*Muy Pronto Transitamos de la Hospitalidad Anunciada a la Hostilidad
*Las Avalanchas Humanas Superaron Capacidades del Estado Mexicano
*Hoy: Común Encontrar Gente de otras Nacionalidades en Todo el Territorio
*Tienen que Sortear Cumulo de Trámites con el Objeto de Impedir su Ingreso
*Hay Agresiones y Hasta han Sido atropellados por Vehículos Oficiales
*Son Carne de Cañón y la CNDH ha Mantenido un Silencio Sepulcral
Por Alejandro Zapata Perogordo
Las políticas públicas implementadas en materia de migración al inicio del sexenio fueron de aliento; bienvenidas todas aquellas personas deseosas de ingresar a México, en busca del sueño americano, con la promesa de respetar sus derechos humanos y ser recibidos con hospitalidad.
Los cálculos no dimensionaron el enorme problema que se vino encima, máxime que del discurso a los hechos para atender la avalancha de migrantes existía una enorme distancia, el número de personas que atravesaban la frontera sur, superaron las capacidades del Estado Mexicano, no había infraestructura, organización ni orden.
Nuestros vecinos del norte al ver amenazada su frontera, (ya de por sí motivo de mensaje de campaña en aquella región), comenzaron a construir el famoso muro, a la par que, prácticamente obligaron al gobierno a enviar miles de elementos de la Guardia Nacional, a la zona sur, para evitar el tránsito de migrantes a México.
No esperábamos tal cantidad de personas ingresando al país, ahora es común encontrarse con gente de otras nacionalidades en todo el territorio, solicitando apoyo para subsistir, lo mismo hombres, mujeres y niños, que ante la eventualidad de buscar mejores horizontes o huir de sus lugares de origen, fincan su esperanza en un riesgoso recorrido.
Así, sus ilusiones se ven truncadas; del proclamado anuncio de bienvenidos, tienen que sortear un cumulo de trámites encaminados a impedir su ingreso, entre los que destacan la reclusión y confinamiento en lugares poco propicios para esos menesteres, sin los servicios adecuados, falta de comida y hacinamiento, muy pronto transitamos de la hospitalidad a la hostilidad.
Es obvio decir, que se han rebelado, organizando un peregrinar hacia los estados del norte, donde tienen que soportar todo tipo de agresiones incluyendo la violencia de los agentes de migración y hasta han sido atropellados por vehículos oficiales.
Uno de los episodios más trágicos y lamentables, consistió en el accidente donde murieron más de cincuenta personas que iban ocultas en la caja de un camión, con apariencia de una organización dedicada a la red de trata de personas.
La falta de previsión ha ocasionado que sean reclutados y obligados a participar en la delincuencia organizada, amén de que los despojan de su poco patrimonio, son utilizados como carne de cañón, viéndose extorsionados por todo tipo de redes incluyendo las oficiales.
La CNDH, ha mantenido -como es su costumbre- un silencio sepulcral y de complicidad, habiendo sido un organismo de gran credibilidad y respeto, ahora se ha convertido en simple agencia de colocaciones y olvidado su función.
El problema fue creado a partir de una falta de planeación, la carencia de creación de políticas públicas adecuadas, con amplitud de miras, previendo todos los ángulos, escuchando a las autoridades de la región y a gente capacitada y con experiencia. Como siempre, primero es la decisión y después vemos como le hacemos.
Una administración que presume los Derechos Humanos en el discurso y en la práctica, atenta contra los más elementales principios de la dignidad humana.