Por Jesús Michel Narváez
En tiempos pasados un punto del PUB representaba alrededor de 200 mil millones de pesos. Hoy en día, probablemente la cifra se eleve a los 250 mil millones de pesos.
Durante los últimos tres años, la economía mexicana no ha registrado crecimiento, aunque mañosamente se diga que en el 2021 creció al 5.2 por ciento. Si se están el 0.01 por ciento del 2019, el 8.5 del 2020, todavía faltarían 3.4 puntos para regresar al PIB del 2018.
Sí, el mismo que Andrés Manuel López desdeñó y lo llamó mediocre.
Durante su campaña -la tercera es la vencida, dijo- habló en repetidas ocasiones en que de llegar a la Presidencia el país crecería al ritmo de 4.5 por ciento. Es decir, duplicaría prácticamente lo registrado en las últimas dos décadas.
Al ritmo que va esta administración y con las estimaciones lo mismo del Banco de México que de los bancos privados y junto con las calificadoras internacionales el FMI y el BID estiman que en 2022 se incrementará el PIB en 2.5 y en 2023 se estará igualando al que se tenía antes de que se iniciara la aventura hacia el paraíso perdido en 2018.
De acuerdo con cifras del Banco Central -estrenando nueva gobernadora- el año pasado las remesas alcanzaron 51 mil millones de dólares. Y lo festinó el presidente como si se tratara de las consecuencias de alguno de sus programas (in)productivos. Si la cifra es correcta, dólares más dólares menos, los migrantes estarían aportando 6 puntos del PIB, algo que no puede pasar inadvertido frente al estancamiento por la mala conducción de la política económica.
Quizá los asesores del Consejo Empresarial que tiene Palacio Nacional, hayan influido para que se modifique, cuando menos en parte, la conducción económica y por ello se anuncia que la Secretaría de Hacienda presentará un plan de inversión conjunta: gobierno e iniciativa privada.
Nada nuevo bajo el sol. Eso se llama economía mixta y la puso en marcha Luis Echeverría hace 52 años y, no era, que se sepa, un presidente neoliberal. Incluso presumía que las finanzas públicas se operaban desde Palacio Nacional. Sin ser del todo falso, tampoco era del todo cierto. La verdad es que Hacienda se ubica en el ala oriente de Palacio Nacional, bastante distante del lado poniente en donde se encuentra el despacho presidencial.
En fin, dirían los clásicos, esas son nimiedades.
Lo que se tiene que observar es cómo se tratará de enderezar la nave que amenaza con ir a pique, aunque el huésped temporal del virreinal inmueble, sostenga que en economía “vamos requetebién”.
El estratega de la campaña de Bill Clinton, James Carville, acuñó una frase que despertó al electorado: es la economía, estúpido.
Clinton pretendía desbancar a George Bush (padre) quien era considerado imbatible y que ganaría ampliamente la contienda y seria reelecto para un segundo periodo. Todo se desmoronó, porque prefería la guerra que hacer crecer la economía.
Hoy en día, en México se opta por supuestos programas que sacarán de la pobreza a los pobres y se descuida el crecimiento económico, sin valorar que careciendo de mayores ingresos podría hacerse efectiva la política social que tanto se exalta.
Deseable que no solamente los migrantes aporten 6 puntos al deteriorado PIB y que el presidente entienda que la economía tiene prioridad. Le recomiendo desmenuzar la frase de Carville. Ningún daño le hará, aunque quien la pronunció sea neoliberal.
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