Agosto del 69
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“Belfast”, película británica escrita y dirigida por Kenneth Branagh; con la actuación de Jude Hill (Buddy), Jamie Dornan (Pa), Caitríona Balfe (Ma), Judi Dench (Granny), Ciarán Hinds (Pop), Lara McDonnell (Moira), y Lewis McAskie (Will); tuvo su estreno mundial en el 48° Festival de Cine de Telluride el 2 de septiembre de 202
Buddy, un adorable niño, vive felizmente con su madre, su hermano mayor Will y un padre bastante ausente, pues trabaja en Inglaterra, pero su ausencia se suple con la presencia casi permanente de sus abuelos, hasta que estalla la violencia contra el barrio católico de Belfast.
La película se ubica en medio del conflicto de Belfast, Irlanda del Norte, a finales de la década de 1960, pero no se centra en ese drama político social, sino es semi-biográfica, del género coming-of-age, donde el director Branagh retrata en forma lineal episodios vividos de esa época.
LA LUCHA DE DRAGONES
Buddy, como todo un San Jorge de Capadocia, juega con niñas y niños a vencer a un dragón imaginario, una espada de madera y la tapa de un bote de basura es el mejor escudo, hasta que su madre le llama para cenar, momento en que a la entrada de la calle aparecen muchos jóvenes gritando consignas contra los católicos del barrio.
El 15 de agosto de 1969, en Bethel, Estado de New York, con más de 500.000 asistentes comenzaba el festival de rock más importante de la historia: Woodstock; pero ese mismo día, en la ciudad de Belfast se había vivido la jornada más violenta entre católicos y protestantes.
Entre el 13 y el 17 de agosto de 1969, Irlanda del Norte, Reino Unido, se vio envuelta en una serie de intensos disturbios sectarios, que comenzaron como consecuencia de la Batalla del Bogside, una confrontación de tres días entre los residentes católicos y nacionalistas de Derry y la Royal Úlster Constabulary (RUC).
Los disturbios se extendieron pronto al resto de Irlanda del Norte en apoyo de los Bogsiders, lo que a su vez provocó represalias de la RUC y de los unionistas del Úlster; los enfrentamientos más sangrientos tuvieron lugar en Belfast, donde murieron ocho personas y centenares resultaron heridas.
ME GUSTARÍA SER CATÓLICO
Buddy tiene sólo 9 años de edad, y no alcanza a entender las diferencias entre la doctrina católica y los protestantes, para él la diferencia radica en que los católicos confiesan sus pecados y son perdonados, lo que les brinda el beneficio de volver a pecar y con sólo volver a confesarse serán de nueva cuenta perdonados.
Esta incomprensión de un infante es lo más puro e inocente que puede haber, y aunque parezca pueril, lo cierto es que aparentemente no hay una razón de peso para que surja un conflicto que derrame sangre de unos y de otros.
La familia de Buddy es protestante, pero ha vivido en una comunidad predominante católica, pero esa mayoría de barrio es la minoría en un país protestante.
El origen del conflicto social va más allá de una simple confesión, pues Irlanda del Norte había entrado ya en una etapa de desestabilización durante 1968 debido a los esporádicos disturbios provocados por la campaña de desobediencia cívica organizada por la Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte (NICRA), la cual pedía el fin de la discriminación contra los católicos en asuntos como el derecho de voto, la vivienda o el empleo.
CONFLICTOS FAMILIARES
Pero más allá del conflicto religioso social, los padres de Buddy también tiene sus diferencias, pues las ausencias del papá y las deudas con el fisco hacen mella en la mamá, quien no puede con todo ella sola.
Es claro que los problemas familiares pueden surgir con independencia de la situación socioeconómica de un país, pero cuando hay estallidos sociales, es obvio que los problemas en casa se magnifican; la espiral es inevitable y cada evento es visto como un problema más.
Los líderes de los grupos más ultras le exigen al papá de Buddy que se defina, está con ellos o en contra, además, le piden al hijo mayor que haga entrega secretas de bombas molotov.
Bajo este panorama, el papá sugiere que la solución es cambiar de residencia, dejar Irlanda e irse a Vancouver o a Sidney, pero ni la madre ni el propio Buddy quieren dejar Belfast, sin embargo, su amada ciudad natal está atrapada en una creciente agitación, la familia se enfrenta a una decisión trascendental: esperar que el conflicto pase, o dejar todo lo que conocen por una nueva vida.
Los acontecimientos de agosto de 1969 son considerados como el inicio del llamado conflicto de Irlanda del Norte, miles de personas tuvieron que abandonar sus casas; en las revueltas de esos días una multitud de protestantes quemaron casas y negocios católicos.
Se estima que más de 1500 familias católicas y 315 protestantes perdieron sus casas, ya sea porque fueron quemadas o expulsadas de ellas mediante intimidaciones; 275 comercios fueron dañados, de los cuales un 83% eran católicos.
EL AMOR LLEGA A LA LUNA
El 20 de julio de 1969 el hombre había llegado a la Luna, y ese era el tema escolar para que Buddy hiciera equipo con la niña que le gustaba, y así logran tener el primer lugar, pero es tiempo de partir; su papá lo acompaña para despedirse y el niño le promete regresar algún día; y es aquí que se sabe que la niña es católica.
Esta escena final encierra el mensaje de la película: los niños son la solución a las miserias de los adultos que con odio y rencor conspiran contra una convivencia armónica, en donde la religión no debe ser el punto de inflexión que rompa las relaciones de las personas.
El conflicto interétnico y religioso norirlandés duró hasta 1998, y en Shankill Road, Belfast, hay un mural lealista que recuerda los disturbios de 1969; en él se lee: “¿Esto puede cambiar? ¡Nosotros creemos (en ello)!”
Pero ¿en verdad podrá cambiar?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…