A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
No hay garantía. Y quien piense lo contrario es que vive en un universo oficial. La sequía en México sigue su marcha. El hecho de que octubre de 2022 esté siendo uno de los peores años en materia de huracanes y tormentas tropicales y por lo tanto de lluvias, no significa que la sequía se fue.
No, por el contrario, llegó para quedarse y profundizarse. Desde años advertíamos del riesgo que tenía nuestro país de ser desbancado del primer lugar que ostentaba en cultivo de marihuana y amapola, no precisamente gracias a la guerra contra el narcotráfico y ni siquiera a la destrucción oficial de los cultivos, sino a la sequía que azotaba (y sigue azotando) a la mayor parte de los estados productores.
Ojalá y así fuera, pensábamos, aunque el costo sería muy alto, porque la sequía se llevaría por delante todos los cultivos que alimentan y benefician a los mexicanos.
Y es que, en aquel tiempo, la advertencia sobre la sequía había sido lanzada por el general Pedro Felipe Gurrola, quien habría explicado por tierras sinaloenses, a los periodistas, que se estaba registrando una disminución sensible de cultivos, comparada con la de otros años.
En aquel tiempo quien esto escribe consideró que sobre todo lo deseable era que no afectara los cultivos lícitos, además de que se hacía la consideración de lo dicho por los especialistas respecto de que tanto la marihuana como la amapola arraigan en prácticamente cualquier tipo de suelo y apenas necesitan irrigación, así como mucho menos fertilizantes para sobrevivir, a lo mejor la sequía les hace lo que el viento a Juárez.
De ahí que al narco eso no le preocupe en lo más mínimo. Porque, además, por si no fuera suficiente ambas plantas son altamente resistentes a las inclemencias del tiempo y a las plagas e inclusive en muchos sitios crecen silvestres.
Ese es en realidad el problema, comentábamos, ya que además aseguraban los que saben, en cuanto a la marihuana, que “el elemento que determina casi en exclusiva su calidad es la genética”.
En aquel momento, era más convincente el planteamiento del general Ricardo Trevilla, quien explicó que se han dado cuenta que los carteles han incrementado su producción de drogas sintéticas, entre las cuales están, las metanfetaminas, debido a que son más sencillas de producir y con ganancias mayores. Por lo menos en Sinaloa así ha sido en los últimos tiempos. Y como el narcotráfico se ha desarrollado corporativamente… sus líderes van hacia donde más les conviene.
Hoy lo han demostrado y de ahí que las guerras entre narcos en este 2022 estén a la orden del día en toda la República -incluida Sinaloa no obstante la presunta protección gubernamental de la que gozan algunos grupos, donde las masacres están a la orden del día.
En cuanto a los principales estados productores (casi de toda la vida) siguen siendo (y seguirán): Sinaloa, Chihuahua, Guerrero, Durango, Oaxaca y Jalisco, aunque existe otro grupo de entidades con una menor producción. Dicen que hasta 2009 se había incrementado la producción de marihuana, aunque se desconocía si superó la cantidad de 12,000 hectáreas. Hoy seguramente se ha incrementado ¿o ha descendido?
En aquel entonces, oficialmente no se habían señalado las cifras, inclusive decían insistentemente en el extranjero que eran más los sembradíos de droga, que los de maíz.
La verdad es que quién sabe. Más la sequía de ayer y de hoy se une al combate contra los cultivos que lleva a cabo desde hace décadas la Secretaría de la Defensa Nacional, es posible que se presente una reducción menor en la producción. ¿También en estos tiempos? ¿Siguen los operativos o murieron por la patria?
En aquellos años dicha dependencia era la que tenía el número más alto en destrucción de cultivos (más que la sequía), no obstante que en los últimos años las cifras ya se habían reducido sensiblemente.
La prueba de entonces era que hasta el 31 de agosto de 2010, dicha dependencia federal había destruido, mediante las llamadas Operaciones de Alto Impacto, 63,991 hectáreas de sembradíos de mariguana y 49,414 de amapola (13,560 hectáreas de mariguana y 7,896 de amapola, en 2007; 17,143 y 11,687, en 2008; 17,053 de cannabis y 15,047 de la flor, en 2009; así como 16,235 y 14,784, en 2010, respectivamente).
¿Y hoy? No lo sabemos. Ya no lo informan ¿o sí?
En aquellos tiempos desde la SDN decían:
“Sobresalen 25 operaciones por ser las que derivaron en una mayor extensión de cultivos ilícitos destruida: 16 operaciones se realizaron en cultivos de marihuana en áreas superiores a 20 hectáreas en Sinaloa, Chihuahua y Baja California, en este último, destaca la erradicación de un plantío de marihuana con una extensión de120 hectáreas. Asimismo, se erradicaron nueve plantíos de amapola con una superficie mayor a 20 hectáreas erradicadas en Guerrero y Chihuahua”. El total de plantíos de marihuana destruida fue de 107,478, equivalentes a 14,849 hectáreas; así como 100,128 plantíos de amapola con una extensión de 16,161.8 hectáreas.
¿Y hoy? Sólo Dios sabe.
Pero en aquellos años, además de combatir a los narcotraficantes, las fuerzas armadas aseguraron, (septiembre de 2010 a julio de 2011): 23.3 millones de dosis de cocaína con un valor de 96.1 millones de dólares; 9,943.2 millones de dosis de marihuana con un valor de 1,590.9 millones de dólares; y 334.4 millones de dosis de heroína que equivalen a 585.1 millones de dólares.
Sí, el volumen de drogas ilícitas aseguradas alcanzó 7,685.2 kilogramos de cocaína, mientras que de marihuana 2’067,703.9 kilos y 8,725 unidades. Por lo que toca a la goma de opio llegó a 1,356.6 kilogramos y de heroína a 433.4.
No fue sólo esto sino el aseguramiento de drogas sintéticas y precursores químicos. Así trabajaban entonces.
¿Y hoy?
¡Sabrá Dios!
Y es que actualmente, más que ayer, las fuerzas armadas en la República Mexicana se han tenido que diversificar en sus actividades, lo cual ha afectado el combate al narcotráfico y siembra de estupefacientes.
Tal como se advertía entonces, hoy de continuar la sequía afectando todos los cultivos, incluidos los de marihuana y amapola, serán miles de familias actualmente proscritas, las que deberán buscar la manera de vivir… a lo mejor dentro de la ley.
Entonces habrá menos masacres.
Y los mexicanos en general pronunciarán: ¡Bendita sequía!