Es la carencia. No cabe duda que los sangrientos sucesos que diariamente ocurren en México, que alarman y aterran a los ciudadanos, tienen que ver con la ausencia de poder público, vinculada a la omisión de las normas legales y al abuso del ego palaciego, así como de las ocurrencias, las denostaciones, los insultos, pero sobre todo…de la venganza.
A todo ello se le denomina anarquía. Sí, porque en México no podemos negar que tras arrasar con las policías, prácticamente todas y no obstante la militarización en marcha, la apabullada y derrotada fuerza del Estado se exhibe diariamente lo mismo en Zacatecas que en Guerrero, Veracruz, Michoacán, Quintana Roo, Guanajuato, Sonora o Sinaloa y en fin en el 99 por ciento de las entidades de la República.
Hasta el cierre del cuarto año de la actual administración, la cifra de homicidios dolosos alcanzaba 137,500 personas, incluido en noviembre el crimen, realizado por narcotraficantes, del general José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en esa entidad.
Pero este mes de diciembre, temprano inició la tragedia, el día 3 con el asesinato del juez de control Roberto Elías Martínez (en un ataque a balazos en Guadalupe, Zacatecas) y vendrían muchos más. También se desbocaron los constantes cierres y asaltos en por lo menos 50 por ciento de las grandes carreteras del país, lo mismo en esa entidad que en Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Jalisco y otros estados.
Sí, ya es difícil viajar por las autopistas y autovías sin ser asaltados y hasta asesinados.
Hoy, entre los casos especiales está Zacatecas, donde pareciera que hay una venganza, además de la confrontación entre bandas delictivas.
Guerrero es otro cantar, ya que a los 173 crímenes en los primeros 10 meses de 2022, con Acapulco en el sitio de honor, se sumaron en un solo día 8 asesinatos más en ese puerto en este mes de diciembre.
Para desgracia de los mexicanos, las supuestas políticas en materia de seguridad que se han estado aplicando simplemente no funcionan. Por el contrario, los mexicanos vivimos aterrados, ante la omisión de aplicación de la justicia encerrada en una frase hipócrita: “abrazos, no balazos”.
A ello se deben añadir los feminicidios, los crimines de niños y niñas. De ahí que tristemente pareciera que es nuestro destino y que no hay nada ni nadie que pueda resolverlo, porque a quien le corresponde hacerlo vive en un mundo alterno donde sólo importa su egolatría.
Dicen los que saben del tema de la anarquía:
“En una situación de descontrol, en la que el Estado se debilita y ya no puede ejercer el monopolio del uso de la fuerza, suele decirse “que cunde la anarquía” porque no existe nadie que tenga la capacidad de liderazgo suficiente como para conseguir restablecer la paz. En dicha situación, el gobierno no logra aplicar la ley sobre su territorio porque está teniendo lugar un desorden político, un conflicto institucional o una crisis social”.
Hay quien pregunta ¿cómo sería una sociedad sin leyes?
La respuesta es:
“Sería una anarquía total porque el pueblo podría hacer lo que quisiera sin las ataduras que significan las leyes, empezarían a matar, robar, entre otras atrocidades sin castigo alguno, y finalmente a largo plazo termina desmoronándose”.
En México ya lo estamos viviendo.
Ante la pregunta ¿cómo te imaginas una sociedad sin normas ni leyes?, los estudiosos del Derecho responden:
“Una sociedad sin leyes ni normas o constitución política, viviría sumida en la anarquía, desigualdad, injusticia y desequilibrio, ya que no se tendría una herramienta qué regule el comportamiento y el desenvolvimiento de las personas, ya que no habría consecuencia para los comportamientos negativos”.
En México, desgraciadamente, es el pan de cada día, porque no se cumple la Constitución y menos las leyes. La justicia es una quimera y cada día nos acercamos más al despeñadero como nación.
Lo grave es que muchas autoridades manipulen las cifras de nuestras desgracias, mientras otras por razones políticas, descaradamente mientan al respecto con la intención de reducir los efectos entre la población para seguir gobernando mal a México.
