Por Nidia Marín
Una manera de salirse con la suya del hoy todo poderoso es apelar, a conveniencia, al viejo discurso de la paridad de género para colocar en las posiciones clave, no a las féminas con mayores conocimientos y capacidad, sino a las de inconmensurable sumisión, obediencia y dispuestas a entregar… el alma.
Hoy sucede en México. Sin el menor recato y después de que el omnipresente no pudo salirse con la suya respecto de que el titular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de los demás ministros, no fuera perpetuado en el poder, estamos a punto de ver en el Senado de qué lado masca la iguana, en cuanto a quienes serán los nuevos ministros o ministras de la Corte.
No se puede negar que nuestro país requiere un mayor número de mujeres en posiciones clave, pero tampoco deben ser personas tan sólo para llenar el requisito y loar al inmarcesible, al propietario de lo tangible y lo incorpóreo, sino aquellas dignas y poseedoras de los mayores y mejores conocimientos en sus respectivas materias.
Es innegable lo que señalan los estudiosos del tema (hombres y mujeres) que no obstante los avances en el país, en la actualidad las mujeres se encuentran subrepresentadas en los puestos clave dentro de las instituciones del Gobierno federal, lo que refleja una falta de paridad en los hechos dentro de la estructura gubernamental.
Esto, señalan, ocasiona restricciones para lograr una agenda inclusiva, la cual tome en cuenta las necesidades de la población, busque retener el talento femenino y la diversidad de ideas, pero, sobre todo, sume a más mujeres a la economía.
Resaltan que mientras México se encuentra en los primeros lugares en participación política de las mujeres dentro del gabinete federal con respecto a sus pares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), también está entre los últimos lugares en la participación económica para las féminas.
También es cierto que, de acuerdo al Instituto Mexicano Para la Competitividad (IMCO) en su trabajo “Mujeres en la Administración Pública Federal: más allá de la foto”, ellas, las mujeres se encuentran subrepresentadas en los puestos clave dentro de las instituciones del Gobierno federal, lo que refleja una falta de paridad en los hechos dentro de la estructura gubernamental.
Esto, dice la institución, ocasiona restricciones para lograr una agenda inclusiva, la cual tome en cuenta las necesidades de la población, busque retener el talento femenino y la diversidad de ideas, pero, sobre todo, sume a más mujeres a la economía.
Mientras que México se encuentra en los primeros lugares en participación política dentro del gabinete federal con respecto a sus pares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), también está entre los últimos lugares en la participación económica de las mujeres.
En esa investigación del IMCO se asegura que el número de secretarias de Estado aumentó desde 2019 y en 2021, el país alcanzó un gabinete paritario, ya que, de las 19 secretarías de Estado analizadas, nueve son encabezadas por una mujer (47%), un avance significativo sobre todo al revisar el porcentaje de mujeres en años anteriores, donde la cifra más alta fue en 2007, con únicamente cuatro mujeres como secretarias de Estado de las 18 secretarías del gobierno de Felipe Calderón.
Por cierto, mientras las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial, en México, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, hay 64 millones 540 mil 634 mujeres, mismas que componen el 51.2% de la población total.
Por cierto, del total de la población ocupada de 25 años y más que se desempeña como funcionarios y directivos de los sectores público, privado y social, 39.0% son mujeres.
Y acerca de lo que hoy nos ocupa, en 2018, 40.7% de las judicaturas y magistraturas en los juzgados y tribunales superiores de justicia estatales estaban a cargo de mujeres; 48.2% y 49.2% de las posiciones en la Cámara de Diputados y en el Senado estaban ocupadas por mujeres; y en los Ayuntamientos 44.9% eran regidoras, síndicas o presidentas municipales. Hoy hay más.
No es todo, porque dice el INEGI que las mujeres son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPYMES), además de que estas patronas contratan más mujeres para trabajar (dos mujeres remuneradas por cada hombre) y 86.1% de su personal permanece empleado durante todo el año.
Bueno, hoy, con lo que suceda en el Senado, efectivamente ya veremos de que lado masca la iguana o a la mejor ni dientes tiene.