Historia de un Crimen

Del Cine y las Leyes

Impunidad Legal

Por Horacio Armando Hernández Orozco

Historia de un crimen (Der fall Collini) película alemana, dirigida por Marco Kreuzpaintner; con la actuación de Elyas M’Barek (Caspar Leinen), Alexandra Maria Lara (Johanna Meyer), Heiner Lauterbach (Richard Mattinger), Manfred Zapatka (Hans Meyer), Jannis Niewöhner (el joven Hans Meyer) y Franco Nero (Fabrizio Collini) cuyo estreno fue en abril de 2019.

El joven abogado Caspar Leinen ante la corte judicial de Berlín acepta defender a un acusado de asesinar a un respetable hombre de negocios; pero desconoce que la víctima es Hans Meyer, quien fue la persona que lo apoyó desde su niñez.

La cinta esta basada en la novela El caso Collini, de Ferdinand von Schiarch, abogado y escritor alemán, que aprovecha su experiencia como abogado penalista para dar a conocer diferentes casos criminales.

ESTÁ MUERTO

El empresario y afamado Hans Meyer se encuentra en el pent-house de un lujoso hotel de Berlín, esperando a un periodista, cuando al lugar llega un hombre que saca un arma de fuego y lo mata de tres impactos.

Nada más impresionante para el inicio de una cinta de drama judicial que presentar sin mayor preámbulo lo que será la litis del juicio penal que se desarrollará durante la trama; aquí no se juega si el procesado ha cometido o no la conducta, aquí es claro, por lo que la defensa debe girar en torno a otro tipo de argumentos ajenos a que el cliente no ha cometido el crimen.

Y tan así, que las pruebas son contundentes, pues recién perpetrado el delito, el autor baja al lobby lleno de sangre ajena y dejando huellas hemáticas al caminar, para pararse frente en la recepción y decir: “Está muerto”.

UN PROBLEMA ÉTICO-MORAL

Caspar Leinen ha aceptado defender a este hombre sin si quiera saber quién es el occiso, ni las circunstancias, pues es un joven abogado que no le importa actuar como defensor público, hasta que uno de sus amigos le informa que la víctima es su mecenas Hans Meyer.

Aquí viene un primer problema moral y ético, pues el abogado defensor tiene un sentimiento de agradecimiento hacia la víctima y su familia que lo acogió siendo un niño hijo de emigrantes turcos; así que ¿será factible que pueda defender con el debido profesionalismo este caso?

En la cinta no se narra lo relativo al posible conflicto de intereses, aunque en la novela sí se deja entrever que al tratarse de un abogado particular que ha aceptado llevar la defensa de esta persona con cargo al erario público, como si fuera un defensor de oficio, no existe la imposibilidad legal de que pueda hacerlo, pues prácticamente los impedimentos están previstos para los juzgadores y no así para los abogados defensores.

DEFENDER A UN CULPABLE SILENCIOSO

Caspar se entrevista con su defendido Fabrizio Collini, pero resulta que éste no quiere hablar, así que ahora el joven defensor tendrá que idear una estrategia de defensa sin contar con una versión propia de su cliente y sin saber el móvil del delito.

Defender a una persona que ha matado a la persona que te brindó la oportunidad de crecer y de estudiar pareciera ser una mala jugada del destino, pero es aún peor que esta persona no te diga por qué lo hizo; así que la defensa está carente de argumentos defensivos, sin embargo, debe defenderlo.

La cinta tampoco señala a detalle la diferencia dogmática entre el delito de asesinato y el de homicidio conforme a la legislación alemana, pero al espectador se le hace ver la pena por el primer delito puede ser hasta de cadena perpetua mientras que por el segundo es menor, al grado de obtener beneficios pre liberatorios.

En México podríamos establecer la diferencia punitiva entre homicidio simple y homicidio agravado, siendo más severa la pena para el segundo; y es algo así lo que señala la película, pero la diferencia entre uno y otro aparentemente está en el móvil de la conducta; tan es así, que Caspar le señala a Fabrizio que si una persona llega a robar comida es delito, pero si esa persona manifiesta que lleva dos días sin comer la cosa cambia y así puede verlo el tribunal de enjuiciamiento.

EL MÓVIL DEL CRIMEN

Casper no está dispuesto a perder sin pelear su primer caso, así que decide indagar quién es Fabrizio Collini, viaja hasta el pequeño pueblo en que nació aquél y descubre que Hans Meyer, en su juventud fue un oficial de la SS y cometió crímenes de guerra matando a civiles inocentes en Italia.

Para Fabrizio fue duro presenciar en carne propia una sarta de actos inhumanos y la muerte de su padre frente a sus ojos por orden directa de un ex dirigente Nazi, que posteriormente se convirtió en un importante empresario, lo cual da el móvil del crimen; tomar justicia de propia mano es algo reprochable en el derecho, pues para eso están los tribunales del Estado; pero ¿qué pasa cuando esos tribunales te han negado la posibilidad de acceder a la justicia?

Y eso es lo que ha sucedido. Fabrizio y su hermana habían denunciado ante las autoridades alemanas a Hans Meyer, pero una ley de responsabilidad administrativa expedida cuatro meses antes, permitía tratar aquellos terribles actos como homicidios en lugar de asesinatos, así que la responsabilidad estaba prescrita al haber pasado más 20 años, lo que significó que muchos criminales pertenecientes del régimen Nazi lograron evadir el juicio que sentenciaría sus terroríficas acciones durante la Guerra.

Esta traba legal se convierte en un serio cuestionamiento al derecho de acceso a la justicia.

La novela está basada en historias reales, en varios sucesos que ocurrieron en la Toscana de 1944, así como en relatos conocidos por el propio Ferdinand von Schirach, quien es nieto de Baldur von Schirach, máximo responsable de las juventudes hitlerianas, que fue condenado en el juicio de Núremberg a 20 años de cárcel por crímenes contra la humanidad, ya que como alcalde de Viena se encargó de la deportación de 60.000 judíos a los campos de concentración.

La sombra del nazismo es tan lúgubre que el autor publicó un artículo titulado “Por qué no puedo contestar preguntas sobre mi abuelo”.

La novela “El caso Collini” provocó la creación de una Comisión de Investigación en el Ministerio de Justicia Alemán para investigar el pasado nacionalsocialista, ya que la ley que se menciona en la película no se realizó a ciegas sino conscientemente por un antiguo jurista afiliado al régimen nacionalsocialista: Eduard Dreher, exmagistrado nazi que en 1968 redactó esa ley de apariencia técnica que complicó la acción judicial contra los criminales del Tercer Reich, poniendo fin a la casi totalidad de las investigaciones en curso.

Se dice que los muertos no buscan venganza, pero ¿acaso no querrán justicia?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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