Pruebas sin validez en informe de Ayotzinapa, admite Encinas a NYT

El subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, aseguró que un porcentaje “muy importante” de las pruebas que se presentaron en el informe de la Comisión de la Verdad sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa carece de validez.

En una entrevista con el diario estadounidense The New York Times, el funcionario federal señaló que parte de la que se presentó como evidencia nueva y crucial no pudo verificarse como real, de acuerdo con la publicación difundida en el portal Aristegui-Noticias esta mañama.

“Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado”, aseguró al rotativo sobre el informe que dio lugar a nuevas órdenes de aprehensión en el caso de la desaparición de los 43 normalistas en septiembre de 2014.

El reporte de Natalie Kitroeff, Ronen Bergman y Oscar López, da cuenta de las declaraciones del funcionario y señala que luego de la revisión de documentos, así como de una grabación inédita y de entrevistas con personas involucradas en la investigación se puede concluir que la Comisión de la Verdad “confió en pruebas sin sustento y una investigación penal que privó a la fiscalía de sospechosos clave”.

El diario señala que la presión por entregar resultados en el caso provino del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado mes de junio anunció que el gobierno sabía lo que había ocurrido con los normalistas y que este mismo año quedaría resuelto el caso. Sin embargo, los investigadores aún no habían certificado las pruebas con las que contaban.

“El presidente me dijo, ‘¿qué pasó? Ya informa’”, aseguró Encinas en una entrevista en la que recordó que solo quedan dos años de gobierno y se tienen que dar resultados y la Fiscalía tiene que judicializar las indagatorias.

Por esa razón voló a Israel en febrero para reunirse con Tomás Zerón de Lucio, el extitular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y acusado de torturar a testigos para fabricar la llamada “verdad histórica” durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Un mes después, durante una comida, Encinas pidió a Zerón su colaboración en el caso a cambio del “apoyo del presidente”, de acuerdo con el audio de la plática al que tuvo acceso The New York Times.

“Ayúdame a desenmarañar todo esto”, dijo el subsecretario a Zerón durante el encuentro. “Yo te garantizo el apoyo del presidente” y le dijo que a López Obrador “no le importa meter gente a la cárcel”.

Entrevistado por el diario, Encinas aseguró que intentaba convencer a Zerón para que cooperara y que solo le prometió que el presidente daría su respaldo a un acuerdo para reducir su sentencia en prisión.

Dos meses después del viaje a Israel, Encinas obtuvo los chats de WhatsApp que supuestamente fueron enviados en 2014 por integrantes del grupo delincuencial Guerreros Unidos, miembros del Ejército y otras personas relacionadas con el caso.

En las conversaciones se apuntaba a que la mayoría de los estudiantes fueron asesinados desde su desaparición, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. También se señala que los restos de los estudiantes fueron repartidos entre varios grupos, quienes se deshicieron de éstos de diversas formas.

Aparece también la implicación del entonces coronel del Ejército José Rodríguez, quien supuestamente dio la orden de matar a los estudiantes que aún quedaban vivos.

Según el reporte, Encinas recibió los mensajes de una sola fuente “como una serie de 467 capturas de pantalla” y fueron cotejados con otras pruebas. Sin embargo, el funcionario no compartió estas capturas de pantalla con la FGR para que se realizara un estudio forense que verificara su autenticidad.

“Encinas retuvo los mensajes porque le preocupaba que se filtraran, dijo, y sentía la obligación de presentar un reporte ‘oportuno’ a las familias de los estudiantes”, dice el reportaje.

“Hay unas que hemos desechado”, dijo a los periodistas. “No tienen elementos suficientes para acreditarse”. Incluso, Encimas admitió que la fuente que le proporcionó los mensajes podría haberlos fabricado. “Todo es posible”, dijo. “El 100 por ciento seguro en esto no existe”.

De acuerdo con The New York Times, se espera que el GIEI publique su análisis de los mensajes a finales de este mes, ya que el grupo realiza una verificación independiente para los padres de los estudiantes normalistas.

Encinas aseguró al diario estadounidense que aunque los mensajes resulten falsos, tiene confianza en su investigación porque está respaldada por otras pruebas: “Tiene mucha solidez y se va consolidando”. “En todas las investigaciones hay aciertos y errores”, señaló.

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