Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Después de fracturar la coalición por la iniciativa presentada por Yolanda de la Torre y cuya autoría se arrogó el presidente López; de estar “calladito porque se ve mejor”, reapareció el bravucón de la cuadra y lo hizo para presidir la reunión de “trabajo” de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados.
En su cuenta de Twitter, el dirigente que no líder del CEN del PRI, posteó: “La coalición #VaPorMéxico es el elemento que tiene el ciudadano para tener otra opción distinta al partido oficial, por eso es importante fortalecerla. Es claro que si vamos juntos tenemos todas las posibilidades para ganar las elecciones del 2023”.
Y en conferencia de prensa en la sede del partido que dirige, señaló que no hay pacto alguno con el gobierno federal y refrendó que la coalición es el único camino para ganar las elecciones en el Estado de México y Coahuila, por ello llamó al PAN y PRD a reactivar el diálogo y los acuerdos de la coalición opositora Va por México, porque admitió que “solos ningún partido podrá ganar una elección”.
Por supuesto, después de la andanada de acusaciones que le brindaron Marko Cortés y Jesús Zambrano, ahora, modosito pero soberbio, admitió que no ha tenido comunicación desde hace varios días con las dirigencias que encabezan el panista Marko Cortés y el perredista Jesús Zambrano.
¿Pues que esperaba?… ¿que lo ovacionaran?
El bravucón del barrio aseguró a los periodistas que acudieron a la conferencia, que no hay ningún pacto ni ningún acuerdo” de impunidad con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¡Qué se lo crea su abuelita!
Los clásicos sostienen que en política no hay coincidencias. Solo realidades.
Y una de aquellas es la violación de la moratoria legislativa para no aprobar ninguna reforma constitucional del Gobierno federal. Seguramente pensaría para sus adentros que la propuesta de ampliar el plazo para que las fuerzas armadas se mantengan realizando tareas de seguridad pública hasta 2028, que la iniciativa provino de su exempleada -ya se fue a Durango- Yolanda de la Torre. Sin embargo, la admisión presidencial de tener la autoría de la misma, lo coloca como mentiroso.
El 16 de septiembre Marko Cortés publicó en su cuenta de Twitter que, ante las denuncias de Layda Sansores, el presidente López estaba obligado a encarcelar al dirigente del PRI.
Se antoja difícil que ahora se limen las asperezas como si se tratara de uñas. La postura de Moreno mostró dos elementos: 1.- no tiene palabra ni respeto por los acuerdos y, 2.- su vida pública no se oculta y tiene una granja de dinosaurios encabezándola.
Estoy cierto que si los partidos rompen la coalición y cada uno jala por su lado, no tienen nada que hacer en las próximas elecciones estatales y menos en la presidencial de 2024, además de las 6 en otras tantas entidades.
¿Es posible reconstruir la coalición?
Si aceptamos las versiones de Cortés y Zambrano en el sentido de que la coalición no es entre personas sino entre instituciones, es probable reactivarla. ¿Qué se pedirá para ponerla en acción?
Que el diálogo sea con otros representantes del PRI. Nada con Moreno. Nada con Rubén Moreira. ¿Quién contraría el apoyo de los priístas para estar al frente en la coalición?
Hete ahí el problema. Porque Moreno modificó los estatutos y ahora no se mueve una hoja sin su personal permiso para que sople el viento.
Deseable, sí, que la coalición cobrara impulso porque es el único camino posible para frenar el tren y no maya, que representa Morena con López de conductor y Delgado de carbonero.
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