Por Alberto F. Mena Mallen
En la actualidad los jóvenes batallan para ser jóvenes y más cuando no hay apoyos que les permita salir adelante, es solo su esfuerzo o el de sus padres y ya.
La pandemia les ha generado muchos problemas y retos que deben enfrentar particularmente en un entorno que los limita y con un gobierno que considera que dando mini apoyos económicos saldrán adelante. El ejemplo es el de Jóvenes Construyendo el Futuro, del que poco se ha informado. Reciben cinco mil 258 pesos con 13 centavos cada mes hasta un año, para que se capaciten en una empresa y con ello lograr un empleo fijo o permanente. Pero no hay datos actualizados, aunque ya el gobierno recibió críticas porque no hay buenos resultados.
Y a pesar de lo anterior, poco a poco, los jóvenes se apropian de todas las ramas del saber, del conocimiento, de las actividades, de las redes sociales y del poder y serán ellos quienes nos reclamarán el por qué de la destrucción de sistemas geográficos, urbanos, sociales, económicos, laborales y familiares o el por qué no se ha avanzado en forma adecuada, sobre todo cuando México cuenta con un sinfín de recursos de todo tipo, del que se han apropiado funcionarios públicos, gobiernos corruptos, empresas sin un sentido social y la corrupción generalizada de muchos mexicanos.
El presidente se ha dedicado a atacar a las universidades afirmando con sus datos, de que preparan a los jóvenes con un sentido neoliberal y no humanista, lo que no es totalmente cierto; las privadas encauzan a sus alumnos a dirigir empresas, a ser emprendedores, mientras que las públicas, entre ellas la UNAM, preparan muy ampliamente a mexicanos que se comprometen con su país y su entorno, aunque lo niegue o afirme otra cosa el primer mandatario que no le agrada este sector de la población.
En la Encuesta de las Naciones Unidas sobre Juventudes de América Latina y el Caribe dentro del Contexto de la Pandemia del COVID-19, se ofrecen muchos datos, entre ellos: dos tercios de los y las jóvenes tienen una opinión regular o negativa de las respuestas del Estado frente a la pandemia y ocho de cada diez no han sido beneficiados por un programa o política gubernamental; ocho de cada diez jóvenes acceden a materiales de protección contra el Covid-19 con sus propios recursos y sólo uno de cada cinco ha recibido apoyo para alimentación
Uno de cada tres jóvenes percibe falta de alimentos en su comunidad, y la pandemia ha reducido el empleo entre los jóvenes. Un 16% del total de encuestados ha perdido su trabajo, suspendido temporalmente su contrato o visto reducida su jornada laboral; nueve de cada diez estudiantes han continuado con sus actividades educativas durante la pandemia. Un 47% de los estudiantes considera que las clases en línea han sido exigentes; el acceso a computadoras y conexión a Internet es limitado y especialmente problemático en zonas rurales.
Otros datos de la encuesta: la mitad de las y los jóvenes han experimentado mayor estrés o ansiedad durante la cuarentena. El principal desafío de acceso a la salud entre los encuestados es el temor a la discriminación; los servicios que más les gustaría recibir se concentran en apoyo psicológico, información sobre el Covid-19, apoyo nutricional y acceso a medicamentos y tratamientos; seis de cada diez jóvenes estiman que la violencia de género ha aumentado; uno de cada cuatro jóvenes considera que las respuestas de su gobierno frente a la violencia de género han sido malas o regulares. Sólo uno de cada cuatro considera que se cuenta con medios para pedir ayuda; y, las mayores preocupaciones se relacionan con la situación financiera familiar y personal, la pérdida de familiares y amigos, y la inestabilidad laboral y de estudios.
En otra encuesta realizada por Global Shapers sobre qué les preocupa a menores de 30 años, destaca que más del 50% de la población mundial tiene menos de 30 años, pero sus opiniones no son tenidas en consideración cuando se toman decisiones importantes. En la mencionada encuesta se preguntó a los jóvenes por sus preocupaciones y sus prioridades fueron las siguientes: la número uno es tener mejores oportunidades laborales con un 35% de los participantes; tener una educación mejor, fue la número dos, para un 26% de los encuestados; y, proteger el planeta y los recursos naturales, está en el tercer puesto con un 16%.
El presidente municipal de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas y el gobernador de Nuevo León son parte de los jóvenes que poco a poco avanzan en política para relevar a las viejas generaciones de funcionarios públicos que no han permitido el avance del sector juvenil porque no quieren perder sus privilegios. Un caso ejemplificativo es el de los investigadores que no tienen una edad límite para dejar sus cargos y si excelentes salarios, comentarios que se realizan entre el alumnado, que se decepciona de las políticas públicas aplicadas y se desinteresa en avanzar en ese campo.
Otros jóvenes que han destacado son la estudiante, activista y premio Nobel de la Paz paquistaní, Malala Yousafzai, que vino a México por primera vez, en el 2017 invitada por el Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe. La joven de 20 años se convirtió, a los 17, en la persona de menor edad en recibir un Nobel, reconocida por su lucha tenaz por el acceso a la educación de las mujeres en su país y en el mundo. Tras haber sufrido un atentado contra su vida y destacado en el ámbito mundial, Malala ha sumado las voluntades de cientos de líderes globales, en pro de la educación.
Otra de las jóvenes que han sido conocidas por el mundo por su labor ambientalista es Greta Thunberg, una chica sueca de 15 años que comenzó a acudir todos los días al parlamento sueco para protestar contra la falta de acción frente al calentamiento global. Muchos otros jóvenes se adhirieron a su causa y finalmente Greta habló frente a Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial de Davos. Esta joven es solo un ejemplo del importante papel de los jóvenes en la sociedad y de cómo pequeños gestos pueden cambiar muchas cosas. Se habla que visitará México.