El Bullying Desde la Mañanera y los Temblores en la República

Los Dados de Dios

NIDIA MARIN

Peor que un sismo es un gobernante que hace bullying contra opositores, intimida y agrede a los legisladores (incluidos los de su partido) que no se sujetan a sus caprichos, al dar sus nombres para que, si es chicle y pega, algún militar despistado, enfurecido o fuera de sus cabales (es decir hasta las chanclas de alcohol o droga) vengue a la patria que hoy ya no se llama México, sino que lleva el nombre del dios de la nación… ya saben quién.

El hecho de que desde la máxima tribuna de la nación es expongan los nombres de quienes no apoyaron la voluntad del mesías para continuar con la militarización la República en el lenguaje de los jóvenes de hoy se califica como bullying que no es otra cosa sino los excesos y las agresiones ya fuera de los límites del ejercicio político.

Sí para nuestra desgracia el mandamás del país es un “Bully” o agresor, cuando no se sale con la suya, misma que, por lo regular afecta a diestra y siniestra a toda una nación.

El comportamiento intimidatorio que se exhibe sin pudor desde la Presidencia, sin tomar en cuenta que México, le guste o no, es un país todavía con normas, leyes y reglamentos que no responde a las acciones dictatoriales.

La intimidación pues se ejerce con desvergüenza y el jefe de la cúpula se burla, intimida, humilla o señala deliberadamente a políticos que no lo reverencian y critica a quienes defienden la libertad de pensamiento y acción en el país.

El abusivo es peor que un temblor. Hoy, tras la serie de réplicas del sismo del pasado 19 de septiembre (de 2022) los mexicanos debemos prepararnos para un terremoto y sea político (aunque en ese renglón ya tenemos callo), o de la tierra.

¿Cómo saber con antelación y prepararse? En el primer caso observando las acciones que se llevan a cabo desde el poder para lograr el sometimiento de un país.

En el segundo, el temblor o terremoto de tierra no hay forma. La única manera según los estudiosos del tema es estar atentos a la actitud de los animales, sean del campo o la ciudad, porque aseguran que caballos, vacas, perros y gatos pueden sentir pequeñas vibraciones (imperceptibles para los seres humanos), y su comportamiento pueden indicar un terremoto inminente.

¿Ya no confiaremos en las alarmas? Depende para qué. Si son las políticas han estado sonando desde hace casi cuatro años. Si son las que advierten los sismos, unas funcionan y otras no. Por ejemplo, en la zona de los tribunales ubicados en el Periférico Sur, donde se ubica una alarma, el pasado día 19 no sonó.

Pero en el caso político y  acerca del movimiento brusco de la tierra causado por la liberación de energía acumulada durante un largo tiempo, intermitente o constantemente han estado sonando.

¿REALMENTE ESTAMOS

PREPARADOS HOY?

Respecto de los temblores de tierra, las hay (alarmas) en la Ciudad de México, Toluca, Oaxaca de Juárez y las ciudades de Acapulco y Chilpancingo en Guerrero, a través de receptores ubicados en lugares públicos, desde donde se emiten alertas en concordancia con cada una de las autoridades locales de Protección Civil: Alerta Pública si se espera un sismo de efectos fuertes y Alerta Preventiva para sismos moderados.

Pero en el otro asunto, los sensores, (que no censores) han estado calculando parámetros que pudieran utilizarse una vez concluido el sexenio y haya aspiraciones para continuar en el cargo, así fuera mediante un monigote, con pantalones o con falda.

¡Y como ya basta con el enfermo de poder!, mejor recordaremos la importancia de las alarmas para temblores y terremotos. 

En 1989 (con Carlos Salinas de Gortari como presidente), se inició el desarrollo del Sistema de Alerta Sísmica de la Ciudad de México (SAS), a cargo del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, A. C. (CIRES). El SAS originalmente inició con 12 estaciones sismo-sensoras cubriendo de forma parcial un segmento de la costa de Guerrero.

Diez años después (en el mandato de Ernesto Zedillo) el Gobierno del estado de Oaxaca, dice la historia oficial, convino con el CIRES en desarrollar un Sistema de Alerta Sísmica para la Ciudad de Oaxaca (SASO). Este tiene 37 estaciones sismo-sensoras operando en la costa, centro y norte de Oaxaca, cubriendo su territorio sísmico peligroso.

Posteriormente, en 2005 (con Vicente Fox de mandatario), por iniciativa de los gobiernos de Oaxaca, Ciudad de México y la Secretaría de Gobernación (Santiago Creel Miranda), se convino compartir conocimiento oportuno del peligro sísmico de ambos arreglos de sensores del SAS y SASO para advertir tanto a la Ciudad de México como a la Ciudad de Oaxaca. Así se conformó la primera etapa del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX).

Y en 2010 el gobierno del Distrito Federal (Marcelo Ebrard lo encabezaba) aseguran los expertos “invirtió en la actualización del SAS así como la ampliación de la cobertura sísmica que podría afectar a la Ciudad de México, con 64 estaciones sensoras sísmicas que cubrió las regiones sísmicas de los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Puebla y complementar Guerrero que, hasta abril de 2012 contaba con 12 sensores sísmicos a lo largo de la “Brecha de Guerrero”.

Perooo, sobre los que provienen de Michoacán y han sido los más lesivos, no se ha mencionado nada a fondo.

Tampoco de los Bully que provienen de Tabasco y que ya nadie aguanta. 

 

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