En una defensa del actuar políticamente, el expresidente de Brasil -encarcelado por presuntos actos de corrupción- Lula Da Silva expresó: “El presidente López Obrador, así como yo, no queremos ofender a nadie ni pelear con nadie, solo queremos respeto a nuestros pueblos, a nuestras soberanías, a nuestra cultura y queremos también poder decidir que es lo que queremos ser”.
Invitado por el gobierno de Enrique Peña Nieto y personalmente por Rosario Robles para poner en marcha el programa Cruzada contra el Hambre, el dirigente político afirmó que “vamos a hacer cosas para terminar con los pobres, vamos a detener la migración; lo que no es posible es que en América Latina no hayamos tenido oportunidad de desarrollarnos y que los pueblos puedan vivir bien y tener los bienes que producen”.
Dijo no desear que los mexicanos salten las vallas de su frontera norte, sino que viajen al país vecino, “que tomen un vuelo y vayan para allá”.
A los latinoamericanos no les gusta ser pobres, sino que buscan la oportunidad para mejorar su vida y ese es el papel de los gobiernos., apuntó.
En lo que representó la identificación personal con el presidente mexicano, el brasileño manifestó tener la seguridad de que finalmente México se reencontró con la tradición revolucionaria de su pueblo y es un país llamado a ser importante y decisivo en los cambios que necesitas el mundo.
Morena, añadió, es un fenómeno que tiene que ser entendido en América Latina y debatido en las universidades “para que los estudiantes de ciencias políticas puedan entender cómo es posible que en tan poco tiempo, acumulando experiencia de algunas derrotas , un grupo de hombres y mujeres logran juntarse y convencer a la mayoría de las personas de que es posible hacer política con dignidad”.
Por eso, expresó, vino a México a aprender cómo es posible, con tenacidad y lucha, cambiar la historia de un país.
