Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Pitágoras enseñó que las matemáticas eran y son una ciencia exacta.
Por ello, desde el primer espacio educativo, en el kínder, nos muestran cómo colocar, por ejemplo, una pieza sobre la otra y nos dicen: esta es la uno… aquella la dos… y así hasta que llegamos al primer año y nos endilgan la tabla del 10.
Más adelante, los quebrados -que no sirvan sino para untárselos al queso-, las sumas y restas que son indispensables. Luego vienen las divisiones, los por ciento hasta llegar a la raíz cuadrada y, ya entrados en conocimientos, iniciamos con el algebra que los científicos utilizan para evitar el cúmulo de ceros.
Por lo anterior y más, existe la frase: los NÚMEROS NO MIENTEN.
Viene al caso porque ayer el presidente López mostró una gráfica que exhibe su desconocimiento y su enorme manipulación. Pitágoras, como cualquier maestro de la actualidad, lo habría reprobado.
Un sexenio tiene 2 mil 190 días.
Tres años y 7 meses suman: mil 305 -sea año bisiesto o no- y por tanto representa el 57% del total de un sexenio.
Si se dividen 156 mil 060 entre 2 mil 190, el promedio diario es de 71.
La misma operación, pero con 120.512el resultado es 92.
En porcentaje, 30% más.
¿Cómo el presidente López osa atentar contra la inteligencia, ya no del humano sino de las calculadoras?
Se lo digo, porque en la lámina que ordenó exhibir, sostiene que “por más que digan ‘qué barbaridad, cuánta violencia, hay más homicidios ahora que cuando Felipe Calderón’. Nada más que eso es una verdad a medias y a veces las verdades a medias son mentiras completas”.
¿Entonces su verdad a medias es una mentira completa?
De seguir la tendencia que hasta ahora se ha registrado de homicidios dolosos, al final del sexenio Andrés Manuel López cargará con una suma de 203 mil 480 fallecidos y tipificados como homicidios dolosos.
Se queja de que los delitos del fuero común no se le deben atribuir. Jurídicamente tiene razón. Sin embargo, las cifras que llevan sobre sus espaldas lo mismo Calderón que Peña, están integradas por los delitos federales y del fuero común.
¿Por qué para ellos sí suman y para él no?
La realidad real, no a medias, es que en su “lucha” contra el crimen organizado han triunfado los balazos y fracasado los abrazos.
El asesinato de los sacerdotes jesuitas ocurrido el pasado martes, se convirtió en el fierro caliente que marca para siempre cuando se coloca sobre la piel… aunque se tenga de lagarto.
Decir públicamente que, en su administración, la de los mil 135 días, se han reducido los homicidios dolosos en comparación con los cometidos por los tres últimos presidentes, es una mentira completa. Y no tiene nada de verdad a medias.
Los números, presidente, no mienten.
Y usted pretende mostrar que con “atacar la raíz del problema” ya bajaron los homicidios dolosos.
¡Falso de toda falsedad!
Conforme avanza la administración actual, las mentiras se van haciendo más claras y evidentes. El incumplimiento de promesas, la manipulación de la información, culpar de todo lo malo, porque lo bueno lo oculta, aunque lo utilice, a los neoliberales es una falsa salida que, como él quiere, lo hará pasar a la historia y no como el mejor presidente que haya tenido México, sino como el peor, superando y con creces a Antonio López de Santa Anna.
Me pregunto para mis adentros si Andrés Manuel López es mitómano, egocentrista y megalómano.
La respuesta que obtengo es un SÍ rotundo.
¿Usted que piensa?
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