Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Celebrará la equivocación de los ciudadanos y dirá con toda la protección “divina” que duerme bien porque tiene la conciencia tranquila.
Y “rendirá” un enésimo informe con motivo del “Día de la Victoria”.
Lo hará después de “inaugurar” parte de los edificios de Olmeca. Con una inversión superior a los 16 mil millones de dólares, él dice que no es verdad y que son sus adversarios, los conservadores, los que no aprendieron matemáticas.
Afirmará que “pronto” -quizá en dos años- “ya no importaremos gasolinas”.
Eso no importa. Echará las campanas y olvidará cómo la tierra de cuando menos en la mitad del territorio nacional se ha teñido de rojo.
Este rimero de julio se cortarán los listones en Paraíso, Tabasco.
Rodeado de sus fanáticos, cobijado por la Marina, acompañado de sus acólitos, el presidente dirá: “misión cumplida”.
Sin embargo, la realidad es otra.
Al igual que la pomposa ceremonia para “inaugurar” el mini Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles, que carece de lo fundamental: vuelos que surquen los aires de otros países y apenas recibe y despacha 300 vuelos al mes. En el colmo del cinismo, días antes de cortar el listó y escuchar a un militar “platicar” con la estatua del militar al que se le rinde homenaje nombrando el aeródromo con su nombre, el huésped temporal de Palacio Nacional, difundió un video “grabado desde el vagón presidencial” y corriendo por las inexistentes vías que conectan Buenavista con la obra “considerada el mejor aeropuerto del mundo”.
Eso pasará en Dos Trompas.
Para que la refinería opere a mediana capacidad tardará cuando menos un año. Serán seis meses de pruebas, si algo no sale mal. Y después, a “echar humo”.
Planeada para refinar 340 mil barriles diarios para consumo interno, tardará de dos a tres años para alcanzar la meta.
Son nimiedades, dirá el hijo predilecto de Tabasco, aunque tenga su finca en Chiapas.
Habrá que acostumbrarse a que se inauguren obras incompletas. El AIFA no cuenta, después de 100 días de abrir sus pistas, con vialidades prometidas. Menos aún con viajeros que estén conformes con perder de dos a tres horas para llegar a documentarse y abordar el aeroplano.
Muchos viajeros que van hacia Acapulco prefieren hacer el trayecto por tierra. Salir de la Ciudad de México y llegar al Bulevar de las Naciones toma 3 horas y 30 minutos. Lo mismo se hace para arribar al tlayudero aeródromo.
¿Cuántos barriles de crudo procesara La Olmeca al arranque?
¡Ninguno!
La planta de producción está en construcción, en obra negra. Los edificios no están terminados. Tal cual el hotel mini aeropuerto.
El engaño no le intimida. Saldrá con su “homilía” de cada 180 días: el pueblo no se equivoca. El pueblo no es tonto. El pueblo está enterado. El puedo sabe quiénes son los enemigos de la transformación.
Omite a los que forman parte del “error del 2018”. Los ignora porque son los aspiracionistas corruptos que perdieron sus privilegios.
Porque son conservadores despiadados y “están moralmente derrotados”.
Al final de la jornada, saldrá entre porras, aplausos y escuchando el cántico: “es un honor estar con…”.
Otra inauguración de algo en construcción.
Hay que acostumbrarse a la mentira.
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