*Sólo dos, Actualmente, Enfrentan la Tormenta en el ojo del Huracán
*Silvano Aureoles y Jaime Rodríguez “El Bronco”, no Sienten lo Duro, Sino lo Tupido
*Hay Otros Cuya Posición es tan Vulnerable que ya no Dicen “Esta Boca es mía”
*Los Demás Disfrutan las Mieles de la Vieja Europa y las Cálidas Aguas Caribeñas
*Mientras los Nuevos Mandatarios Estatales no dan una, Están Peor que los Otros
GERARDO LAVALLE
Aquel 21 de agosto de 2021, en Palacio Nacional resonó la voz del presidente: no sean “tapaderas” de los mandatarios salientes que hicieron «mal uso» de las participaciones federales.
Se los dijo a los 11 gobernadores de Morena y aliados que triunfaron en los comicios estatales.
Ahí, todos sentaditos en hilera y con el presidente al centro, las cinco mujeres y los seis hombres que asumirían el poder político en sus estados, escuchaban atentos el mensaje presidencial
Caló la palabra “no sean tapaderas” de los que se van.
Algunos de ellos y ellas sabían de los manejos financieros que hicieron los que serían sus antecesores en pocos días.
No les debían nada a los que se iban. Ganaron por el respaldo presidencial y el hartazgo de los ciudadanos, inconformes, con sus mandatarios.
Había de escándalos a escándalos. Desviaciones de recursos federales, uso indebido de partidas etiquetadas y utilizadas en asuntos electorales o en renta de aeronaves para pasear a sus invitados.
Ninguno de los 16 gobernadores de los estados en juego el pasado 6 de junio entregaba, buenas cuentas. Ni siquiera los que, abanderados por sus partidos, retuvieron las entidades y encontraron finanzas sanas. Excepto, como ya es costumbre, Tlaxcala, el único de los 32 estados que conforman la República Mexicana sin deuda pública.
¿Qué pasó con el llamado a no ser tapaderas?
Hasta ahora solamente hay dos casos que se ventilan ante la justicia: el de Silvano Aureoles, a quien el sucesor, Alfredo Ramírez Bedolla ha señalado por desvíos superiores a los mil millones de pesos. El mandatario ha declarado que ya se presentó la denuncia ante la Fiscalía General de Michoacán, pero a 8 meses de haber tomado posesión, no se conocen resultados. Se ignora, incluso, si sobre el exgobernador pesan órdenes de aprehensión que lo llevarían a ser sometido a proceso.
El otro caso es el de Jaime Rodríguez Calderón, exgobernador de Nuevo León. Aunque el sucesor no milita en Morena y estuvo ausente de la reunión del 21 de agosto, escuchó el canto de las sirenas y emprendió acciones legales contra su antecesor, el primero en llegar a palacio de Gobierno como candidato independiente, lo llevó ante la justicia y ahora su residencia es una celda del Penal de Apodaca.
LOS QUE ESTABAN
BAJO “OBSERVACIÓN”
Las elecciones pasadas para renovar a los ejecutivos estatales en 16 entidades, evidenciaron que quienes perdieron estaban “observados” por el Gobierno federal e incluso 5 de ellos formaron parte de la fallida Alianza Federalista, integrada por 10 mandatarios.
Su rebeldía en dos temas: Pacto Fiscal y Pacto Federal, orillaron al presidente de la República a no recibirlos y tratarlos como “adversarios”. Incluso, algunas partidas federales se retrasaron, aunque finalmente fueron entregadas.
Uno de los reclamos de los mandatarios, quizá el que más caló en la Presidencia de la República fue el de solicitar recursos adicionales para atender la pandemia. Otro fue el de reforzar la seguridad en las entidades con elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina. Poco o nada se avanzó en las peticiones.
Desde el momento en que fueron nominados los candidatos de Morena y sus aliados, aunque fueran en solitario, quienes recibieron la luz verde para iniciar sus campañas hicieron señalamientos contra los gobernadores que buscaban suceder -y lo lograron- por desvíos millonarios, nepotismo, represión, encarcelamiento de personas sin debido proceso, alejamiento de la sociedad y proteger, en algunos casos, a criminales. Las denuncias nunca fueron presentadas ante las autoridades correspondientes. Fueron temas de campaña.
Hubo quienes, como Javier Corral Jurado (Chihuahua), Silvano Aureoles (Michoacán), Ignacio Peralta (Colima), Jaime Rodríguez “El Bronco” (Nuevo León), Carlos Miguel González Aysa (Campeche) y Héctor Astudillo (Guerrero) lanzaron o presuntamente lo hicieron, campañas para tratar de desprestigiar a quienes buscaban sucederlos.
Por ejemplo, Ricardo Gallardo “El Pollo”, quien nunca tuvo una buena relación con Juan Manuel Carreras, recibió acusaciones de ser parte del crimen organizado y tener apoyo financiero ilegal. Su triunfo permitió que los señalamientos se archivaran y comenzara la búsqueda de elementos que dieran paso a una denuncia penal en contra del antecesor. Siete meses después, solamente los exsecretarios de Salud, Mónica Rangel, y Miguel Ángel Lutzow Steiner, están bajo proceso por el presunto delito de desvío por 32 millones de pesos y “abuso de autoridad”.
Del exmandatario, no se conoce si hay denuncias en su contra. Sin embargo, aún radica en la capital potosina.
Javier Corral emprendió una campaña en contra de la entonces alcaldesa de la capital de Chihuahua, Maru Campos, a quien pretendió encarcelar, no obstante que ambos militan en el PAN. Se oponía férreamente a que fuera la candidata e incluso la acusó de haber estado en la nómina de César Horacio Duarte Jáquez.
En enfrentamientos entre Corral y la dirigencia del PAN, finalmente perdió el exmandatario y Campos fue designada candidata.
Durante la campaña, la alcaldesa con licencia en ese momento, se lanzó en contra de quien gobernaba e hizo señalamientos del acoso vivido en los últimos 10 meses. Corral orquestó el movimiento que pretendió buscar la derrota de la candidata.
Con el triunfo, la amnesia llegó al Palacio de Gobierno y el exmandatario dejó de atacar y optó por perfeccionar su swing para alcanzar el hole in one.
La esperada denuncia en su contra por presuntos manejos discrecionales de enormes sumas, quedó en el olvido. Hasta ahora.
En Guerrero, era conocida la cercanía, si no es que amistad, entre el entonces gobernador, Héctor Astudillo y el senador Félix Salgado Macedonio. El escándalo por la presunta acción de violación cometida por el congresista, fue “congelado” en la Fiscalía General del Estado.
Sin embargo, se ha insistido en que Eveleyn Salgado Pineda, candidata emergente al serle negado el registro a su padre, no era la que esperaba el ahora exmandatario.
En la campaña, Salgado Pineda pregonaba que su llegada sería el muro que contuviera la corrupción y la violencia, ambos flagelos al alza durante el mandato de Astudillo -según crónicas periodistas de medios locales- y por tanto se esperaban acciones concretas contra el priísta que gobernó de 2015 a 2021. Tampoco se ha sabido de alguna denuncia en contra del nacido en Chilpancingo.
Campeche no es la excepción. El triunfo de Layda Sansores y la traición de Carlos Miguel Aysa González, colocaron a Alejandro Moreno Cárdenas en condición vulnerable. Desde su licencia por tiempo indefinido al gobierno campechano, se hizo pública su riqueza, el número de propiedades ubicadas se fijó en 46 y en el pasado mes se dio a conocer que hay una carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República por “enriquecimiento inexplicable”.
Cuando David Monreal obtuvo la candidatura de Morena para el gobierno de Zacatecas, la denuncia inicial de campaña fue terminar con la violencia permitida por el ahora exgobernador, Alejandro Tello Cristerna, de quien, además, se hablaba de haber permitido que sus funcionarios abandonaran el camino de la rectitud.
En la entidad la violencia no ha cedido y al contrario aumentó de manera alarmante a frado tal de ser considerada una con focos rojos encendidos. Y no por los adversarios sino por la propia Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana.
Como en otros casos, no hay, que se conozca, denuncia en contra del exgobernador.
LOS QUE LA
LIBRARON
En el rejuego de la política cuatroteísta, se diseñó una serie de acciones con la tendencia a debilitar a las oposiciones. No es de ahora. Sí, fue a partir de las elecciones del año pasado cuando Morena y sus adláteres perdieron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, lo que les impide aprobar reformas constitucionales.
El guiño hacia Quirino Ordaz Coppel, exgobernador de Sinaloa, el doble cerrar de ojos con Claudia Pavlovich, ex mandataria de Sonora y el espaldarazo a Carlos Miguel Aysa González, se concretó de acuerdo a los planes.
El primero, ya despacha como embajador en España, la segunda, está por asumir el consulado general en Barcelona y el tercero, ya disfruta de las playas de República Dominicana.
Se podría decir, sin rubor alguno, que los tres la libraron.
Se habla de razones para afirmarlo. A Ordaz Coppel, sin pruebas contundentes, se le señaló de estar en connivencia con el cártel de Sinaloa (Pacífico).que encabezan los ahora prófugos, Ismael El Mayo Zambada y opera en la primera línea Ovidio Guzmán y de haber estado al frente de la “invitación” que le hizo al presidente para acudir a Badiraguato e inaugurar un tramo carretero. Coincidentemente apareció la mamá de “El Chapo” y había una comida por el cumpleaños de Ovidio y ahí estaba el presidente López.
Las versiones no confirmadas, y tampoco desmentidas, apuntan hacia una cercanía del exgobernador con el Cártel de Sinaloa.
Quizá el nombramiento de embajador plenipotenciario de México ante el Reino de España sea el pago por sus acciones como gobernador.
En el caso de Pavlovich, hay que recordar que durante su gestión dejó pasar y no actuó en consecuencia, los reclamos de los sonorenses, padres y madres de los 56 niños muertos en el incendio de la Guardería ABC, por lo que se le señaló de omisa en el tema. En su mandato la violencia creció de manera alarmante y tiene sobre sus espaldas la masacre de la familia LeBarón. La presencia de grupos criminales en Caborca, San Luis Río Colorado e inclusive en Hermosillo, es innegable.
La inmunidad diplomática se convierte en el manto de protección.
Y con Carlos Miguel Aysa, hay dos factores que lo exhiben: la traición a su protector, socio y amigo, Alejandro Moreno Cárdenas quien lo designó como su sucesor al solicitar licencia por tiempo indefinido a su cargo de gobernador y quien lo hizo diputado federal en esta legislatura, apoyó la candidatura de Layda Sansores, quien a la postre se convirtió en gobernadora. También traicionó los principios -si los tenía y existen aún- del PRI. Advertido de que sería expulsado si aceptaba el nombramiento, hizo a un lado compromisos anteriores y asumió los nuevos: lealtad con el presidente López. Quizá la gota que derramó el vaso y lo colocó como una persona indigna de confianza, fue la actitud de su hijo -quien también recibió el respaldo de Moreno y o convirtió en diputado- de anunciar que votaría a favor de la reforma eléctrica y pidió a sus pares hacer lo propio después de lanzar acusaciones a su “dictador presidente (del PRI)”.
TAPADERAS
DE DESVÍOS
Cuando el presidente López recibió a los 11 gobernadores electos que habían ganado en las elecciones, les pidió que no fueran tapaderas de los que serían sus antecesores, les recordó:
La federación ha realizado las transferencias correspondientes a los estados, pero algunos gobernadores han hecho mal uso de esos fondos, por lo que hoy –agregó– no tienen recursos para pagar nóminas.
“En el caso de las nóminas, se tiene que ayudar y no nos corresponde legalmente, el Gobierno federal no le debe a ningún estado sus participaciones, a ningún estado se le debe nada”.
Diría enseguida:
“Ahora que hay problemas en algunos estados donde hay cambios, los que van a entrar nos están planteando: ‘ya no les entreguen todo, porque no nos va a quedar nada’. Porque hay casos donde se entregó por adelantado para ayudar a las participaciones y los que van a entrar van a recibir muy poco”.
En su mensaje, con tono paternal, pero con mucha firmeza, les dijo a las y los gobernadores:
“¿Qué pasó? Que vienen arrastrando problemas financieros porque se endeudaron muchos estados. Yo les he planteado aquí cómo por influyentismo en Hacienda se les decía a los gobernadores: esta empresa te puede construir un hospital mediante un convenio, las llamadas App’s. Y va a salir pagando año con año y aceptaban, porque se lo pedían de Hacienda. Los de Hacienda hacían sesiones a favor de las empresas; entonces, los gobiernos estatales aceptaban las condiciones de construir los hospitales de puro machuchón”.
Cerró su plática orientadora:
“¿Por qué no aplicas un plan de austeridad?, ¿por qué sigue el derroche?, ¿por qué solapaste el que se endeudó el estado y no dijiste nada?”.
Por ello pidió a los nuevos no ser tapaderas y denunciar cualquier acción que represente uso de recursos públicos para otros fines y no para servir al pueblo.
La realidad manifiesta es otra. Las tapas existen y los derroches continúa.