Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Dice el dicho: calladita se más bonita…
Durante décadas, Elba Esther Gordillo saboreó dos mieles: la del poder político y la del poder económico.
Presidentes iban y presidentes llegaban y todos, de alguna manera, “atendían” las peticiones de la profesora.
Hasta que la ambición la alcanzó. No se conformaba con lo que tenía. Siempre quiso más.
Hasta que…
Decidió romper con el PRI cuando Roberto Madrazo y ella en su papel de secretaria general del PRI apoyó que fuera destituida como coordinadora de la bancada tricolor en San Lázaro. Después inició la compaña en contra de su excompañero e hizo popular la pregunta: ¿Tu le crees a Madrazo?… ¡Yo Tampoco!
Cambió de rumbo desde la llegada de Vicente Fox y su amistad con Martha Sahagún nunca fue negada. Aspira a ser secretaria de Educación Pública, sueño nunca concretado. El poder que tenía, lo hacía valer. Obtuvo colocar a personas cercanas en el ISSSTE y en la propia SEP.
Aunque nunca de manera oficial, le brindó los votos del magisterio a Fox, a López, a López y a López.
Como en 1989, recién iniciaba el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el poderoso líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia, La Quina, cayó de la gracia presidencial y fue aprehendido y encarcelado, ahora en 2013, apenas dos meses después de haber iniciado su mandato Enrique Peña Nieto, la historia se repitió y la hasta entonces intocable maestra, perdió la guerra después de haber ganado batallas durante 25 años. La cárcel fue su nuevo hogar.
Le cobraban las facturas pendientes de pago por traicionar al partido, cuyo poder era innegable, y tomar partido por el candidato del PRD en 2006 y 2012.
Apenas asumió el poder Andrés Manuel López, y la maestra fue traslada a su elegante departamento bajo la regla de prisión domiciliaria. Se mantuvo en silencio. Ya le habían liquidado lo que le debía el ahora presidente de la República.
Ambos estaban en paz. Ninguno le debía al otro.
El silencio político se apoderó de la exlideresa. Salvo su nuevo matrimonio con el que fuera su abogado defensor, pocas informaciones y fotos surgieron de la maestra.
Sin embargo, el nombramiento de Leticia Ramírez Amaya como nueva secretaria de Educación Pública la obligó a salir del closet.
“Conozco bien a Leti, en el movimiento magisterial, puedo hablar de su trayectoria sindical. Ella era una aguerrida combatiente, muy complicada de la Coordinadora en ese momento. Históricamente se ha mostrado como combativa, de lucha, y que hoy la veo sumisa, callada, ante temas tan importantes como el de la educación”, señaló en entrevista con Radio Fórmula.
Es de suponerse que quien la nombró como nueva titular de la dependencia cuya importancia es vital para el país, no le cayó bien la expresión.
Sobre todo, el vocablo: sumisa.
Habría que decir que no es la única que cuestiona el nombramiento de alguien que ha estado alejada de las aulas desde hace, cuando menos, 22 años.
Brincar de una “pequeña oficialía”, una ventanilla de recepción de peticiones ciudadanas a una dependencia que requiere conocimiento, cuente con palmarés académico y responda al interés nacional no al personal del jefe, es un enorme salto y no para la humanidad.
¿Ganó algo Elba Esther con su señalamiento?
¿Aguantará “Leti” la denigración?
Una mujer con poder es una amenaza. Dos, son un problema y más, el mundo se cae.
Grave, sin duda, que la educación, responsabilidad del Estado, no sea considerada como prioridad para la cuatroté. Aunque quizá la relevancia sea tener una generación de niños y adolescentes que mañana, adultos, crean que no haber estudiado y aprendido les produjo riqueza material, aunque no intelectual.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por RADIO CAÑÓN en el 760 de Amplitud Modulada