*¿Homenaje al Presidente de México?… Cocodrilos de los 50tas.
*Su Alumna Preferida Aprobó la Nueva Cromática Para Bicitaxis
*López, el Actual, Abrevó de López Mateos y Echeverría Álvarez
*Porque Ahora Nadie se Mete con su Cúcu sin Recibir su Merecido
Por Gerardo Lavalle
De acuerdo con la con diversas instituciones lingüísticas al cocodrilo también se le conoce como lagarto y caimán, aunque la diferencia está en lo largo. Son reptiles emidosaurios, de color verdoso, cubierto de escamas durísimas en forma de escudo, hocico oblongo, grandes mandíbulas y cola comprimida, que vive generalmente en los grandes ríos de las regiones intertropicales, nada y corre con mucha rapidez, y es temible por su voracidad.
Es el regreso al pasado. Sí.
Porque la Secretaria de (in)Movilidad de la Ciudad de México, hizo publicar en la Gaceta Oficial, los lineamientos de la cromática para los nuevos bicitaxis que recorrerán el Centro Histórico.
No sé si se trata de rendirle pleitesía al Presidente López o simplemente coincide con conocer que al tabasqueño lo han llamado siempre “pejelagarto”.
El señor López se defiende y die que es peje… no lagarto.
Seguramente a don Andrés Lajous, secretario de (in)Movilidad de la Ciudad de México, le giraron instrucciones precisas: hay que voltear al pasado.
Porque de eso se trata este gobierno de la llamada cuatroté (cuarta transformación).
Nada se mueve sin pensar en el “futuro” de quien ya lo alcanzó en 2018 pero supone que todavía tiene más “para darle al pueblo”.
Copiando a Hugo Chávez, dice no pertenecerse… “le pertenezco al pueblo” y ello evidencia que, si el “pueblo quiere”, él se queda… y no en Palenque, sino en el virreinal Palacio que le fue prestado, porque ni siquiera paga renta, por solamente cinco años y 10 meses.
Regresar a la cromática de los años 50-60 es revivir un México de paz, de desarrollo, de crecimiento económico, del fortalecimiento de una clase media y con poco, aunque causan el mismo dolor que los millones de ahora, pobres.
En aquella década, la lucha contra el analfabetismo alcanzó su mayor cobertura, a diferencia de lo que ocurre ahora; eran tiempos en los que aquellos sin empleo encontraban cómo ganarse la vida de manera honesta. Había un largo camino lleno de oportunidades y el vocablo aspiracionista no existía en su tono peyorativo.
Difícil tratar de comprender el “amor ciego” que el presidente López tiene por ese pasado, porque no lo vivió. Apenas se acordará del tranvía que viajaba del Zócalo a Xochimilco.
LA LUCHA SINDICAL DE AYER Y DE HOY
En aquellos tiempos, Adolfo López Mateos, que se manifestaba de izquierda, dentro de la Constitución -luego del jalón de orejas proveniente e Washington- vivió la crisis sindical más severa. Ferrocarrileros, médicos y maestros le pusieron el cascabel al gato y lo hicieron correr por asfalto, empedrados y terracerías.
La represión, documentada, no se hizo esperar. Fuerzas federales -léase ejército- no solamente contuvieron las protestas y manifestaciones sino las dispersaron y detuvieron a los, esos sí, líderes de trabajadores.
Cientos de encarcelados… y eso que se trataba de un gobierno democrático.
Hoy, 70 años después se repite la historia.
Lo ocurrido en Paraíso, Tabasco, sede de lo que en 2023 será la séptima refinería con que cuente el país, muestra que el presidente López abrevó de López Mateos y Echeverría para qué sirve la “fuerza legítima del Estado”.
La utiliza a discreción al igual que la procuración de justicia. En la administración de la misma, ha topado con un muro al que le hunde la bola para derribarlo desde las alturas de la grúa política.
La búsqueda de López -el actual- tiene como meta destruir las viejas centrales obreras comenzando con la CTM, la que no le hace gracia su existencia.
Quizá la protesta haya sido por el no pago de horas extras y las malas condiciones para laborar. Quizá tenga otro fondo.
Sea cual fuere la razón, el presidente López -el actual- ya demostró que nadie se mete “con sus “cucu” sin recibir su “merecido”.
Y no se debe dudar de que algún “creativo diseñador” haya presentado ya un proyecto para la nueva cromática de Petróleos Mexicanos que, de tener al charrito de petróleos, pasaría a una donde los dientes del lagarto -con peje- sea la novedad artística del quinquenio y 10 meses.