*Evidente Rivalidad Entre Nieto y Algunos Miembros del Gabinete
*Posiblemente Estaba Echada Desde Antes de Contraer Nupcias
*Y el Presidente Acomodó una Ficha de Confianza y Lealdad: Pablo Gómez
*La Rapidez del Cambio Supone Hubo Planeación con Antelación
*El Puesto, Arma Poderosa Para Embestir y Perseguir a los Adversarios
Por Alejandro Zapata Perogordo
Un episodio más para el anecdotario de esta cuarta transformación. El arribo de funcionarios públicos en avión privado, en compañía de importantes empresarios y una gran cantidad de dólares sin reportar, al aeropuerto internacional de Guatemala, dieron nota relevante para abrir las puertas de lo que sería un discreto evento.
A los invitados a la boda del director de la UIF, Santiago Nieto y Karla Humphrey, Consejera Electoral del INE, se les solicito no divulgar ese acontecimiento, por aquello de las suspicacias, la rumorología y evitar las críticas a los contrayentes.
Sin embargo, el incidente protagonizado por los tripulantes del vuelo privado, entre los que viajaba la entonces Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, ocasionó que saliera a la luz pública el evento, dando al traste a la petición de confidencialidad.
La reacción de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum fue inmediata, al solicitar la renuncia de su colaboradora, las explicaciones salían sobrando, nadie que pertenezca al equipo de la cuarta transformación y sus políticas de austeridad, pueden trasladarse en aeronaves particulares, menos aún, dar pauta a ataques en contra de la aspirante presidencial.
Con esa medida, se envió un claro mensaje, sin embargo, los elementos necesarios para iniciar un escándalo habían germinado, en esta ocasión los principales protagonistas y anfitriones de la reunión, eran completamente ajenos a los acontecimientos provocados por la imprudencia de sus invitados.
No obstante, el novio era un alto funcionario del Gobierno Federal, una persona pública desempeñando un importante papel dentro de la administración, encargado de combatir y detectar actos de corrupción, puesto en fila para suceder en la Fiscalía a Alejandro Gertz Manero, con quien sostiene abiertos conflictos, a quien se le solicita su renuncia como regalo de bodas.
No es casualidad su destitución, la gota que derrama el vaso y es aprovechada por el Presidente, es la boda. La rivalidad entre Santiago Nieto y algunos miembros del gabinete, era evidente. Seguramente su suerte estaba echada desde antes de contraer nupcias, solamente era esperar el momento adecuado, que finalmente se presentó.
Así, el Presidente acomoda una ficha de todas sus confianzas y lealdades, como es Pablo Gómez, quien sustituye a Nieto Castillo. Lo anterior indica que no fue una reacción; la rapidez del cambio hace suponer que ese movimiento fue planeado con antelación, aunque probablemente el más sorprendido haya sido el exfuncionario.
El puesto es clave, reviste especial relevancia, desde esa posición se han fraguado numerosos escándalos políticos, es un arma poderosa para embestir y perseguir a los adversarios, algunas ocasiones con sustento y en otras, solo con el afán de demeritar la imagen.
La señal invita a reflexionar a todos los integrantes del gabinete: quien manda es el Presidente y, la opción es Claudia, quien no entienda esa postura, sale sobrando.
