Por Jesús Michel Narváez
Durante los tres años de este gobierno, el presidente se ha llenado la boca diciendo que no se ha militarizado el país y que la presencia del Ejército, la Marina y su creación, la Guardia Nacional, es para proteger a los mexicanos y por ello nunca volverán a violarse los derechos humanos.
Sin embargo, la “eficiente” Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha documentado 388 reportes de queja en contra de la Guardia Nacional seguida por el Ejército (Defensa Nacional) y la Fiscalía General de la República (FGR).
Un informe del Sistema Nacional de Alerta de Violación a los Derechos Humanos reveló que Chihuahua es la segunda entidad del país con más quejas contra elementos de la Guardia Nacional por abusos contra ciudadanos superada solamente por los cometidos en la Ciudad de México.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene registradas 31 quejas por abusos de elementos de la GN contra ciudadanos entre enero y septiembre de 2021.
El estado de Chihuahua sólo es superado por la Ciudad de México, que acumuló 32 quejas en el lapso referido de acuerdo al reporte dado a conocer el pasado 15 de noviembre.
Lo anterior no es un fenómeno propio de la entidad, ya que la Guardia Nacional encabeza la lista de organismos con más quejas de ciudadanos en el país, acumulando 388 reportes durante los primeros nueve meses de 2021. Esta cifra supera las 350 que se presentaron en el mismo periodo de 2020. (Velvet González El Heraldo de Chihuahua).
De acuerdo con la información de la CNDH las quejas se circunscriben al uso excesivo de a fuera y presuntos actos de corrupción.
En el caso de las quejas en 2021, se refieren principalmente a abusos por uso excesivo de la fuerza y presuntos actos de corrupción; de acuerdo a la misma estadística, éstos últimos aumentaron entre 2020 y 2021.
Hemos sido testigos al observar los videos y las fotografías de los reporteros gráficos, de cómo elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración incumplieron los protocolos que ordenan respetar los derechos humanos. Golpearon sin restricción alguna a mujeres, niños y hombres, casi todos provenientes de Haití, cuando quisieron abandonar la Estación Siglo XXI, en donde estaban en calidad de “huéspedes” mientras se tramitan sus permisos de internación.
Otros lamentables hechos se han registrado en Zacateas, Tamaulipas, Guanajuato, Jalisco, Guerrero, ente otras entidades.
Aunque el gobierno, el presidente para ser exactos, niegan la militarización en todos los ámbitos, las pruebas y los hechos refutan sus palabras.
Que la CNDH, cuya esencia está más pérdida que un navío sin brújula haya tomado la decisión de hacer públicas las quejas, aunque no existan recomendaciones formales, por el actuar de la Guardia Nacional, el Ejército y el INM, las cosas deben estar que arden.
Porque toca las insensibles fibras presidencial y exhibe la incongruencia entre las palabras que defienden las acciones conlleva la militarización en la vida del país.
Lo extraño en el quehacer de los hibridos integrantes de la GN es su pasividad frente a los criminales y narcotraficantes. A ellos les dan abrazos. A los migrantes y manifestantes les regalan batazos.
¿Quién es el responsable de permitir la violación de derechos humanos?
Es bien sabido que al presidente le irritan los “nuevos derechos, creados por los neoliberales para seguir robando”, por lo cual probablemente los altos manos castrenses, en este caso los generales Crescencio Sandoval y Luis Rodríguez Bucio, secretario de la Defensa nacional y comandante de la Guardia Nacional. respectivamente, entendieron el mensaje presidencial y dijeron: HASTA AQUÍ.
De no poner correctivos a tiempo, el riesgo de que el abuso en el uso de la “fuerza legítima”, puede desembocar en una verdadera tragedia. Más vale prevenir que lamentar.
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