Poco Entendimiento y Gran Necedad
*La Airada Respuesta del Ejecutivo y la Recriminación y Descalificación
*Difícil Olvidar el Proceso de Reforma Constitucional en Materia Eléctrica
*Evidente la Cerrazón de Este Gobierno Para el Cual el Diálogo no Existe
*El Mensaje Desde Palacio es Simple: Estás Conmigo o Contra mí
*Recuerdo: Cuando “El Chacal” Huerta Ordenó Encarcelar Legisladores
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
El anuncio del bloque opositor manifestando su negativa para aprobar cualquier reforma constitucional hasta el 2024, provocó una airada respuesta del titular del Poder Ejecutivo, quien recriminó esa actitud descalificando la postura. Solo estorban dijo.
La moratoria constitucional, como fue denominada la declaratoria en cuestión, tiene como destinatarias las iniciativas enviadas por el Presidente para eliminar al INE e incluir a los mandos militares al frente de la Guardia Nacional, ambas polémicas y controvertidas.
A los legisladores de oposición les es difícil olvidar el proceso de reforma constitucional en materia eléctrica, donde los morenistas y el gobierno a base de advertencias rayando en amenazas, sin escuchar ningún razonamiento y con la firme intención de imponer la propuesta presidencial, dejaron muy dañada la convivencia parlamentaria y, las formas de hacer política.
Más aun, cuando al final los legisladores que votaron en contra e impidieron su tránsito, no solo recibieron insultos y agresiones, sino además fueron denunciados como traidores a la patria por el líder de Morena que, por cierto, no se manda solo, son recurrentes sus visitas a Palacio Nacional a recibir instrucciones.
Es evidente la cerrazón de este gobierno, hacer política implica dialogo y eso, no existe en el radar de esta administración, no hay voluntad alguna para ello, simplemente estás conmigo o contra mí, ese es el mensaje. Si estas en contra, te voy a acusar con el pueblo para que te linchen y, además se abre la posibilidad de mandarte a prisión.
Nos recuerda el episodio donde Victoriano “el chacal” Huerta, en 1913 ordenó encarcelar un importante número de legisladores, por las mismas razones: le estorbaban.
La cuestión es simple, si todos los días insulta a la oposición, la descalifica, le cierra las puertas, los acusa de traidores, les dice ladrones, azuza a sus huestes para agredirlos y luego se queja porque no colaboran, pues ¿qué esperaba el Presidente?
Además, a estas alturas del sexenio cuando quedan dos años para las próximas elecciones, pretender cambiar las reglas y los árbitros, es completamente descabellado, sobre todo que para tratar ese tema resulta indispensable tener los más amplios consensos lo que, desde luego, por razones obvias en la situación actual no acontece.
Al contrario, la crisis política cada vez es más profunda y, los grandes problemas del país continúan sin que se atiendan a las causas reales para darles solución, las cosas no se van a arreglar con el rencor y la confrontación, sino con la razón, la conciliación y la unidad nacional.
Es ahí donde se localiza la gran disyuntiva, la fragmentación y división le viene como anillo al dedo en sus objetivos electorales, más no ayuda para sacar al país adelante. Así al optar por la primera, a su partido le puede convenir la fragmentación a México no, en tanto, que el gobierno debe hacer las cosas en beneficio de todos y no de un grupo como lo ha venido realizando, se requiere un Presidente para todos los mexicanos.
