Una Ciudad sin Futuro

Por Alberto F. Mena Mallen

La Ciudad de México es una macro urbe sin futuro, por la falta de crecimiento económico y los efectos de la pandemia que impedirán avanzar en los propósitos de todos los mexicanos, sobre todo porque no ha existido una adecuada administración pública federal que nos retrasa en el crecimiento.

Y más cuando en la pasada elección la Ciudad de México se dividió políticamente en dos, lo que ejemplifica la división ya existente y profunda que hay en el territorio nacional.

Tal vez, si se logra la desconcentración del gobierno federal como lo propuso el presidente López Obrador, o se inicia como ya hay visos, se logrará rescatar a esta mega localidad que ocupa un quinto lugar en el número de pobladores, después de Tokio, Japón; Delhi, India; Shanghai, China y Sao Paulo, Brasil, (según proyecciones de la ONU). En el 2030 ocupará el octavo lugar.

Cada día esta megalópolis crece tanto en habitantes como en superficie, lo que poco a poco se nota con los meses y los años, cuando se mira hacia zonas aledañas a la urbe o en construcciones de inmuebles por todos lados.

Y el problema de ello, es que la misma autoridad lo permite, lo que ocasionará, como ya dije, su destrucción, poco a poco.

La actual regenta, -se le denominó así y no jefa de gobierno de la Ciudad, porque sigue sin chistar las políticas que le dicta el primer mandatario desde Palacio Nacional-, ha permitido en estos tres años un boom inmobiliario y una lenta política poblacional que impida su crecimiento en esta zona. No hay, hasta la fecha, una adecuada coordinación con el Estado de México y si la existe, -que no se publicita-, está muy escondida. Hay una franquicia del gobierno federal en la capital del país, califican algunos medios de comunicación.

La pérdida de nueve alcaldías para su partido, Morena, y su relación con el bloque opositor de nueve alcaldes del PRI-PAN y PRD, organizados en la Unión de Alcaldes de la Ciudad de México (UNA-CDMX), cada día se friccionan y se tensan más, ya que comenzaron su relación con errores o de comunicación o de plano una abierta afrenta entre ambos grupos, aunque se trate de disfrazar con mensajes de colaboración, apoyo y coordinación a medios.

La regenta sigue el mismo patrón que el primer mandatario, de dividir, enfrentar, de ser original y de combatir al llamado neoliberalismo y la corrupción que califican como el mal de todos los problemas que se enfrentan en México, pero no hay castigos ni culpables reales, y nunca hablan de los que la actual administración ha provocado con sus políticas de grave austeridad y de aplicación de recursos exclusivamente en las prioridades que marca López Obrador, olvidándose de muchos rubros que lesionan a la población.

Hay un enorme reto de gobernabilidad, pero como lo he comentado anteriormente, los problemas avanzan más rápido que las soluciones. Hay compromisos internacionales que se han avalado, pero que tampoco se han cumplido a cabalidad.

Por ello, se lanzó una plataforma “Ciudad para Todos” que permitirá evaluar políticas públicas en la Ciudad de México. Este esfuerzo comenzó en Chile y ya operará en nuestro país, donde académicos, especialistas, políticos y exfuncionarios públicos participarán con la presentación de propuestas que permitan resolver los problemas y mejorar su supuesta marcha en beneficio de los capitalinos, además de que permitirá atacar actos de corrupción, aparte de obligar a los gobernantes a abandonar su zona de confort para cumplir sus compromisos de campaña y evitar que sigan burlándose del pueblo.

En 2016, en la ciudad de Quito, Ecuador, ONU-Habitat lanzó una iniciativa “Octubre Urbano” que involucra a la comunidad internacional en una nueva agenda urbana que permitirá hacer frente a los desafíos de las ciudades en las próximas dos décadas, y vista como una extensión del Operativo de Desarrollo Sostenible, de la propia institución.

Se aprobaron compromisos hace 5 años, muchos de ellos sin avances reales como el de que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles y abordar problemas que incluyen la crisis climática, la pobreza urbana, asentamientos informales, proporcionar infraestructura resiliente y garantizar el acceso a servicios básicos, entre otros muchos acuerdos a los que se llegó.

Pero en la realidad, nuestro gobierno ha fabricado más pobres, la contaminación ambiental no cede, ya que cada año el calor y la concentración lo evitan, de los asentamientos informales, siguen los conflictos y un ejemplo lo da el Cerro del Chiquihuite, donde no se han cumplido las promesas de apoyo a las familias afectadas; la vialidad, cada día se empeora ante la falta de transporte adecuado y suficiente. La violencia continúa en muchas partes del territorio nacional y muy poco se hace al respecto. Las policías se convierten en un grave problema para los gobiernos.

El caso es que hay muchas propuestas, muchas palabras bonitas como el de que los líderes de las ciudades se comprometieron a proporcionar servicios básicos para todos los ciudadanos; garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a la igualdad de oportunidades y libre de discriminación; promover medidas en apoyo de ciudades más limpias; fortalecer la resiliencia en las ciudades para reducir el riesgo y el impacto de los desastres; tomar medidas para hacer frente al cambio climático mediante la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero; respetar plenamente los derechos de los refugiados, los migrantes y los desplazados internos, independientemente de su situación migratoria; mejorar la conectividad y apoyar iniciativas innovadoras y ecológicas; promover espacios públicos seguros, accesibles y ecológicos.

¿Y qué sucede en la realidad? Que nuestro país camina al revés con la construcción de una refinería, cuando se debe apoyar a grupos económicos para generar energías limpias o que el mismo gobierno las genere; en la reducción de efectos de desastres, inundan zonas por mala administración de las presas y lo de Tula, Hidalgo es solo un ejemplo de ello.

La ONU propone una nueva agenda urbana para generar nuevas reglas y regulaciones urbanas, mejorar la planificación, el diseño urbano y las finanzas municipales, entre otras cosas para mejorar la vida de quienes habitamos en zonas populosas, pero ello se ve lejano ante los pleitos de partidos políticos en las legislaturas federal y local, aparte de las políticas aplicadas por el ejecutivo federal de dividir a los mexicanos que solo vemos el mal actuar de nuestros gobernantes.

fermallen@gmail.com

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