Las Trajineras de Xochimilco, Navíos Prehispánicos

Reportaje

*Agustín Lara Plagió a Chucho Monge, Compositor de “El Remero”

*La Isla de Las Muñecas, Cinco Horas de Estancia por 2.500 Pesos

*Los Canales, Tianguis Sobre Agua; hay de Todo y Hasta Frituras

*Barbacoa, Carnitas, Nopales, Queso Fresco, Salsas y Mucha Música

*Las Viejas Cámaras de Tripié, se Niegan a Estar con los Muertos

Por Susana Vega López

Cada vez que voy a Xochimilco me acuerdo de mi papá Juan Vega. Me cantaba la canción de El Remero: “Adornadita de flores, pásenle señores quien quiera pasear. No hace falta gasolina pues mi golondrina sabe volar. Con la garrocha en la mano, remando, remando me pongo a cantar…

Ellos saben que poco a poco el turismo se reactiva; lo notan en sus ingresos, en las propinas que reciben por cada servicio que realizan durante la semana que trabajan porque se deben turnar para que todos se vean beneficiados. En ocasiones el visitante les ofrece “un taco” y alguna bebida, ya sea agua, refresco o, incluso, una cuba. A ellos les pagan por cada hora del paseo en trajinera: los remeros del embarcadero Nuevo Nativitas, en Xochimilco.

Aquí hay mil 300 trajineras en las que se incluyen las que llevan a los músicos (mariachis, norteños, tríos, marimbas, bandas), y a las canoas donde se venden diversas mercancías, o que transportan a los fotógrafos que llevan sus cámaras antiguas con tripié y un sombrero de charro para que el turista lo porte al momento de tomar la foto del recuerdo.

Los canales de Xochimilco se vuelven verdaderos tianguis o mercados no sobre rueda sino sobre agua porque las vendimias, en las también llamadas chalupas, están a la orden del día.

Mientras el remero hace su periplo, se van emparejando a la embarcación los comerciantes que se desplazan sentados o en cuclillas para ofrecer plantas, bonsáis, cobijas, muñecas, pequeñas réplicas de trajineras, llaveros, artesanías y recuerdos varios.

Inevitable el antojo de comer un elote asado o cocidos con sal y limón o, si lo prefieren, con mayonesa, crema y queso espolvoreado; o una manzana cubierta de caramelo o con chilito en polvo. No falta quien pide frituras (papitas, churritos, platanitos).

Por allá, sobre los mismos canales, se encuentran quienes venden comidas corridas: arroz, mole con pollo y frijoles con tortillas hechas a mano. Más adelante ofrecen cervezas y micheladas, pulque, refrescos y aguas.

Todo un éxito resulta la venta de coronas o guirnaldas de diversos tamaños y colores de flores de papel o plástico que se ofrece a las damas “para lucir y resaltar, aún más, su belleza”, dice Jorge un comerciante y anima a la gente a comprar: “llévelas, son contra Covid”. Las carcajadas de los paseantes no se hacen esperar. También destaca la venta de ramos de flores naturales.

Diego, nuestro remero, es un joven que estudia la secundaria y se va a trabajar para ayudarse con los gastos de la escuela y aportar un poco a la economía familiar. “Hace cinco meses que comencé a trabajar. Al principio chocaba mucho contra otras trajineras. No le hallaba cómo maniobrar la garrucha, pero ya le agarré el modo”, platica.

Entrevistado para Misión, Diego afirma que al día saca entre 500 pesos y más porque los turistas ya se animan a salir no obstante que en este transporte prehispánico se trabaja a un 30 por ciento de su capacidad. Se hacen grupos de 23 personas para laborar en la semana y que todos tengan la oportunidad de llevar algo a su casa, dice.

Armando Toledo, quien tiene a su cargo tres trajineras, comenta que en 2020 cerraron el servicio de abril a agosto y de diciembre a enero 2021 “fueron meses que nos afectó a todos los que vivimos del turismo”.

El paseo por hora tiene un costo de 500, aunque siempre se llega a un acuerdo para que el turista se anime a disfrutar y vivir la experiencia de trasladarse en esta peculiar embarcación.

Antes de abordar, se recomienda comprar barbacoa y/o carnitas -te incluye la salsa-, queso, nopales, tortillas, aguacate, pápalo y limones para comer durante el viaje.

El horario que se maneja en el embarcadero es de nueve de la mañana a seis de la tarde, “fuera de ese turno son tiempos especiales”, dice y agrega que los viajes buenos son los que piden ir a la Isla de las Muñecas porque mínimo son cinco horas. “Ya se vienen mejores tiempos pues el turismo se incrementa en estas fechas con motivo del Día de Muertos”.

La Esta limpieza de los canales de Xochimilco, admite que es la gente de la alcaldía quien se encarga, mediante brigadas, de limpiarlos, “nosotros solamente ponemos el trabajo”.

Cada vez que voy a Xochimilco me acuerdo de mi papá Juan Vega. Me cantaba la canción de El remero: “Adornadita de flores, pásenle señores quien quiera pasear. No hace falta gasolina pues mi golondrina sabe volar. Con la garrocha en la mano, remando, remando me pongo a cantar; cobro nomás por remero y por cancionero… lo que quieran dar. Si a la señora y al patrón les ha gustado mi canción nomás me aplauden pa’ saber que yo les canto por placer. Cobro nomás por remero y por cancionero… lo que me quieran dar, aunque nací en Xochimilco mi corazoncito también sabe amar…”. Bellos recuerdos con la familia.

Por cierto, parte de la música de El remero (del compositor Jesús Monge Ramírez mejor conocido como Chucho Monge, oriundo de Morelia, Michoacán, autor de numerosos boleros como México lindo y querido que le dio fama internacional) fue plagiada por Agustín Lara para su canción de María Bonita por lo que “El flaco de oro” fue demandado en 1947. Un caso muy sonado en esa época.

Tan famoso y emblemático es este lugar que ya hay una réplica en la Riviera Maya llamada Xoximilco.

Se espera que más gente visite este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987 y que en nuestro país también se le conoce como “la Venecia mexicana”.

DATOS HISTÓRICOS

Xochimilco se fundó en 1352. Los pobladores construyeron chinampas para sembrar flores y legumbres. A finales del siglo XIX había pequeños barcos de vapor que iban de Xochimilco a Iztacalco que cobraban 12 centavos el viaje. A las trajineras se les comenzó a poner nombre de mujer para conquistar a las catrinas de aquel entonces. En la época de la Revolución fue sitio de encuentro de Villa y Zapata. Aquí se ubica la pista olímpica de canotaje que se usó en 1968 y que ahora administra el Instituto del Deporte de la CDMX. A la fecha existen nueve embarcaderos; los más famosos: Nativitas y Cuemanco. Xochimilco tiene 186 kilómetros de canales.

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