Por Jesús Michel Narváez
Con la selección de Julio Menchaca Salazar como candidato de Morena al gobierno de Hidalgo, el PRI corre el riesgo de perder, sea quien fuere su candidato o candidata.
Como la mayoría de los militantes de Morena que buscan candidaturas, Menchaca proviene del PRI, partido que le concedió todo desde los años ochenta.
Su currículum lo presenta como jurista y político. Es conocido en la entidad por su paso en el Tribunal Superior de justicia, fue legislador local y aspirante a la gubernatura en 2005. Después de 25 años de militancia tricolor, renunció en 2015. Morena le “abrió los ojos”.
Sin embargo, ahora como senador ha sido poco menos que 0 a la izquierda. No se le conoce trabajo legislativo de relevancia. Incluso, es de los que no presentan iniciativa. Ganó, eso sí, ganó su escaño por mayoría.
¿Y quién se perfila por el PRI?
Aparentemente la secretaria general del CEN, Carolina Viggiano es la carta que tiene el tricolor para retener el estado y mantener el monopolio del gobierno.
Es miembro del sector campesino, debilitado como los otros dos: obrero y popular, y ha su carrera ha sido mayormente en el Poder Legislativo. Fue diputada local y en tres ocasiones, federal. Hoy desempeña el cargo en la LXV Legislatura.
Junto con Hidalgo, el PRI jamás ha perdido Coahuila y Estado de México. Antes de las pasadas elecciones se sumaban Colima y Campeche.
El escenario no es del todo favorable para el tricolor. Divisiones internas, intento de imponer a la candidata, pocas figuras de relevancia que puedan suceder a Omar Fayad Meneses y, el constante ataque desde Morrena, se conjuntan para que la elección de junio del próximo año sea poco menos que imposible para el PRI.
Viggiano tiene buena imagen. Ha sido esforzada para llegar hasta donde se encuentra: la número 2 del otrora partidazo, al que todos querían pertenecer porque sabían que con el logotipo tricolor ganaban todo y sin hacer campaña o tener malos antecedentes.
Hoy la historia es diferente. Se desdibujó el regreso a la Presidencia de la República y aquel slogan de los rostros del nuevo PRI quedó sepultado antes de que Enrique Peña Nieto entregara la banda presidencial a otro expriísta, Andrés Manuel López.
La intocable y abundante corrupción general, provocó que dos de los “jóvenes” más “brillantes” del nuevo priismo, terminaran en prisión.
Con el nuevo gobierno, apoderándose de todas las fórmulas triunfadoras del PRI, se antoja difícil que mantenga el monopolio del poder gubernamental.
Sin embargo, durante las elecciones de 2020 para renovar Congreso y Alcaldías, Morena fue derrotado por los candidatos del PRI. Una mala, muy mala experiencia para quienes 18 meses antes habían arrasado y borrado del mapa a las oposiciones.
Este año no fue la excepción. El PRI perdió las 8 gubernaturas que mantenía.
Un año después, el partido oficialista cobró venganza plena.
¿Dejará de ser zona de confort el estado que honra al iniciador de la Independencia?
Las encuestas dicen que el PRI se quedará solamente con 2 de los 4 gobernadores con que cuenta ahora: Coahuila, Estado de México, Oaxaca e Hidalgo.
Y los analistas opinan que Morena es el nuevo PRI.
Lo cierto es que para los priístas, Hidalgo se ve lejos, aunque Pachuca esté apenas a 100 kilómetros de distancia.
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