Cuatro funcionarios de la presidencia municipal de Cuernavaca fueron separados temporalmente de su cargo, mientras se realizan las investigaciones por el desplome del puente colgante durante la inauguración del Paseo Ribereño.
El alcalde José Luis Urióstegui, junto con su esposa y otros miembros del ayuntamiento, cruzaban por el puente colgante cuando se colapsó y desplomó, lo que dejó varios heridos en el lugar.
Durante una conferencia de prensa se informó que los funcionarios separados del cargo son: Paola Hernández Vargas, coordinadora de Protección Civil municipal, Raymundo Nova Castro, director de Infraestructura y Denia Brito González, jefa del departamento de Barrancas y Áreas Naturales Protegidas.
Por su parte, el alcalde José Luis Urióstegui dijo en rueda de prensa que Pablo Aguilar, secretario de Desarrollo Sustentable, voluntariamente decidió separarse del cargo luego de este hecho, dado que los otros tres funcionarios públicos pertenecen a su área.
Dijo que esta separación del cargo se debe a que estos funcionarios no realizaron una revisión posterior a los trabajos de rehabilitación en el puente, ni tampoco a los tensores utilizados, entre otras omisiones.
Por ello, el municipio pasará el expediente del caso a la Contraloría local, con el fin de que esta determine el grado de responsabilidad de cada persona involucrada.
“Nosotros no somos juzgadores”, dijo Urióstegui, al subrayar que la Contraloría y en su caso la Fiscalía Anticorrupción serán las instancias que señalen responsables y eventuales sanciones.
El alcalde negó que su administración haya invertido en los trabajos en el puente colgante. Aseguró que las obras fueron responsabilidad del anterior gobierno municipal.
Finalmente, la rehabilitación de este puente también fue impulsada por el gobierno del estado a cargo de Cuauhtémoc Blanco, del PES.
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