Las Mentiras de Delgado
Por Jesús Michel Narváez
Es evidente: la mentira, el engaño y lo demás, son las banderas del Gobierno y de sus partidos: Morena y satélites.
El fin de semana pasado John Akerman convocó a un mitin en el Monumento a la Revolución en el que participaron académicos y políticos, militantes, casi todos, de Morena y el eje del evento tuvo nombre y apellido: Mario Delgado.
Los reclamos para que el partido del Presidente de la República se reencuentre en sus principios y abandone las imposiciones, fueron devastadores para el dirigente nacional del Morena.
El mensaje es claro: que se vaya Delgado y si esto ocurre Marcelo Ebrard quedará fuera de la pelea por la Silla del Águila, porque el dirigente es su marioneta, no de ahora, de siempre.
Sin embargo, con la frescura de una lechuga recién regada, la cabeza -en el papel, por supuesto- del partido, comentó que son bienvenidas las críticas y la autocrítica al interior del partido.
Delgado también dijo que son bienvenidas las críticas y la autocrítica al interior del «Nosotros justamente nos dedicamos a escuchar a la militancia, por eso siempre andamos en el país organizando a la gente, porque ahí se tiene el mejor diagnóstico de cómo está nuestro movimiento».
Respondía a la Primera Convención de Morena -la del sábado- que acordó convocar a reunión extraordinaria para renovar a la dirigencia.
Como si con el paso del tiempo la piel se hubiera engruesado, las expresiones de los oradores, entre los que se contaron a Irma Eréndira Sandoval, Paco Ignacio Taibo II, que en nada reconocen el “talento unificador” de Delgado, se le resbalaron cual gotas de agua que corren por el aceite.
Y no solamente los reclamos en la Plaza Pública sino en los eventos a los que acude con motivo de las designaciones -encuestas- para los gobiernos de las 6 entidades que renovarán mandatario este año, los abucheos se multiplican, los manotazos surgen y que le arrojen huevos es el final de sus presentaciones.
Según su leal saber y entender -¿qué cosa será eso en la mente del antimilitarista y hoy aplaudidor-, el movimiento fundado por el presidente López Obrador «está más vivo que nunca».
Tiene la percepción de que, con sus imposiciones, perdón candidatos ganadores de las encuestas, obtendrán las victorias. Adelanta su “segundo éxito#.
Buen manipulador -tiene excelentes maestros-, Mario Delgado les dice a los inconformes: «a nadie se invita a Morena por algún cargo o puesto». Y llamó a que no sea «la lucha por un puesto lo que nos divida, eso debe ser secundario
¿Secundario?
Lo más importante para alguien que abandono otro partido y aporto recursos en metálico y en apoyos ciudadanos, es ser candidato al gobierno del estado en donde nació. La política es el toma y daca. Te apoyo y me apoyas.
¿Qué entenderá Delgado por secundario?
Quizá como no resultó candidato para Colima, probablemente le falló al presidente al comprometer saca reformas sin consensos, es posible que la pérdida de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, claro, con sus aliados, le hayan dado motivo para denigrar a quienes reclaman “su” derecho a ser abanderados de Morena en los comicios para gobernadores (ras).
Sea lo que fuere, Delgado miente cuando afirma que recorre el país para “escuchar a la militancia”. Baste decir que hasta Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional ha pedido escuchar a la militancia. ¿Acaso ella también miente? Es pregunta, no aseveración.
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